Salario mínimo: Debate lejos de la vida cotidiana

Entre alzas de alimentos y transporte, los especialistas en el tema parecen olvidar en sus discusiones que hoy, familias enteras, deben arreglárselas con 172 mil pesos al mes, situación que el Gobierno aliviará con el llamado Ingreso Ético Familiar, aún cuando ello no ataque la desigualdad en la distribución de la riqueza

Entre alzas de alimentos y transporte, los especialistas en el tema parecen olvidar en sus discusiones que hoy, familias enteras, deben arreglárselas con 172 mil pesos al mes, situación que el Gobierno aliviará con el llamado Ingreso Ético Familiar, aún cuando ello no ataque la desigualdad en la distribución de la riqueza.

Esteban (25) es ayudante de panadería. Gana 200 mil pesos, con casi 40 mil de descuentos por previsión. Por lo bajo, gasta 30 mil en locomoción. Vive con sus padres, a los que ayuda con algo de dinero. No recibe subsidios. Salió del colegio y entró a trabajar, ya que asumió una paternidad inesperada. Da 50 mil pesos al mes para su hija y lo que le queda le “tiene que alcanzar”. No ahorra ni se da gustos, salvo alguna noche de juerga. Curiosamente, se ve tranquilo, “ya que no tengo deudas”, comenta. Pero, más curioso aún: Para las estadísticas, él no es pobre.

“Habría que ver cuánto gana un político o un empresario. Yo trabajo en una panadería chica, gano más del mínimo, pero en una empresa grande igual pagan el mínimo. Tengo una hija, y con lo que me queda me las arreglo, pero ¿Qué pasa con las familias que tienen que vivir con 170 lucas?”, se pregunta.

Según la encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) de 2009, 719 mil 513 trabajadores en Chile (11% de la fuerza laboral total) perciben como máximo un salario mínimo (SM) mensual. Si proyectamos esto en un grupo familiar de sólo tres personas, el número de quienes subsisten con él aumenta exponencialmente.

LA COMISIÓN

Los primeros meses de 2010, economistas y representantes de los empresarios y trabajadores formaron la Comisión Técnica de Salario Mínimo, con el fin de dar un marco técnico a su negociación. En junio, propuso un reajuste de un 3%, en línea con la inflación esperada, lo que fijó el actual valor.

En ese momento, Arturo Martínez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), señaló que si el Gobierno subía el reajuste a 175 mil pesos, lo aprobarían de inmediato. Ello no ocurrió ¡Por tres mil pesos de diferencia!

Felipe Larraín, ministro de Hacienda, destacó que lo que finalmente se dio “es mucho más generoso que lo que se aprobó en promedio durante los últimos 9 años” de los gobiernos de la Concertación. No mentía.

Roberto Morales, secretario técnico de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (Fiel, ligada a la CUT), quien fue uno de los dos representantes de la sindical en la instancia, indica que hubo varios acuerdos positivos.

“Concordamos en que la productividad no es solamente lo que hace el trabajador. Si trabajo en una mina chica, y gano 500 mil pesos, y luego me cambio a Codelco, donde voy a ganar dos millones, pasé de ser un trabajador de baja productividad, a uno de alta. Cuando se habla que los trabajadores en Chile producen poco, se debiera decir que son las empresas las de baja productividad”, explica, agregando que la mayoría de las pequeñas y medianas empresas son muy precarias.

Además, acordaron que en el cálculo debe incorporarse el crecimiento de la economía y que el piso mínimo debe partir de la inflación (o IPC), ya que el reajuste 2010 no lo alcanzó.

“Eso es un cambio de paradigma, ya que el crecimiento estaba disociado de los salarios. Incluso fue aceptado por los economistas más neoliberales, que piensan que el SM ni siquiera debería existir”, comenta.

La Comisión plantea cambiar el reajuste al 31 de diciembre y no en julio como hoy, por la claridad de las proyecciones a fin de año. A mediano plazo, propone fijar el SM por tres años, considerando variables como el IPC y la productividad, medida a través del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la actividad económica y el empleo. Este año el salario mínimo aumentaría en 10 mil 320 pesos.

Para Manuel Ahumada, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), esta Comisión es una “faramalla” que utiliza el Gobierno de turno. “Ahí no hay nadie que represente el verdadero sentir de un trabajador que sobrevive con un ingreso mínimo”.

Arturo Martínez afirma que están abiertos a que sea trianual, trimestral o en otra modalidad: “No hemos conversado con el Gobierno, eso es recién en junio”. De todas formas, el ministro de Hacienda se mostró dispuesto a discutir un reajuste plurinanual.

El presidente de la Confederación de la Producción y Comercio (CPC), Lorenzo Constans, valora el esfuerzo de llevar la discusión a la Comisión. Asimismo, señala que “es muy positivo contar con una fórmula que evite el desgaste que generan las negociaciones todos los años” y se muestra favorable al reajuste trianual, aunque con cautela.

Esta cautela se vuelve rechazo en el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), de tendencia derechista, ligado a la UDI. Ricardo Matte, director de su programa económico, y Susana Jiménez, investigadora, aseguran que la imposición del salario mínimo se traduce en una menor demanda por trabajo, así como que la Comisión confirma que las alzas de SM conllevan un efecto indeseado en el empleo.

Sin embargo, Roberto Morales contradice, ya que no hay estudios concluyentes que indiquen esto. “Los estudios que indican que a más salario más desempleo, están hechos en contextos de crisis”. Además, añade que Chile no tiene un mercado laboral rígido, ya que la flexibilidad laboral es mucha en la práctica, las leyes son restrictivas para los trabajadores y la negociación colectiva ocurre sólo en el papel.

El economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman, señala que en la actual discusión del sueldo mínimo se ha obviado la variable de la distribución del ingreso, la que sí estaba antes en el debate. “No hay que olvidar que en Chile las propias estadísticas acusan que un 70% de los trabajadores asalariados no ganan más de 300 mil pesos”. No sólo hay que debatir el tema del sueldo mínimo, sino que sobre todo la calidad del empleo, sobre todo cuando el Gobierno asegura que está creando el millón de empleos prometidos”.

SALARIO MÍNIMO Y NECESIDADES

P (quien prefiere no dar su nombre) trabaja en un ministerio. Tiene 32 años y su salario bordea el millón de pesos, aunque igual tiene deudas. Vive solo en un departamento frente al Parque Forestal. Su refrigerador es generoso, su biblioteca es amplia y cada cierto rato revisa su blackberry y contesta los e-mails. P es hijo de una profesora y un empleado de banco. Hijo de la “clase media”, esa que con horas de ausencia en el hogar pudo pagar la educación de sus hijos. “No se cómo la gente puede vivir con 170 lucas, menos de lo que pago de arriendo”, reflexiona.

Según el Servicio de Alimentación y Nutrición de la Universidad de Chile, la Canasta Básica para sobrevivir una semana es de $45.000 para una familia de 2 adultos y 2 niños. Es decir, 180 mil al mes. Esto sólo considerando alimentación; no transporte, ropa, servicios básicos o cultura.

Para el economista de Fiel, considerando las cuatro personas (4,2) que componen, en promedio, una familia pobre en Chile, el SM debiera ser equivalente a 4,2 canastas básicas. Es decir, 260 mil pesos.

“El ingreso mínimo no es un valor que permita al trabajador vivir como ser humano en un grupo compuesto por cuatro personas”, afirma Ahumada. Si añadimos la precariedad y bajos ingresos del trabajo femenino, el panorama se oscurece.

La CUT propuso subir de los 172 mil a 220 mil en 2013, un reajuste de 8,6% promedio anual. No obstante, el presidente de la CGT recuerda que 180 mil pesos era lo que pedía la CUT en 2006, por tanto su impacto en las negociaciones -y su representatividad- ha sido mínimo estos años.

Recuerda que la medida del Programa de Economía del Trabajo (PET) estipulaba en sus cálculos “2,7 panes diarios por persona, una bolsa de té, una y media pechuga de pollo al mes…. una alimentación mínima, sólo para mantener la fuerza corporal”.

Para el dirigente, hoy el SM debiese ser de, al menos, 319 mil pesos, sólo por canasta básica, ya que con locomoción sube 100 mil pesos.

Pero ¿por qué el sueldo mínimo aumenta tan poco? Para Cecilia Cifuentes, investigadora del programa económico de LyD, la respuesta es simple: “A un salario alto nadie contrata a trabajadores poco productivos. Si el salario mínimo es muy alto, se le impide a un joven recién salido del colegio y sin experiencia encontrar trabajo; si una persona tiene dos nanas en su casa, te aseguro que se quedará con una sola”.

“Reconocemos que cuando un trabajador es el único sostén de su familia, muchas veces su remuneración no alcanza. Por eso compartimos la idea planteada por la Iglesia y recogida por el actual Gobierno de implementar un sueldo ético familiar”, indica el presidente de la CPC.

INGRESO ÉTICO FAMILIAR

El Ingreso Ético Familiar (IEF) es una iniciativa del Gobierno inspirada en el negative income tax de Milton Friedman, apóstol del libre mercado, en el que se asegura a las personas un ingreso, independiente de si proviene del trabajo o de subsidios estatales.

“Es un beneficio que combina protección social con promoción social. Entregamos una asignación que garantice un piso mínimo, pero la ayuda crece cuando la familia se esfuerza por salir adelante”, señaló el ministro Felipe Kast.

El aporte consistirá desde 2012 en subvenciones y alzas en beneficios ya existentes, que se entregará a las 130 mil familias más pobres. No modifica el SM, sólo lo complementa.

Aunque todas las cifras hablaban de 250 mil pesos –lo que Hacienda rechaza- la asignación entregada en abril alcanza sólo los 120 mil pesos, que es la suma de los 80 mil promedio de las familias más pobres del programa Chile Solidario, más los 40 mil del bono establecido en la Ley de Presupuesto.

Los niños que acrediten su matrícula recibirán $5.000 mensuales, igual que los alumnos que asistan al colegio. Si cumplen estos puntos, las familias recibirán 45 mil pesos al año.

Pero la modalidad conlleva riesgos y lo hacen notar economistas de todas las tendencias. “Se puede generar la contradicción de que el trabajo sea menos importante desde el punto de vista económico y social que el subsidio, y que no se ataque el problema de fondo, que es que la gente viva de su trabajo de manera digna”, explica el especialista de Fiel.

“Este IEF debe establecerse en conjunto con incentivos que eviten la dependencia del Estado, es decir, lograr que la persona se pueda mantener por sus propios medios”, advierte Cifuentes.

Las políticas sociales deben existir, mejorarse, apuntar a la clase media, pero también debe haber otras que mejoren el ingreso proveniente del trabajo. “Es la forma de apuntar hacia la equidad”, afirma Morales.

A pesar de reiterados intentos con sus encargados de comunicación –Carolina Andrade, Andrés Venegas y Rodrigo Medina, respectivamente- no conseguimos la versión de las carteras de Trabajo, Hacienda ni Planificación.

DISTRIBUIR PARA IGUALAR

“Chile impulsó estos años la redistribución del ingreso, hoy es hora de atacar la distribución del ingreso”, afirma Morales. Es decir, distribuir desde donde se genera la riqueza. Además insiste en que hoy no se puede hablar sólo de pobreza absoluta (los que no tienen nada) sino también de la relativa, de la inequidad entre los que tienen más y los que tienen menos. A su juicio, el salario proveniente del ingreso del empleo es la dirección para superar la pobreza, no sólo las políticas públicas de re-distribución del ingreso, como piensan otros economistas.

Andrés Marinakis, especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reconoce que, a pesar de lo correcto de las definiciones, “son insuficientes para corregir las desigualdades que existen. Si vemos la evolución de la estructura de los asalariados a lo largo del tiempo, vemos que crecientemente hay un mayor porcentaje que se concentra a niveles cercanos al salario mínimo”, explica.

P y Esteban no se conocen, y, probablemente, sus vidas nunca lleguen a toparse. P viajará a Europa en 2012 a cursar un postgrado en su área; Esteban aspira a estudiar cocina en un instituto, pero sabe que primero debe asegurar el sustento de su hija. Para él y para muchos chilenos –no así para una minoría- el salario que recibe es una barrera que lo ahoga en un círculo casi imposible de abandonar. Una barrera que amenaza con aislar sus sueños en el rincón más oscuro del horno de una panadería.

CASEN 2009

-319 mil trabajadores reciben entre 1 y 1,25 SM, por lo que si se suma a quienes ganan menos que eso se llega a 1.038.901 personas.

-75% del total de trabajadores a ingreso mínimo trabaja en el sector privado, principalmente mujeres del servicio doméstico (desde marzo, su salario no puede ser menor al mínimo).

-El 27% de los trabajadores entre 18 y 21 años percibe mensualmente entre 1 y 1,25 salarios mínimos.

-El 19% de las mujeres recibe el salario mínimo, frente al 14% de los hombres.

-La pobreza afectó a 2.564.032 personas en el año 2009, es decir, hubo 355.095 más personas pobres que en 2006.

-Las regiones con los niveles más altos de pobreza, (más de 20%), son la del Maule, Bío-Bío, de la Araucanía y de Los Ríos. Los mayores incrementos se dieron en la de Atacama y de la Araucanía.

-Evolución del salario mínimo:

2003: $ 115.648

2004: $ 120.000

2005: $ 127.500

2006: $ 135.000

2007: $ 144.000

2008: $ 159.000

2009: $ 165.000

2010: $ 172.000

Fuente: tusalario.org, perteneciente a la red internacional WagelIndicator

-Asignaciones familiares

Ingresos hasta $177.212, $6.776

Hasta $298.028, $4.902

Hasta $464.523, $1.549

-La probabilidad de vivir en pobreza para un niño en Chile es de 25%, para un adulto mayor es de 9% y para un adulto es de 14%.

-Según el Instituto Libertad y Desarrollo, el 5,51% en que se han reajustado los comestibles entre noviembre del 2009 y marzo de 2011 se traduce en que la línea de la pobreza pasó de $64.134 a $65.109 en la zona urbana y de $42.242 a $42.884 en la rural. Una persona que tiene menos de ese monto mensual es considerada pobre. Esto de acuerdo a metodologías internacionalmente aceptadas. Por esta razón, 79 mil 800 personas (unas 18 mil familias) se suman hoy a los pobres cuantificados por la última Casen.

-IPC: Valor del costo de la vida, que recoge la variación que han tenido cada mes los precios de los bienes y servicios consumidos por los hogares. Se mide en torno a una canasta familiar. Su variación se hace comparando un mes con el anterior.

-Según el Informe Mundial sobre Salarios de 2009, de 108 países en el mundo, 51 no reajustaron sus salarios mínimos. En América Latina, en cambio, de 18 países, sólo Panamá y Perú no reajustaron sus salarios mínimos.

Fuente: OIT

Por Cristóbal Cornejo González

El Ciudadano Nº101, primera quincena mayo 2011

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones