El vasco Luzarraga: la historia del anarquista detenido en Chile

¡Qué Martín Rivas! ¡Qué guerrillero del amor! La historia de este vasco tiene todos los ingredientes que podrían interesar a Pablo Illanes u otro guionista de teleseries: escritor, inmigrante, explosivos, prensa amarillista, historia de amor, cárcel, montajes policiales y “autóctonos de pluma parada”

¡Qué Martín Rivas! ¡Qué guerrillero del amor! La historia de este vasco tiene todos los ingredientes que podrían interesar a Pablo Illanes u otro guionista de teleseries: escritor, inmigrante, explosivos, prensa amarillista, historia de amor, cárcel, montajes policiales y “autóctonos de pluma parada”. Sólo tiene un “pero”: El personaje es anarquista.

“Estaba comiendo un pie de limón y en lo mío de siempre, las traducciones de euskera -idioma del País Vasco- al español”, me dijo por el Google Talk (chat de Gmail)-. Él, desde Padre las Casas, en Temuco, y yo acá, desde Ñuñoa, en Santiago. Las traducciones también las hace en sus blogs y en su trabajo como literato y miembro de PEN, organización consultiva de la Unesco y la ONU, que agrupa a escritores y periodistas por la defensa de los derechos humanos, la paz y la libertad de expresión.

– Cuando quieras estoy dispuesto a responder, jajaja- escribió.
– Sí, es que no te veía conectado- le contesté – ¿Ya almorzaste?-
– No, más tarde, -se fue a las 2 horas, cuando lo llamó su novia.

Asel Luzarraga Zarrabeitia de 38 años, es vasco (prefieren usar el gentilicio del País Vasco, de Euskal Herria, el “país del euskera”, por sobre el de español). Vino a Chile por primera vez a fines de 2008, en busca de “Vane”, a quien conoció en octubre de ese año en un foro de la banda española de punk, La Polla Records. Llegó a Temuco el 17 de marzo del 2009 y en junio ya estaba instalado a dos cuadras de Vanessa Contreras, de 19 años, su compañera desde ese momento.

– No viniste paseando, entonces, o por inquietud del tema mapuche.

– Conocía la canción de Fermín Muguruza “Maputxeak”, y por tanto sabía que eran un pueblo que aún resistía las embestidas del colonialismo blanco, europeo, nada más. Una de las cosas más interesantes para mí, de este movimiento, es su arraigo a unas visiones totalmente ajenas al capitalismo, sus propias estructuras populares, su cultura social, y pienso que los que pertenecemos a culturas occidentales tenemos mucho que aprender. Desde Europa no se sabe mucho. Más tinta se gasta en atacar a gobiernos como el de Evo Morales o Hugo Chávez.

– Igual han asumido varios gobiernos de derecha -acoté-.

-Como anarquista, tengo la fe puesta más en la base, en el pueblo, en esa gente sin un altavoz mediático que, sin embargo, trabaja día a día por construir otro mundo. Los gobiernos de uno u otro signo son pasajeros, y por supuesto, con unos hay mayores posibilidades para las bases para trabajar en una dirección de cambio. Lo importante es que ese movimiento silencioso de la gente hacia una nueva conciencia no se detenga ni pierda su autonomía nunca.

-Al final ¿cuál es tu relación con los mapuche?-

-Apoyo en la distancia. Nunca he visitado una comunidad mapuche, entre otras cosas porque soy muy respetuoso y nunca nadie me ha invitado. Mi pecado fue escribir en mi blog sobre ese tema y hacerlo desde un punto de vista anarquista y siendo extranjero. Vamos, que una sola persona encarne todos los fantasmas del sistema…

-¿Pasa acá solamente?-

-También en Europa, donde se hacen campañas similares desde distintos medios contra los okupas, los vascos, los gitanos, los movimientos anti-globalización, los inmigrantes… siempre destacando los componentes violentos para meterlos a todos en el mismo saco.

Luzarraga sería perfecto para una historia de las que gusta la tevé. Fue arrestado el 31 de diciembre. Estuvo 42 días en prisión y desde el 10 de febrero debe permanecer encerrado en su casa y sin poder salir del país. El fiscal, Sergio Moya, aseguró tener pruebas para condenarlo por instalar aparatos explosivos. Finalmente, la jueza Alejandra García, desestimó los cargos por infracción de la Ley Antiterrorista 18.314, por algunas incongruencias durante el proceso. Nada ha sido ficción, sin embargo.

– ¿Y ahora que pasan los días, cómo ves la situación? Inquirí.

– Alguien ya precisó la palabra y hace poco un político vasco la definió en su blog: Kafkiana, en el más literal sentido de la palabra, para los que se hayan leído “El Proceso” –del mismo autor de “La Metamorfosis”- Llega a ser divertido, sobre todo cuando ves cuáles son las pruebas en tu contra. Lo único que me imputan hoy en día, es la tenencia de objetos, que consideran piezas destinadas a un explosivo aún sin armar, que sólo las he visto por fotos -relacionados con la bomba que no explotó en el frontis del Seremi de Justicia de la IX Región-. Lo más alucinante es que aparecen sobre mi clóset, a plena vista, dentro de una bolsa en que sobresale parte del extintor. No deja de ser curioso que, contra lo que es costumbre, que no mostraran esos objetos a la prensa, ni entonces, ni después. En cualquier caso, he podido recoger de primera mano un material literario impagable para una próxima novela, jajaja –escribió nuevamente su risa-.

– Tal vez sea más dramática el próximo 6 de abril (esta entrevista fue publicada en la edición impresa N°79 de abril de 2010), cuando el fiscal decida si existen pruebas para acusarte y bajo qué cargos-

– Esperemos que no, estoy confiado, aunque el Ministerio de Interior puede expulsarme, amparado en una ley del 75 -dictada en dictadura-, sólo por el hecho de haber sido formalizado, independiente de mi inocencia o culpabilidad, algo que me parece gravísimo, tratándose de un gobierno supuestamente socialista (*)-.

– Se repite la historia de Sacco y Vanzetti parece -los dos inmigrantes italianos ejecutados en la silla eléctrica en 1927 en Estados Unidos, condenados por robo, y luego se comprobó que el motivo fue su ideología anarquista-.

-Sí, claro, fue un caso emblemático, una historia que el cine recogió de una manera hermosa –en la película de 1971 “Sacco y Vanzetti”, dirigida por Giuliano Montaldo-. Gente que creía en las cosas que cuenta la tele, ha abierto los ojos, de pronto se le cayó la venda. Siendo el caso de alguien que conocen de cerca, que saben no-violento y pacífico desde la cuna, sabían desde el primer momento que era algo falso, y entonces empiezan a entender que quizás otros casos que daban por cierto sean más parecidos al mío de lo que imaginaban. La conciencia debe despertar, y si lo que me ha pasado ha servido para eso, bienvenido sea- reflexionó.

(*) Entrevista realizada el 23 de febrero de 2010, vía Google Talk, chat del servicio de mails Gmail.

Por Leonel Retamal Muñoz

El Ciudadano

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