A 20 años del Marzo Paraguayo:

Una vela para José Miguel

La noche del 25 al 26 de marzo de 1999, siete manifestantes fueron asesinados por francotiradores en la plaza ubicada frente al Congreso en Asunción.

Por Wari

28/03/2019

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Porfiria Caballero se define como campesina. Trabaja de empleada doméstica hace más de 30 años en Argentina. Aunque ahora ya se jubiló, sigue trabajando en la misma casa. Hace 20 años, su hijo estaba en la plaza como ella hoy, mientras los campesinos van llegando a la Plaza de Armas, frente al congreso de Paraguay.

Marzo de 1999. Había hablado por teléfono con su hijo José Miguel Zarza Caballero, porque había visto toda la manifestación en Asunción y el asesinato de Luis María Argaña en las noticias de los canales de televisión argentina.

– “No te preocupes mamá, yo tengo examen en estos días y voy a estudiar”, le dijo José Miguel.

Porfiria recuerda ese día como si fuera ayer. “Mi hermano vino y me quería llevar al trabajo, me pareció raro. Cuando llegué a la casa donde trabajo, mi jefe me dijo: mataron a tu hijo. Desde entonces, soy una loca buscando justicia”. Pasaron 20 años del Marzo Paraguayo, pero cada 6 de enero, en su cumpleaños, y cada 26 de marzo, Porfiria viene a la Plaza de los Héroes a prender la vela por su hijo.

“Era mi único hijo y me lo mataron. Era estudiante, quería ayudar a los campesinos y junto con sus ex compañeros del Salesianito habían venido a traer galletas, agua y comidas para los que estaban en la plaza”, dice.

José Miguel Zarza Caballero tenía 25 años de edad y era estudiante, cursaba el tercer año de Ciencias Contables en la Universidad Católica. Vivía con su abuela, la persona que le había cuidado, la doctora Pura Galiano de Vidal, de 68 años. «Abuela, voy a casa de unos compañeros», dijo para no preocupar. No regresó nunca.

El Marzo Paraguayo se cobró la vida de siete jóvenes hace 20 años. Los campesinos, aunque eran de otra organización, pedían entonces, como ahora, una respuesta desde el Estado porque estaban con las deudas en el cuello.

Por Fátima E. Rodríguez

Fotografía: Nicolás Granada

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