Radhi Salek, representante del Frente Polisario: “La solución del conflicto sigue siendo el respeto del derecho a la autodeterminación del pueblo saharawi”

El día 8 de noviembre, el Ejército de Marruecos atacó y desmanteló el campamento de refugiados saharawis de Gdaim Izik, que se le conocía como el Campamento de la Dignidad. En él, unos 20.000 saharawis se habían concentrado para protestar por los malos tratos que recibe la población nativa por parte de Marruecos, que ocupa sus territorios desde 1975. Luego de este brutal ataque, mientras los saharawis se defendían con palos y piedras, lo que tuvieran a mano, los desórdenes se extendieron a las ciudades cercanas de Smara y El Aaiún.

No se sabe con certeza el número de muertos ni de desaparecidos que dejó esta brutal represión porque el Estado marroquí ha bloqueado al máximo el flujo de información y ha prohibido el paso de grupos de derechos humanos o de periodistas. Lo único que dicen es que 11 miembros de la fuerza pública de Marruecos habrían muerto –pero esto no ha sido confirmado. Se habla de decenas de muertos saharawis, pero es imposible saber la verdadera escala de esta masacre contra una población indefensa. Mas aún, cuando la ONU se ha limitado a “deplorar” el “incidente” pero ha dicho que no designará una comisión investigadora.

Esta tragedia puso en evidencia la precaria situación del pueblo saharawi, el cual viene librando una lucha por la autodeterminación desde 1973, lucha la cual comenzó contra el colonialismo español y luego se convirtió en una lucha contra los países que ocuparon el Sahara Occidental: Mauritania (el cual se retiró en 1979) y Marruecos, quien sigue ocupando hasta el presente. En 1991 la ONU facilitó un cese al fuego entre las partes, a la espera de que se organice un referéndum para determinar si el Sahara Occidental es parte de Marruecos o independiente. Aún siguen esperando.

Mientras tanto, la paciencia se agota y comienzan a surgir muchas voces, particularmente jóvenes, que llaman por retornar a la lucha armada, sobretodo después del ataque al Campamento de la Dignidad (Ver noticia de TVE)

Para conocer mejor la situación de los saharawis, hemos entrevistado -especialmente para El Ciudadano– el día 19 de noviembre a Radhi Salek, representante en Irlanda del Frente Popular para la liberación de Saguia El Hamra y Río de Oro (Polisario).

-Primero, cuéntenos quiénes son los saharawis y cuales son las raíces del conflicto actual.

Los saharawis son los habitantes del Sahara Occidental. Este territorio se encuentra ubicado en el Noroeste de África y tiene una extensión de 284.000 km cuadrados, y en él existen los mayores yacimientos de fosfatos del mundo así como 1.500 km de costa con los caladeros más ricos del mundo.

El Sahara occidental fue colonia española hasta el año 1975: la presencia española en el Sahara occidental empieza después del congreso de Berlín en 1882.

En el año 1975, ante un Franco moribundo, el Rey de Marruecos Hassan II aprovecha la coyuntura y apoyado por Francia , EE.UU y Arabia Saudita, organiza la ¨marcha verde” el 6 de noviembre de 1975. Esta marcha de 350.000 civiles marroquíes apoyada por 50.000 efectivos del ejercito marroquí irrumpe en la frontera norte con el Sahara; ahí es cuando España bajo el mandato del actual Rey Juan Carlos y el presidente del gobierno Arias Navarro, firman el tristemente famoso acuerdo tripartito de Madrid el 14 de noviembre de 1975 debido a la presión marroquí… con lo cual España cede la parte norte del Territorio a Marruecos y la parte sur a Mauritania, mientras España tendría ciertos privilegios en la pesca, pero este acuerdo no es reconocido por la Naciones Unidas ya que no se rige por las leyes internacionales.

El Frente Polisario, como movimiento de liberación de este país creado en 1973, para llevar la lucha armada contra la colonización española, se ve obligado a seguir la lucha armada contra los dos nuevos invasores, Marruecos y Mauritania. Mauritania, abandonó la guerra y el Territorio en 1979, después de haber firmado un acuerdo de paz con el Polisario, reconociendo la República Saharawi, junto a más de 70 otros países en el mundo, incluidos países latinoamericanos como México, Nicaragua, Cuba, Panamá, Ecuador, Costa Rica, Venezuela. Ese territorio abandonado por Mauritania fue ocupado entonces por las fuerzas marroquíes.

-El Estado de Marruecos no ha dejado entrar a periodistas extranjeros, ni defensores de derechos humanos… poco o nada se sabe de los sucesos de comienzos de noviembre, en que tropas marroquíes atacaron un campamento de refugiados en Gdaim Izik. ¿Qué fue lo que efectivamente sucedió?

En esas fechas más de 30.000 saharawis, decidieron protestar de forma pacifica por la situación precaria de los nativos y falta de derechos humanos, por lo que se asentaron en un campamento a unos 18 km al este del Aaiun, la capital del Sahara occidental, en un lugar llamado Gdaim Izik.

Después de tensas negociaciones entre la cúpula y las autoridades marroquíes incluyendo al Ministro del Interior marroquí donde se les hicieron ciertas promesas, que luego cayeron en saco rato cuando fuerzas de la seguridad y el ejército marroquí invadieron el campamento en horas tempranas, a las 4:30 AM, donde muchos niños, mujeres y ancianos fueron apaleados e incluso se sabe de un menor de 14 años muerto por los disparos de la Gendarmería Real, su nombre es Najem el-Garhi. Es cuando muchas de estas personas salieron a pie hacia la ciudad del Aaiun, muchos llegaron y de muchos hasta ahora no se conoce su paradero.

-¿Cuántas víctimas ha dejado este ataque?

Debido al bloqueo informativo no se sabe exactamente las cifras. Marruecos no dejó a ningún periodista en el lugar de los hechos… días después algunos periodistas entraron de forma camuflada al Aaiun pero después de transmitir sólo una vez, la Seguridad marroquí se presentó en el lugar y los deportó a Las Palmas en territorio español. Las noticias que llegaban fueron gracias a los activistas españoles de la organización Resistencia Saharaui ahí presentes, Antonio Velázquez e Isabel Terraza, quienes fueron incluso amenazados de muerte por las autoridades marroquíes. A su llegada a España calificaron de genocidio lo que está ocurriendo el Aaiun.

-¿Cuál es la motivación que ustedes ven tras ese ataque? Es sabido que en esos días había una conversación en los EEUU ante Naciones Unidas para retomar los diálogos y encontrar una salida pacífica a la situacion del pueblo saharawi…

Mi opinión personal es que lo que buscan es hacer retroceder al Polisario en cuanto al encuentro entre éste y Marruecos en Nueva York que teníá que ocurrir el siguiente día y así tratar de hacer ver a la comunidad internacional la falta de voluntad de éste para una solución pacífica a este conflicto… Nosotros hemos respondido favorablemente a todas las resoluciones del Consejo de Seguridad pidiendo colaboración de buena fe en todas las negociaciones. Lo hemos demostrado durante la mediación del ex secretario norteamericano de Relaciones Exteriores, Sr. James Baker, quien dijo claramente que el fracaso en llegar a una solución es por culpa de la intransigencia marroquí. Otras veces, durante todas las rondas de negociaciones de Manhasset en Nueva York entre el Polisario y Marruecos (ie., 2007-2008), hemos participado con plena voluntad de cooperación con la ONU y su Representante Personal para el Sahara Occidental, Christopher Ross.

Marruecos, sólo quiere una cosa: que la Comunidad Internacional reconozca el hecho consumado y la ocupación como algo legítimo y legal.

-¿Cuál es la situación actualmente en el Sahara Occidental? ¿Hay riesgo de más ataques y más muerte?

Actualmente, El Aaiun esta en estado de sitio, todavía las fuerzas de seguridad marroquíes siguen entrando a casas de saharawis y llevándose a jóvenes tanto varones como mujeres, cuyas edades oscilan entre los 15 y 45 años… Unas 16 personas han sido enviadas a Rabat para ser juzgados por un tribunal militar, otros 36 están en la cárcel de Agadir, otros 50 han sido expulsados fuera del Sahara.

Tanto Human Rights Watch así como Amnistía Internacional pidieron urgentemente una investigación internacional para saber los hechos, porque hasta hora nadie sabe con exactitud los números de muertos, heridos, desaparecidos o encarcelados, por causa del bloqueo informativo.

-En 1991, por mediación de la ONU, Polisario aceptó un cese al fuego y se acordó un referéndum para resolver la cuestion de la autodeterminación. Hasta la fecha, 19 años más tarde, este referéndum aún no se realiza. ¿Cuáles son las razones para que aún no se haya llevado a efecto? ¿Cuál es la posición de la comunidad internacional ante la cuestión saharawi? ¿Qué rol ha jugado la ONU?

Desde el cese el fuego en el año 1991 hasta nuestros días, Marruecos ha bloqueado sistemáticamente todas las resoluciones de la ONU a favor de la autodeterminación, siempre apoyado por su fiel aliado, Francia… Nosotros contamos con una causa justa, con el derecho internacional, y con países importantes en África, como Argelia, Sudáfrica, Nigeria, y otros que han obtenido su independencia a través de la lucha armada como Angola, Mozambique, Guinea Bissau, Tanzania, Kenya, etc.

En América Latina, tenemos buenas relaciones con la mayoría de los países, México, que ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad por tratar la situación en El Aaiun, Venezuela, Cuba, Panamá, Costa Rica, Colombia, y claro estamos esperando que países como Chile, Argentina y Brasil reconozcan nuestro la República Saharawi, para establecer así relaciones diplomáticas como las que sostenemos con los países que he mencionado anteriormente.

La ONU se siente impotente ante países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad cada vez que se intenta resolver este conflicto.

-EEUU financió una de las estructuras más impresionantes de toda la historia a comienzos de los ’80: un muro minado y alambrado que divide el interior liberado del Sahara Occidental del territorio ocupado por Marruecos. Esta estructura es vigilada por 120.000 soldados… ¿cuál es la razón por la cual el Estado de Marruecos está dispuesto a mantener semejante gasto público para mantener la ocupación?

Este muro de 2.600 km que divide el Sahara Occidental de norte a sur fue construido con el fin de protegerse de los ataques de los combatientes saharawis pero a pesar de su construcción las incursiones dentro y detrás del muro seguían de la misma manera…

En cuanto al costo, este muro le supone a Marruecos un millón de dólares diarios… claro, no olvidemos que también uno de los objetivos de este muro es garantizar el saqueo salvaje de las riquezas saharawis, aparte de mantener ocupado al ejército marroquí bien lejos de las miserias del pueblo marroquí y lejos de las preocupaciones políticas del pueblo frente al régimen dictatorial de Mohamed VI.

–Después de esta provocación, ¿cómo reaccionará Polisario? ¿Seguirán impulsando el referéndum o se habla de una vuelta a las hostilidades?

Creo que el Polisario está siendo muy cauto en su toma de decisiones… en este sentido, agotarán toda posibilidad de resolver el conflicto de forma pacifica, a pesar de que la gran mayoría de la población, sobre todo la juventud, exige la vuelta a la lucha armada.

-Qué solución ve usted a la actual crisis…

La solución de la crisis del campamento de Gdaim Izik, está en manos de la ONU. Ésta debe asignar una comisión independiente, la cual debe esclarecer los hechos acaecidos en el campamento y posteriormente en El Aaiun, y España juega un papel importante en este asunto, ya que según las Naciones Unidas, el Territorio está todavía bajo administración española, debido a que no finalizó la descolonización de este Territorio, y para concluir nadie en este mundo reconoce la soberanía marroquí sobre el Territorio.

La solución del conflicto, sigue siendo el respeto del derecho a la autodeterminación del pueblo Saharawi, a través un referéndum justo y libre organizado y supervisado por la ONU, donde el pueblo elegirá entre la independencia o la integración a Marruecos. Y toda otra opción que no incluya el ejercicio de este derecho no es ni será válida Y claro no podría llevar ni a la paz ni a la estabilidad en esta región Magrebi.

Por José Antonio Gutiérrez D.

24 de noviembre, 2010

El Ciudadano