Ex presidente mexicano se suma al llamado a terminar la guerra contra las drogas

La lucha contra el narcotráfico es una “guerra inútil” para el ex mandatario mexicano Vicente Fox

La lucha contra el narcotráfico es una “guerra inútil” para el ex mandatario mexicano Vicente Fox. Para el político conservador el combate a las drogas hay que superarlo y buscar vías más adecuadas de gestión del consumo. Para Fox “estamos haciendo esta guerra para el norte” y México podría despenalizar las drogas sin pedirle permiso a Estados Unidos.

De a poco varios ex mandatarios de Latinoamérica se atreven a reconocer, al igual como los niños del cuento de Hans Christian Andersen, una verdad esencial: el rotundo fracaso de la guerra contra las drogas. Si ayer fueron los ex presidentes de Colombia, César Gaviria; de Brasil Fernando Henrique Cardoso y de México, Ernesto Zedillo, hoy se sumó su compatriota Vicente Fox.

El reconocimiento lo hizo en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, donde dijo que México está pagando un alto precio en la lucha contra los carteles al encontrarse en medio de naciones productoras, como Colombia, y Estados Unidos, el mayor consumidor de sustancias declaradas ilícitas.

UNA GUERRA PERDIDA

La guerra a las drogas la inició Richard Nixon a comienzos de los ’70 en una cruzada que más bien perseguía combatir los cambios en la juventud norteamericana que rechazaba la guerra de Vietnam y fumaba marihuana, aunque las legislaciones que penalizan sustancias como la cocaína, el cannabis o los derivados del opio correspondieron a la primera legislación que Estados Unidos hizo imponer hace ya exactamente cien años al resto del mundo.

Después de la caída del muro de Berlín, Ronald Reagan primero y George Bush después se concentraron en mudar al repetido enemigo del comunismo por las drogas, a la para que las conferencias de Naciones Unidas abogaban por “un mundo libre de drogas” y se exigía a los países adaptar sus legislaciones y penalizar hasta el consumo de vehículos de ebriedad.

Ya a dos décadas de dicho sueño, la guerra a las drogas es un gran fracaso. No sólo el consumo y la adulteración de sustancias con sus correspondientes efectos en la salud de los usuarios de drogas aumentó, sino que los niveles de violencia asociados al tráfico ilícito han aumentado exponencialmente. A la par, el narcotráfico es el negocio ilícito más rentable del planeta.

Datos de la ONU del 2008 dan cuenta que el consumo de drogas creció entre 1998 a 2008: los opiáceos lo hicieron en un 34,5 %; la cocaína en 27% y el cannabis en 8,5%.

El mismo Fox reconoció que hace seis años, cuando acabó su mandato, se registraban 2.766 homicidios anuales y un consumo de cocaína del 0,4% entre la población mexicana. El político de la derecha mexicana reconoció que el 2011 la cifra de homicidios fue de 16.603 y el consumo de cocaína se elevó hasta el 2,4% de la población.

“UNA GUERRA PARA EL NORTE”

Para Fox, países como México están pagando un “precio fenomenal” luchando contra los carteles de drogas, pese a que es una “prueba fehaciente de que no se ha cumplido la premisa de que una guerra como esta lograría bajar el consumo”.

“Estamos haciendo esta guerra para el norte”- dijo Fox en referencia a Estados Unidos. México se ubica en medio de naciones productoras, como Colombia, y el mayor consumidor mundial, que es la potencia del norte.

Fox incluso balbuceó que México podría despenalizar las drogas sin consultar a Estados Unidos. Sólo de este modo se logrará “salir urgentemente de la trampa” en la que se encuentra la nación.

Fox citó de ejemplo a Portugal, país que junto a Holanda ha despenalizado el consumo de algunas sustancias declaradas ilícitas en 1999. En Portugal el consumo disminuyó 25% y Holanda exhibe consumos de marihuana mucho más bajos que países vecinos con leyes prohibicionistas, como Francia o Alemania.

También criticó la actual estrategia seguida por el gobierno de Felipe Calderón en el combate a los carteles del norte de México. Para Fox es “un sueño que el Estado acabe con el crimen organizado” y se manifestó partidario de que el Ejército mexicano regrese a los cuarteles y la necesidad de buscar nuevas estrategias para salir de la narcoguerra actual.

LA PROPUESTA DE GUATEMALA

El llamado de Fox se suma a otros ex mandatarios que el año pasado crearon la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, integrada por el brasileño Cardoso, el mexicano Zedillo y el colombiano Gaviria, además de intelectuales liberales como Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.

En febrero pasado el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo que despenalizaría las drogas en Colombia si así lo hace el resto del mundo. Comparando las actuales políticas con una bicicleta estática, Santos no se atreve a ponerle ruedas para echarla a andar.

En la reciente Cumbre de la OEA, realizada en Cartagena de Indias, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, llamó a pensar la despenalización de las drogas como estrategia para enfrentar los altos índices de criminalidad y violencia asociados al tráfico ilícito. Ya en marzo, Pérez Molina convocó una conferencia especial para convencer a sus pares centroamericanos de la necesidad de discutir esto.

El principal instigador de la guerra a las drogas, Estados Unidos, se ha opuesto férreamente a siquiera discutir las alternativas. El llamado Zar antidrogas del gobierno de Barack Obama, Gil Kerlikowske, criticó las propuestas emitidas por los ex presidentes latinoamericanos diciendo que “esos ex presidentes ya no tienen cargos de responsabilidad en lo que respecta la seguridad de la gente. Y ahora que están fuera de sus cargos llegan a esa conclusión, la cual creo que es errónea”.

Pese a que la guerra a las drogas ha sido una excusa para que Estados Unidos militarice las relaciones con Latinoamérica, a la hora de discutir el asunto no se oye a los presidentes de los gobiernos de izquierda Latinoamericanos. Los mandatarios de Venezuela, Brasil, Nicaragua, Perú y Paraguay no se han apartado de la política norteamericana.

Bolivia, en tanto, despenalizó la hoja de coca y promueve sacarla del listado de estupefacientes de la ONU ha hecho avances en la materia, pese a que a la vez incrementó las penas por porte y consumo de marihuana y otras sustancias; y en Argentina lleva años una comisión formada para cambiar la ley de drogas.

Mauricio Becerra Rebolledo

@kalidoscop

Foto: Brian O’Connor

El Ciudadano

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