FIP condena serie de violentos asesinatos de periodistas en Honduras

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) expresó anteayer su mayor preocupación por la crisis a la que hacen frente los medios en Honduras, tras los tres asesinatos en los que  el objetivo fueron distintos profesionales de los medios.

Los asesinados han sido Joseph Hernández Ochoa, que era presentador de televisión y asesinado el 2 de marzo, David Meza Montesinos, reportero radiofónico, que cayó bajo las balas el pasado día 11 y  Nahum Palacios Arteaga, que perdió su vida cuando le dispararon mientras conducía su automóvil.

“Esta racha de asesinatos de periodistas de Honduras pone de manifiesto un nivel alarmante de la violencia en aquel país”, ha dicho Aidan White, Secretario General de la FIP: “Se trata de una sombría serie de asesinatos a sangre fría, bien ejecutados y planeados, en los que el periodista era claramente el objetivo”.

De acuerdo con distintos informes de los medios, los tres periodistas murieron mientras manejaban sus automóviles. El último de ellos, Palacios Arteaga, de 34 años, fue asesinado en la ciudad costera de Tocoa. Los pistoleros bloquearon su vehículo para dispararle  de inmediato una ráfaga de balas. La policía contó 41 impactos. El reportero falleció casi instantáneamente.

David Meza, un reportero veterano de Radio El Patio, murió también cuando regresaba en su automóvil a su hogar, en la ciudad de La Ceiba, y al abrir fuego los sicarios contra él. Al parecer, había recibido amenazas de muerte tras la emisión de alguno de sus reportajes sobre el tráfico de drogas.

Asimismo, Joseph Hernández Ochoa, que también presentaba un espacio televisivo, perdió la vida mientras conducía su automóvil. Su acompañante, la conocida periodista, Carol Cabrera, resultó herida. Los sicarios, que se desplazaban en otro vehículo, rociaron el vehículo en el que se desplazaba la víctima con varias ráfagas de armas automáticas.

La FIP afirma que los periodistas de Honduras son víctimas del crimen organizado, en un contexto en el que las nuevas autoridades tratan de restaurar la ley, el orden y el diálogo político, tras el período iniciado hace meses con el golpe de estado que desencadenó una ola de inestabilidad en todo el país. La FIP acusó entonces a los líderes del golpe de cerrar medios de comunicación y de atacar a los periodistas que trabajaban en Honduras.

“Los periodistas son extremadamente vulnerables en Honduras si, como vemos, la impunidad se enseñorea del país”, ha concluido White: “Debemos hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para proteger a nuestros colegas y para que se imponga el dominio de la ley en las calles hondureñas”.

La FIP representa a unos 600.000 periodistas en 125 países

Fuente: www.ifj.org/es

El Ciudadano