Paula Vial Reynal, ex Defensora Nacional: «Este gobierno falló rotundamente. Ha sido mentiroso y virulento»

La ex Defensora Nacional del último periodo de la presidenta Michelle Bachelet y el primer año y medio de Sebastián Piñera, vivió la transición en un cargo público entre un Gobierno de sus afectos y uno que le genera rechazo

Por Wari

07/03/2012

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La ex Defensora Nacional del último periodo de la presidenta Michelle Bachelet y el primer año y medio de Sebastián Piñera, vivió la transición en un cargo público entre un Gobierno de sus afectos y uno que le genera rechazo. Considera que el ministro Rodrigo Hinzpeter es de lo peor que ha parido la política criolla y que Felipe Bulnes fue un buen ministro de Justicia, con quien tuvo que trabajar, aunque no opina lo mismo de su labor en Educación.

Nacida en Argentina -el país de su madre-, vino a terminar el cuarto medio a Chile –el país de su padre- y nunca más se fue. Estudió Derecho en la Pontificia Universidad Católica, donde ahora imparte clases, actividad a la que le imprime la misma pasión con la que se le ve en los medios cuestionando las erráticas acciones de la administración de Sebastián Piñera, especialmente en materia de justicia.

Divorciada, es madre de un hijo de ocho años, con quien vive sola y llena su vida. Paula Vial Reynal, recién pasados los 40, es una mujer de estilo directo y despreocupado; asume nuevos desafíos después de una exitosa gestión al frente de la Defensoría Nacional dado que, según anuncia, será candidata a concejala por Ñuñoa, donde espera ganar experiencia para lanzarse a una diputación y luego, “tal vez ministra” de Justicia. Por ahora, en ella se enfatiza su mirada sobre derechos civiles y humanos y las duras críticas a la gestión del gobierno de la derecha.

EL ACTUAL GOBIERNO LO HA HECHO MAL

-¿Se fue o la fueron del cargo de Defensora Nacional Pública?

-Vámonos al mundo de los eufemismos. No me renovaron. Como existía la posibilidad de renovar por otro período y no lo hicieron, la verdad es que me echaron. Ni lo lamento ni me ofendió, no me generó ninguna afectación. No tengo ningún rencor asociado a ello. Primero, porque lo hizo un ministro que yo respeto mucho, como Felipe Bulnes. Creo que fue un gran ministro, aun con muchas diferencias en la forma de enfocar los temas, considero que es una persona de extraordinaria calidad. Es inteligente, moderado, tiene ideas liberales que, aunque de derecha, son bastante razonables. Respetó siempre la autonomía que le pedía. No opino lo mismo de él como ministro de Educación.

-¿Su no renovación tuvo que ver con su postura sobre ciertos temas?

-Desde luego, fui una piedra en el zapato. Fui súper incomoda para el Gobierno en general. Creo que mucha gente se pudo molestar con Bulnes porque me permitiera tanto espacio de independencia, si no pregúntale a (Rodrigo) Hinzpeter o a Sabas Chahúan, el fiscal nacional. La independencia con la que ejercí el cargo fue un factor que incomodó.

-¿Por qué es opositora a este gobierno?

-Porque siento que es un retroceso, que faltaban muchísimas cosas todavía por lograr que no fuimos -con la Concertación– capaces de desarrollar y finalmente nos encontramos con esto que prometía y generaba expectativas de nuevos aires y falló rotundamente. Porque, además, han sido súper inconsecuentes con lo que prometían. Han sido mentirosos. Fueron majaderamente impertinentes y despectivos con los servidores públicos que había hasta ese minuto; fueron virulentos.

-¿No cumplió la expectativa de gobierno de excelencia?

-El gobierno de excelencia que se prometía y que con mucha altanería sentían que iban a ser capaces de lograr, ha sido exactamente lo contrario. Lo que hay es mucha ineficiencia, poco compromiso, sordera total, altanería. A mí no me extraña nada los niveles de desaprobación que tienen.

LA JUSTICIA Y SU ROL EN LA SOCIEDAD

-En la actual administración parece que hay una marcada tendencia a perseguir la disidencia.

-Sí, ha sido súper evidente para todos en 2011. Y yo diría afortunadamente, porque de alguna manera transparenta posiciones en todos los sentidos; su incapacidad de escuchar, de adaptarse a este cambio de tiempo o de necesidades. Y me parece tan estimulante que haya una sociedad efectivamente más “empoderada”, que siente que tiene algo que decir aun cuando todavía no la escuchen, pero que insiste en ello y que es capaz de enfrentar todos los costos que eso significa. Valoro la voluntad de manifestarse, y que se hace con tesón.

-¿Manifestarse y protestar es positivo para la sociedad?

-Sí, porque es una ciudadanía que en verdad se empezó a creer el cuento y eso es valioso porque teníamos una sociedad muy dormida. Probablemente el cambio de gobierno fue importante también en ese sentido, que generó expectativas que se vieron inmediatamente defraudadas, y eso dio un remesón que despertó a mucha gente.

-¿No eran los mismos problemas durante la Concertación; se puede volver a confiar en ella?

-Es evidente que Concertación, oposición y quien sea que vaya a gobernar, no podrá hacerlo con las mismas herramientas, con la misma incapacidad de escuchar, con las mismas promesas vacías; tiene que tener un compromiso leal y mucho mayor.

PENDIENTES DE LA DEMOCRACIA

-¿Algunos ejemplos en que falló la democracia en estos 22 años?

-Tenemos una democracia condicionada de alguna manera. Hay un afán de orden que condiciona. ¿Por qué el sistema binominal es funcional a nuestra democracia? Porque permite que haya una organización estructurada, ordenada entre partidos, que haya equilibrio y el tema no se desbande con minorías y grupos minoritarios y partidos políticos pequeños que solo van a desordenar el naipe.

-¿Y qué es lo negativo de eso?

-Que en tanto tan ficticio, por algún lado tiene que reventar y se ha demorado. Han pasado 22 años desde que vivimos en una democracia con esas condiciones, pero ya empieza a hacer aguas porque ya no resiste esa ficción, ya no se resiste esa distribución inadecuada del poder, ya no se resiste esa falta de representatividad producto del binominal y de ese orden.

-Usted se manifestó a favor de una ley de cuotas para las mujeres.

-Sí, las mujeres tienen dificultades de base porque hay una disparidad total con lo que ocurre con los derechos de hombres y mujeres. Si no tienen un espacio asegurado para ellas, para participar, difícilmente vamos a acercarnos con igualdad y prontitud a la igualdad y a la participación equilibrada que es necesaria.

-¿Y eso en qué traduce?

-Tienen más dificultades para alcanzar estándares exigidos porque no han podido estudiar, porque han tenido que cuidar a los niños, porque han tenido que desarrollarse laboral y profesionalmente rompiendo muchas barreras, porque han tenido que estar a cargo de sus casas y de sus familias; entonces hay una diferencia tan esencial, hay un punto de partida tan diferenciado, que la única manera de lograr cierta equiparidad es forzando el escenario, que es lo mismo que pienso en materia de sistema electoral.

-¿Y en materia de pueblos originarios?

-Tuve la oportunidad, a partir del rol que tenía la Defensoría en la causa de Cañete y que significó que hoy estén condenados Llaitul y otros más, de reunirme largo con ellos y conversar mucho y como pocas veces tuve una sensación profunda y evidente de que estábamos con presos políticos, que eran personas que tenían una causa por la que luchaban con enorme convicción, con muchos principios. Y además, estaban pagando el costo de asumirla.

-¿Piensa que hay discriminación?

-Tengo la certeza de que ellos se mueven en su mundo con ciertos principios que son incompatibles con el personaje que crean respecto de ellos. Son súper respetuosos de la vida humana, por ejemplo. Ellos, evidentemente, por condiciones físicas o donde se sitúa este conflicto, podrían perfectamente, en estos atentados que se les atribuyen, haber matado personas, haber herido gravemente. Pero la verdad es que al hacer conteos uno se encuentra con esas pseudo lesiones que a veces sufren carabineros, que son evaluados por ellos mismos y que aparecen como frágiles. En realidad las bajas son siempre del lado mapuche.

GOBIERNO NO ASUME RESPONSABILIDAD ANTE MANIFESTACIONES

-¿Hay una actitud de sordera del Gobierno como se denunció en el caso del movimiento estudiantil?

-La sordera es súper evidente en todos los ámbitos. Fue más evidente en el movimiento estudiantil porque fue más permanente y por lo tanto más visible. Pero si tú haces un recuento de los espacios de manifestación y de reclamo que hubo, la actitud del Gobierno fue invariablemente la misma. Primero Hidroaysén, donde vino inmediatamente la amenaza, el desprestigiar los argumentos del otro. Magallanes, aplicando la Ley de Seguridad del Estado. La represión contra los estudiantes. Lo que hubo fue una actitud constante, permanente, recurrente, de reaccionar de esa manera agresiva ante los ciudadanos como consecuencia de la incapacidad que tuvo el Gobierno de manejar esos conflictos. Anunciando la aplicación de la Ley Antiterrorista, con los proyectos de ley que presentaron para enfrentar las tomas y las marchas.

-¿Se tradujo eso en represión?

-Todo parte de la misma lógica, que envalentonó el actuar de Carabineros y permitió, por omisión y por acción, los abusos en el uso de la fuerza policial y la represión más evidente de todas las manifestaciones.

-¿Piensa que la policía agarró vuelo solita?

-Fue flagrante y evidente la actitud del Gobierno que dirigía a Carabineros respecto de cuándo y cómo intervenir. Es decir, ellos fueron súper permisivos con esos excesos que desafortunadamente se dieron. Una intervención súper ineficiente, pero que era funcional a esto de tratar de desprestigiar al movimiento y de mostrarlo como un movimiento agresivo que generaba perjuicio a la comunidad. Las tareas de seguridad no deben privatizarse en este espacio al menos, porque eso es tarea y responsabilidad del Gobierno.

-¿Endilgan responsabilidades?

-Responsabilizar o intentar responsabilizar a convocantes a una manifestación o a dirigentes, es absurdo y es absolutamente contra natura respecto de cómo está organizada nuestra sociedad. No es un espacio delegable porque la responsabilidad en esos asuntos es del Estado y es quien debe hacerse cargo de ellos. Es una forma de limitar, de minimizar, de neutralizar el derecho y la capacidad de expresión de la comunidad. Ellos nunca son responsables de ningún conflicto, de ningún problema que exista, siempre hay un tercero que es responsable, que puede ser el mapuche incendiario, que puede ser el dirigente violentista, o cualquier otro, y ellos son casi víctimas de esos abusos, pero nunca responsables.

-¿Es razonable pedir permiso para manifestarse?

-Ese decreto, que es de la dictadura, que establece que en las manifestación públicas es la Intendencia la que debe autorizar y establecer hora y lugar, es absolutamente contra norma, es decir, no sólo por el origen de la disposición, sino porque la Constitución nos asegura la facultad de manifestarnos libremente y sin ninguna estructura previa. La esencia de las manifestaciones es que sean más bien espontáneas.

HINZPETER, CAPÍTULO APARTE

-Si usted prefiere ser provocadora que conflictiva, ¿piensa que Hinzpeter es conflictivo o provocador?

-Provocador nada. Para eso hay que tener otras virtudes que no le veo ni le reconozco.

-¿No le simpatiza el Ministro?

-No tengo evidentemente una buena opinión de él.

-¿Qué virtudes le faltan?

-Tendría que tener una vocación más universal. Ser más abierto, menos engreído y dogmático. Creo que es una persona que no ha sido un aporte para el Gobierno ni para el país. Es orgulloso, tiene una incapacidad total de reconocer errores y por lo tanto de enmendarlos. No tiene capacidad política, no tiene lectura de la realidad adecuada y es probable y desafortunadamente -porque es la persona más cercana al Presidente- uno de los que menos acertó en su estilo de conducción.

SU ADHESIÓN A LA CONCERTACIÓN

-¿Ser concertacionista hoy no es como cabalgar sobre un caballo muerto?

-Yo siento que la Concertación está en exceso vilipendiada, a pesar de que hay ene logros que son muy rescatables. Lo que se necesita es un proceso de revitalización y gente como nosotros -jóvenes entre comillas-, llamados a imprimirle ese sello. Soy muy crítica de cosas que pasaron con la Concertación. Pero haciendo una revisión de estos 20 años, hubo muchos logros, finalmente Chile es un país que maduró, que creció en un proceso siempre complejo. Hay cosas positivas también.

-¿Reconoce errores de la Concertación?

-Un pecado importante de la Concertación fue su excesiva moderación y temores. Mucho pudor en adoptar algunas decisiones y tener una auto-limitación. Temor a cómo podía reaccionar la derecha. Eso los llevó a excesos y no atender muchas de las reformas que hoy se extrañan. Igual pienso que no fueron posibles porque no había colaboración de la derecha, pero además porque la Concertación no fue suficientemente incisiva, propositiva e impúdica como debió haber sido.

Por César Baeza Hidalgo

El Ciudadano Nº118, segunda quincena enero 2012

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