¿Por qué los ecuatorianos no quieren más explotación petrolera en el Yasuní ni minera en el Chocó Andino?

Además de las presidenciales, el pasado domingo se realizaron en Ecuador dos consultas: una sobre la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní y otra con respecto a la minería en el Chocó Andino.

Yasuní

Ecuador celebró el pasado domingo elecciones presidenciales y legislativas anticipadas, que dieron como resultado un balotaje —el próximo 15 de octubre— entre Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana, y Daniel Noboa, el abanderado de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN). Pero, además, en la jornada se realizaron dos consultas, una sobre la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní y otra relacionado con la minería en el Chocó Andino.


En ambas consultas, la ciudadanía se pronunció a favor de detener o prohibir estas actividades en esos lugares. Sobre el Yasuní la opinión de los ciudadanos fue nacional, es decir, a ella debió responder todo el electorado, con un «sí» o un «no» a la pregunta: «¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini), conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?».

De acuerdo con los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), con 93,03 % de las actas procesadas válidas, el «sí» gana con 58,99 % (5.243.923 votos), mientras que el «no» alcanza 41,01 % (3.645.503), reseña RT.

¿Qué significa el resultado para el Yasuní?

El Yasuní está ubicado en la Amazonía ecuatoriana y es definido por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica como «un santuario de biodiversidad».

Yasuní
Ecoturismo con la nación nativa Waorani en el Parque Nacional Yasuní. Amazonas, Ecuador Gettyimages.ru

Es considerada una de las zonas con mayor diversidad por metro cuadrado del planeta; y es hogar de los pueblos no contactados o que viven en aislamiento voluntario, como los tagaeri y taromenane. No obstante, en el lugar se encuentra el área petrolera de más proyección de Ecuador, el denominado Bloque 43-ITT.

Al ganar el «sí», de acuerdo con el fallo de la Corte Constitucional, que dio paso a la consulta, las autoridades tienen el plazo de un año para cerrar las operaciones en el campo, algo que desde Petroecuador señalaron que no era posible.

«Eso no es cuestión de coger la mochila y salir de ahí. Hay muchísima infraestructura, hay que abandonar la infraestructura y abandonar de una forma técnica, cada pozo tiene que ser taponado con tres tapones; hay 250 pozos. Hay que sacar toda la infraestructura, desenterrar ductos. Eso normalmente cuesta casi 500 millones de dólares y nos tomaría, no como dice el fallo un año, eso nos tomaría por lo menos cuatro o cinco años», dijo a principios de julio, en un foro en una universidad de Quito, el gerente general de Petroecuador, Ramón Correa.

Asimismo, comentó entonces que las pérdidas alcanzarían los 16.470 millones de dólares, que desglosó en: 467 millones por el costo de abandono del campo, 251 millones relacionados con empleos y compensación social a 20 años, 1.952 millones asociados a inversiones realizadas al 2023 y 13.800 millones por cierre de operaciones.

Para Yasunidos, agrupación que impulsó la consulta popular, el voto por el «sí» significa «preservar la biodiversidad del Yasuní, combatir el cambio climático, proteger a los pueblos en aislamiento y buscar alternativas al extractivismo«.

Yasuní
Protesta para promover consulta popular sobre la extracción petrolera en el Yasuní, 27 de agosto de 2013 Dolores Ochoa / AP

Para que el Estado obtenga los ingresos que ya no se generarán por la explotación petrolera en la zona, la organización propone la reducción de las exoneraciones tributarias, la renegociación de tarifas a las grandes industrias telefónicas, el cobro de deudas millonarias a los primeros 500 deudores del Servicio de Rentas Internas (SRI) y el incentivo del turismo.

Aunque ganó el «sí» en la consulta y con ello se acabará  con la explotación petrolera en el Bloque 43 o ITT, aún se mantendrán actividades de extracción en otros espacios que ocupan parte del Parque Nacional Yasuní, como en el vecino Bloque 31.

Chocó Andino

Respecto al Chocó Andino, esta consulta fue local, solo para los empadronados en el Distrito Metropolitano de Quito, 2.013.628 electores.

En este plebiscito se hicieron cuatro preguntas. La primera rezaba: ¿Está usted de acuerdo con que se prohíba la explotación de minería metálica de escala artesanal dentro del Área de Importancia Ecológica, Cultural y de Desarrollo Productivo Sostenible conformada por los territorios de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino?

Las tres siguientes preguntas fueron similares, solo cambió la «escala» de la explotación, a «pequeña», «mediana» y «gran».

Un votante marca su boleta durante las elecciones anticipadas, Ecuador, 20 de agosto de 2023 Dolores Ochoa / AP

Según los resultados del CNE, el «sí» supera el 68 % en las cuatro preguntas, con más de 900.000 votos en cada una; mientras que el «no» alcanza poco más del 31 %, con alrededor de los 430.000 sufragios.

Importancia de este bosque

El Chocó Andino es un área de 286.000 hectáreas, con 12 tipos de bosques subtropicales nativos. Está ubicado al noroccidente de la provincia de Pichincha, de la que es capital Quito, y en julio de 2018, fue declarada por la Unesco como Reserva de Biosfera.

La organización Quito sin Minería, que promovió la consulta, señala que «este bosque remueve de la atmósfera por lo menos 266.000 toneladas de carbono anualmente, lo que ayuda a disminuir el calentamiento global».

Se trata de una región de muy alta biodiversidad, dice la Unesco, que «alberga casi 270 especies de mamíferos, entre ellas el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el mono aullador de manto ​ecuatoriano (Alouatta palliata), la pacarana (Dinomys branickii) o especies endémicas como el tucán del Chocó o la rana cohete de Pichincha».

Además, los cerca de 880.000 habitantes de esta reserva de biosfera «viven en su mayoría de la producción de fruta y verdura, así como de la caña de azúcar, la piscicultura, la ganadería y el pequeño comercio».

El área es rica en metales, especialmente oro, cobre y plata. Se han dado 12 concesiones mineras metálicas y otras seis están en trámite que abarcan unas 27.000 hectáreas, aunque ninguna está en explotación todavía.

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