Se realizó velorio y funeral de nueve de los ejecutados por la Caravana de La Muerte

En osarios y no en ataúdes, están sus restos. Fragmentos principalmente óseos comparten a veces el espacio con cruces, biblias y fotografías. Porque hay espacio, aunque el osario sea pequeño, cuando tras años de buscar lo único que han logrado recuperar de sus seres queridos son fragmentos de fragmentos de fragmentos. De huesos. De dientes. De telas. De verdad. En osarios que, además, nunca son sellados porque siempre se esperan nuevos hallazgos o, como esta vez, nuevas técnicas, que permitan más (y más precisas) identificaciones.

Algo parecido a un cuerpo, algo parecido a un entierro, algo parecido a un funeral, algo parecido a la verdad, algo parecido a un duelo infinito, han tenido que buscar, reconstruir, organizar, vivenciar. Porque sobre todo gracias a la fuerza y porfía, y pese a las adversidades que ya son lo habitual en sus vidas e historias, las mujeres (y algunos hombres) que conforman la Agrupación de Familiares de Ejecutados y Detenidos Desaparecidos Políticos de Calama (AFEDDEP), han logrado nuevas identificaciones de restos óseos, por lo que el sábado 5 de noviembre se realizó en el mausoleo de la agrupación, en el Cementerio Público de Calama, otro funeral.

Algo parecido a cumplir con los valores pregonados por todas las religiones hubiese sido realmente juzgarlos; devolver sus cuerpos enteros junto con amagos de explicaciones verídicas; no hablar de guerra, sino de matanza, como han dicho sus lienzos durante estos 43 años. Algo parecido a la consecuencia con estos valores y otros que nos identifican como seres humanos sería hoy apoyarlos, ofrecerles la catedral para realizar una misa, haber tenido personal esperando en el cementerio para ayudar, nuevamente, a abrir y cerrar los nichos, acompañarlos, mucha más gente, en su velorio en la CUT y en la romería al cementerio.

Algo parecido a un abrazo sería acercarse, conocerlos y reconocernos en una historia que no es solo de algunos pocos, sino de todos. Para exigir algo tan parecido a la verdad y la justicia, como la verdad y la justicia; para que todos, los vivos y los muertos, puedan y podamos algún día estar realmente en paz.

Por Yael Zaliasnik