Piñera se incorpora a discusión por despenalización de aborto terapéutico

El Presidente manifestó su escepticismo respecto a los proyectos que buscan despenalizar el aborto terapéutico en Chile, asegurando que hay que defender“el valor de la vida, especialmente del que está por nacer”

Por Wari

28/12/2010

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El Presidente manifestó su escepticismo respecto a los proyectos que buscan despenalizar el aborto terapéutico en Chile, asegurando que hay que defender“el valor de la vida, especialmente del que está por nacer”. Además, rechazó de plano la opción de considerar el tratamiento en casos de violación.

Después de varios días de silencio en medio del encendido debate que ha causado la propuesta de los senadores Evelyn Matthei (UDI) y Fulvio Rossi (PS), Sebastián Piñera decidió expresar su postura respecto a los puntos esenciales tras la idea del aborto terapéutico, prohibido en Chile desde 1989.

En una entrevista con La Tercera, el Mandatario afirmó que están conscientes de que “hay casos en que la protección de la vida de la madre exige procedimientos médicos que pueden poner en riesgo o, incluso, terminar la vida del niño que está por nacer. Esa situación nos parece legítima y aceptable, porque el objetivo es salvar la vida de la madre y la consecuencia no deseada puede ser la pérdida de la vida del niño”. De esta forma, manifiesta su aprobación a uno de los aspectos del proyecto de Matthei y Rossi, que pretende permitir a las mujeres interrumpir el embarazo cuando su vida esté en peligro.

Sin embargo, Piñera se mostró contrario a la idea de incluir en el proyecto los casos en que la vida del feto es considerada como “inviable”, pues declaró que “ahí estamos entrando en un campo muy delicado. ¿Quién califica la viabilidad o inviabilidad? Además, si aceptamos ese argumento podríamos hacerlo extensivo también a personas ya nacidas cuya vida sea inviable”. Además, el Presidente se mostró en completo desacuerdo con considerar también los casos de violación, según lo propuesto en el nuevo proyecto liderado por Guido Girardi (PPD), asegurando que “el niño que está por nacer no es responsable de la conducta de sus progenitores”.

Sus declaraciones generaron satisfacción entre aquellos miembros de la Alianza que se habían manifestado contrarios a la idea de la despenalización del aborto terapéutico, como el caso de Carlos Larraín (RN), quien aseguró que nunca dudó que Piñera «tuviera un compromiso claro de su defensa de la vida».

A FAVOR DE LA DESPENALIZACIÓN

En paralelo a la discusión en el mundo político, aparecieron en la opinión pública dos casos que llaman a la reflexión práctica del tema de la despenalización del aborto en Chile y sus implicancias sobre los derechos humanos. El primero, de Claudia Pizarro Hernández (28), quien está a punto de cumplir 9 meses de embarazo de un feto que nacerá sin cerebro y, por tanto, está condenado a morir. Claudia padece un cáncer de cuello de útero que no puede ser tratado hasta que el bebé nazca, lo que complica cada día su situación médica.

Respecto a las razones que impulsan el recurso de protección que interpuso ante la Corte de Apelaciones para acceder a un aborto terapéutico, Claudia expresó: “Yo no estoy pidiendo que a mi hija la maten. Mi hija va a morir cuando nazca. Yo estoy pidiendo por mi vida, por haber podido hacerme un tratamiento lo antes posible».

El abogado de Pizarro, Alfredo Morgado, manifestó a la prensa su intención de acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de que la situación de su clienta no sea solucionada en Chile, pese a que aseguró que ella “está consciente de que cualquier decisión que tomen los tribunales, quizás no sea tan rápida para alcanzar a resolver su caso, pero con su acción espera ayudar a otras mujeres que se encuentran en su condición”.

Por otra parte, El Mostrador publicó el viernes pasado la impactante declaración de Karen Espíndola, quien no pudo practicarse un aborto terapéutico cuando le informaron que el feto en su vientre tenía una grave anomalía cerebral que hoy le produce tetraplejia, insuficiencia renal, desnutrición y retraso mental severo, entre otras patologías.

Espíndola centró sus críticas en la nula ayuda del Estado, el mismo que la obligó a dar a luz a Osvaldo, asegurando que su hijo “espera desde febrero una operación de reflujo (por sus constantes vómitos) y una fibroscopia (por su laringomalasia, que le dificulta su respiración). Producto del retraso de la operación de reflujo, tuvo cuatro neumonías por aspiración (cuando la comida se le va a la vía respiratoria, por sus vómitos). Negligencia clara y absoluta de nuestro sistema de salud pública”.

Karen Espíndola hizo un llamado a considerar la vida más allá de un bien en sí mismo, argumentando que su opción “se funda en la búsqueda de evitar sufrimientos innecesarios e inmerecidos a estos niños, cuyas malformaciones les causan dolor y les impiden tener un proyecto de vida; en definitiva, es una opción de amor”.

El proyecto en defensa de la opción de Claudia y Karen, entre otros numerosos casos en Chile, espera ser evaluado en la Comisión de Salud, donde se presume que contaría con la mayoría de votos necesarios para ser aprobado.

Por Vanessa Vargas Rojas

El Ciudadano

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