Aclamado por los brasileños, Lula da Silva cumple un año en prisión

Víctima de lawfare

Por Leonardo Buitrago

07/04/2019

Publicado en

Brasil / Latinoamérica / Política

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Durante el último año numerosas organizaciones, movimientos sociales , partidos políticos, activistas de los derechos humanos e intelectuales del mundo reclaman la  liberación del líder brasileño y denuncian el carácter político de la persecución judicial ejercida en su contra

 

No sirve de nada intentar acabar con mis ideas, ellas ya están flotando en el aire y no tienen cómo encarcelarlas. No sirve de nada intentar frenar mis sueños, porque cuando deje de soñar, yo soñaré a través de sus cabezas y de sus sueños”. Estas son las palabras que  pronunció el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el 7 de abril de 2018, poco antes de entregarse a la Policía.

Este domingo el mandatario cumple un año en prisión, luego de ser condenado por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de capitales, en un proceso judicial lleno de irregularidades.

El que fue el presidente más popular de Brasil, capaz de alcanzar en 2010 un 87% de aprobación, ocupa desde hace un año una celda de 15 metros cuadrados, adaptada para él, y ubicada en la cuarta planta de la sede de la Policía Federal de Curitiba.

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Por 365 días, Lula ha permanecido privado de sus derechos civiles y  se le ha impedido conceder entrevistas a la prensa para intentar acallar su voz . Solo salió de su celda el pasado 2 de marzo, para ir a São Bernardo do Campo para acudir al entierro de su nieto Arthur, que falleció con tan solo siete años.

Sin embargo, el 29 de enero, cuando perdió a su hermano Genival Inácio da Silva, de 79 años, el juez responsable de autorizar su salida de la cárcel demoró demasiado y no pudo asistir al sepelio.

Durante el último año numerosas organizaciones, movimientos sociales , partidos políticos, activistas de los derechos humanos e intelectuales del mundo reclaman su liberación y denuncian el carácter político de la persecución judicial ejercida en su contra.

Falsos delitos y lawfare

En 2017, Lula fue condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, al ser hallado culpable de aceptar sobornos por 1,1 millones de dólares de la constructora OAS, una de las empresas implicadas en el escándalo de Petrobras.

Sin embargo, según sus abogados defensores, no existe materialidad en las acusaciones porque carecen de lógica y de consistencia. Además han señalado que la ausencia de pruebas que lo incriminen deja en evidencia que es víctima de un fenómeno como lawfare, basado en el abuso de las leyes del procedimiento jurídico con fines políticos.

Entre los vicios del proceso figuran  el uso de los medios de comunicación por parte del juez que condenó al expresidente, Sergio Moro y el Ministerio Público para filtrar informaciones no contrastadas y acusaciones sin sustento.

Los defensores de Lula advirtieron que Moro no ha logrado señalar cuál sería el acto de oficio, de corrupción pasiva, practicado  a favor de la constructora OAS, y que según la sentencia serían “actos indeterminados”, reseña Telesur.

La investigación no logró probar que Lula tuviera una sola cuenta bancaria o una propiedad indebida. Los jueces ignoraron las declaraciones de 73 testigos que contradecían las acusaciones del exdirector de la constructora OAS y los diversos recursos presentados por la defensa del expresidente.

En febrero de este año se le sumó una condena de 12 años y 11 meses por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de capitales, por lo queel líder de la izquierda brasileña podría pasar 25 años en la cárcel.

El  nuevo fallo a cargo de la jueza federal Gabriela Hardt, que sustituyó al frente de la investigación de la Operación Lava Jato al magistrado Moro, actual ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro, consideró que Lula recibió coimas en forma de reformas edilicias en una propiedad cedida temporalmente a su familia.

Aunque fue acusado por la Fiscalía de recibir un apartamento que habría sido pagado y reformado con valores provenientes de tres contratos específicos firmados entre Petrobras y la empresa constructora OAS, en el proceso son se halló ningún valor de contratos de Petrobras que hubiera sido destinado a Lula.

Incluso, el propio líder brasileño  ha dejado claro que es un rehén político.

Yo no estoy preso, yo soy un rehén. Quien no entiende eso todavía no entiende lo que está pasando conmigo”, declaró a través de su cuenta en Twitter.

A lo largo de los últimos 12 meses, sus abogados han presentado varios recursos contra las condenas, llegando incluso a pedir la anulación de la primera, ya que consideran que no hubo pruebas.

En las próximas semanas el Tribunal Superior de Justicia podría analizar por primera vez el recurso de Lula contra la condena por el caso del apartamento. Sus abogados han aportado 18 tesis jurídicas que pretenden revertir la condena y solicitan tres cosas: anulación del juicio en las instancias inferiores, revisión del tamaño de la pena y prescripción.

“Hay un recurso presentado en el Tribunal Superior de Justicia, que todavía no ha sido juzgado, y el juicio del Tribunal Supremo Federal en abril (sobre prisión en segunda instancia). Lula incluso puede ser liberado. Es pronto para hacer una evaluación”, señala Celso Vilardi, abogado criminalista y profesor de la Fundación Getúlio Vargas.

Legado de Lula

El legado de Lula permanece vigente en el pueblo brasileño que aboga por su libertad.

Durante sus dos períodos ejercidos como presidente de Brasil, la nación experimentó un crecimiento económico sin precedentes.

El Producto Interno Bruto por persona triplicó su valor, según el Banco Mundial, y alrededor de 30 millones de personas salieron de la pobreza gracias a las políticas sociales implementadas por su Gobierno.

El político de 73 años dejó el cargo con una aprobación de 80 %, según encuestas. En 2018 se preparaba como candidato para optar de nuevo a la dirección del país sudamericano, pero la persecución judicial le truncó sus planes.

https://www.youtube.com/watch?v=DE6iB18Qu40

Incluso se han recolectado más de 600.000 firmas por parte de movimientos sociales, organizaciones y personalidades del mundo entero que apoyan la candidatura del brasileño al  Premio Nobel de la Paz.

Su abogado, Cristiano Zanin Martins, destaca que el expresidente en ningún momento deja de pensar en el futuro del país.

«Él tiene la certeza de que la verdad prevalecerá y que será absuelto, pues no practicó ningún acto ilícito. No hay ningún otro fundamento para los procesos abiertos contra Lula y para su prisión sino una motivación política», dijo.

Desde este domingo se desarrollará en 36 ciudades de todo el mundo la jornada Lula Libre en respaldo al líder brasileño.

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