Espionaje colombiano en Europa: Agentes secretos de Uribe son enjuiciados en Bruselas

Agredieron a varias ONG y defensores de los derechos humanos

Para finales de 2003, el entonces presidente colombiano creó lo que se denominó el G3, una dependencia del organismo de inteligencia que se convirtió en una máquina criminal que “siguió, amenazó, interceptó comunicaciones y lanzó campañas de desprestigio contra ciudadanos colombianos y extranjeros”


Este viernes comenzó en Bruselas un juicio relacionado con la denominada «Operación Europa«, perpetrada por el Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) durante los gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010) y que tuvo como objetivo espiar a varias ONG y defensores de derechos humanos europeos o colombianos residentes en el viejo continente.

El propósito de esta operación ejecutada entre 2005 y 2010 también fue desacreditar e inhabilitar a estas organizaciones, así como al sistema jurídico europeo, la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Las labores de espionaje del extinto organismo colombiano se desarrollaron principalmente en Bélgica y tuvieron como víctimas a defensores de los derechos humanos belgas y colombianos.

Según la Federación Internacional de Derechos Humanos y la Oficina Internacional de los Derechos Humanos Acción Colombia (OIDHACO), el espionaje incluyó la “captura de correos electrónicos, seguimientos, escuchas ilegales, amenazas telefónicas y robos de discos duros con información sobre responsabilidades del Gobierno colombiano en violaciones de derechos humanos”.

“También, personas y organizaciones belgas fueron víctimas de seguimientos ilegales, robo de documentos y amenazas durante diversas visitas que realizaron a Colombia por motivos de trabajo en proyectos de cooperación europea”, indicaron en un comunicado.

Álvaro Uribe trató de convertir al DAS en su propia versión de la CIA para llevar a cabo labores de espionaje. Imagen: Web.

La CIA de Uribe

Durante su gobierno, Álvaro Uribe se propuso convertir al DAS en su propia versión de la norteamericana Agencia Central de Inteligencia (en inglés, Central Intelligence Agency, CIA), para ejecutar acciones de espionaje y contraespionaje en el exterior.

El entonces mandatario nombró como director  del organismo a Jorge Noguera y éste designó como jefe de informática a Rafael García, un confeso miembro de los grupos paramilitares. Ambos  iniciaron el megaproyecto de espionaje, a través del Grupo de Observación y Verificación Nacional e Internacional (GONI) que después pasó a llamarse Grupo de Contrainteligencia Exterior (GCOE).

Jorge Noguera, el exjefe del organismo de seguridad se encuentra privado de su libertad en la cárcel La Picota de Bogotá. Foto El Heraldo.

Posteriormente,  el propio Uribe nombró a otros cuatro directores, Joaquin Polo, Andrés Peñate, Maria del Pilar Hurtado y Felipe Muñoz, quienes junto con otros  30 funcionarios (que fueron procesados y condenados) ejecutaron los planes espiatorios, no solo para perseguir a opositores, sino también a refugiados políticos, organizaciones de derechos humanos, tanto dentro de Colombia como en países lejanos. 

Una vez el DAS fue convertida en la “CIA de Uribe”, elaboró megaproyectos y «proyectos» tanto internos como para cada país cercano y áreas de distintos continentes “blancos” de sus objetivos políticos, operó en casi 30 países, e hizo seguimientos a una Nobel de Paz, a eurodiputados, al Parlamento Europeo, así como a importantes directores y oficinas de Derechos Humanos en el mundo. Casi ninguna organización nacional e internacional importante en el planeta que tuviera relaciones de derechos humanos con Colombia estaba fuera de su vigilancia”, reseñó el portal Alainet.

La CIA de Uribe tuvo su propio “canciller”, Germán Villalba Sánchez, quien actuó como oficial de enlace ante la Dirección Antidrogas de Italia. Desde allí, durante más de dos años, en Europa monitorizó y espió a colombianos y extranjeros, así como organizaciones de derechos humanos colombianas e internacionales e interceptó correos electrónicos.

Operación Europa

Siguiendo órdenes de Uribe, Germán Villalba dirigió la Operación Europa con el fin de neutralizar la influencia y desprestigiar al sistema jurídico europeo, la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Según relató el abogado Luis Guillermo Pérez, de la Federación Internacional de los Derechos Humanos, la Operación Europa comenzó luego de que el 10 de febrero de 2004, ante la presencia de Uribe en el Parlamento Europeo, más de 100 representantes de ese continente se levantaron de sus curules con bufandas blancas en señal de protesta por los vínculos del entonces presidente con grupos paramilitares.

Para finales de 2003, en el interior del DAS ya se había creado lo que se denominó el G3, una dependencia del organismo de inteligencia que se convirtió en una máquina criminal que “siguió, amenazó, interceptó comunicaciones y lanzó campañas de desprestigio contra ciudadanos colombianos y extranjeros”.

Dicha célula secreta operó a sus anchas entre 2003 y 2005 y realizó operaciones contra periodistas, abogados, defensores de derechos humanos, magistrados y dirigentes políticos de izquierda.

El objetivo era que en Europa la imagen del Gobierno de Uribe estuviera protegida.

Jorge Noguera ordenó al G3 el reclutamiento de fuentes humanas en Europa, en especial en Bruselas, ya que allí se reúne la mayoría de las instituciones del orden europeo.

Según las investigaciones de la Fiscalía colombiana, la persona encargada de coordinar las acciones ilegales del DAS en Inglaterra, Alemania, Holanda, Francia, Italia, España y Bélgica, fue Germán Villalba.

Villalba reveló en un interrogatorio realizado el 5 de enero de 2011, que en el marco de la ‘’Operación Europa’’, recibió órdenes del G3 para efectuar campañas de desprestigio y propaganda negra contra el Comité de Derechos Humanos de la Unión Europea.

Aseguró, además, que su trabajo como coordinador de fuentes humanas desde el año 2004, fue encomendado directamente por Jorge Noguera.

El propio Germán Villalba relató en una de sus declaraciones que cuando fue asignado como oficial de enlace ante la Dirección Antidrogas de Italia en 2003, el director Jorge Noguera le pidió reclutar fuentes para seguir a los blancos escogidos por el DAS.

“Los métodos utilizados por el DAS en Colombia, pero también en Europa, no tenían la intención de prevenir o proteger a los ciudadanos. Por el contrario, lo que buscaba era el desequilibrio de todo aquel que pensara diferente al presidente Uribe” denunció la belga Isabelle Durant, exvicepresidenta del Parlamento Europeo.

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El objetivo de la operación de espionaje era que en Europa la imagen del Gobierno de Uribe estuviera protegida. Imagen: web.

Espionaje en Bélgica

Dos personas, tres ONG belgas y tres organizaciones internacionales interpusieron una denuncia en octubre de 2010 ante el juez belga, Oliver Levoux, contra el DAS colombiano.

Estas organizaciones y las personas que trabajan para ellas denunciaron haber sido víctimas de escuchas telefónicas, de interceptación de correos electrónicos y de robos para sustraer archivos informáticos y amenazas.

Asimismo, manifestaron que estas acciones ilegales, que incluyen delitos difamación, espionaje e intimidación, dificultan el funcionamiento de la democracia tanto en Colombia como  en Europa.

Entre las ONG que acusan al DAS de espiar sus actividades figuran: la Federación Internacional de Ligas de los Derechos Humanos, la Liga Belga Francófona de los Derechos Humanos, Oxfam-Soldarité CNCD-11-11-11, y la ONG flamenca Broederlijk Delen (compartir como hermanos).

Asimismo, Luis Guillermo Pérez, secretario general de la Federación Internacional de Derechos Humanos, y exiliado colombiano acusó al DAS de las amenazas recibidas por su familia, de hostigamiento y del robo de una computadora personal que se produjo “casualmente” un día antes de una audiencia en la Corte Penal Internacional en La Haya, para denunciar al gobierno de Uribe.

El DAS interceptó  correos electrónicos y llamadas telefónicas, fotos e información personal que fueron recopiladas y enviadas a Colombia, explicó.

Los documentos incautados en Colombia durante el proceso revelan que se tomaron medidas para privar a una de las ONG de que se beneficiara de financiación europea para sus acciones en favor de los derechos humanos y también para desacreditarlas e intimidarlas.

A raíz de estos hechos, las dos personas, las tres ONG belgas y las organizaciones internacionales interpusieron la denuncia y al constituir violaciones graves a los derechos fundamentales, contemplados en las leyes belgas, la Liga de Derechos Humanos decidió apoyar su causa.

Los espías del DAS

El juez de Bruselas comenzó a indagar y aunque el caso estuvo detenido durante años, las autoridades belgas lograron identificar e interrogar a dos ciudadanos que actuaron para el DAS en Bélgica: Patricia Betancourt y Victor Hugo Herrera, quienes admitieron haber sido contratados y recibido pagos para realizar las labores de espionaje.

Ambos aceptaron haber recibido dinero del DAS, pero negaron cometer delito alguno. “Todo se hizo con fuentes abiertas, en Internet”, explicó Herrera, quien nació e  Colombia y tiene nacionalidad belga.

Confesó que sus nexos con la policía secreta empezaron en 2003 por cuenta de su excuñado Hugo Abondano, un mayor de las Fuerzas Armadas que le presentó en el Club Militar de Bogotá a Germán Villalba, quien una vez hecho el contacto empezó a pedirle información.

Incluso, relató que Villalba le presentó a Jorge Noguera en una oficina en Bogotá, y que éste sabía de la propuesta que le hicieron de “ayudar” al DAS.

Según él, Noguera le preguntó si haría eso “por la patria”. A lo que contestó Herrera: “Si hiciera eso por la patria no cobraría mis honorarios”.

Aunque volvió a hablar con Noguera, en cambio, si se vio con Villalba en varias ocasiones en Europa.

Germán me pidió encontrar información sobre personas y organizaciones que denigraban al presidente Uribe y de Colombia”, dijo, al tiempo que indicó que había aceptado la propuesta y que el dinero por este trabajo le fue consignado a una cuenta bancaria en Colombia.

Al ser interrogado sobre qué tipo de información remitió al DAS, Víctor Hugo Herrera señaló categórico: “Se trata de información proveniente de fuentes abiertas. Buscaba en Internet información y se la transmitía a Germán”.

De acuerdo con su versión, durante los años que envió información al DAS, presuntamente toda bajada de Google y de otros motores de búsqueda, recibió unos 5.000 euros. “Compré un apartamento en Bogotá con ese dinero”, admitió.

Por su parte, Patricia Lucía Betancourt, periodista de profesión y nacida en Venezuela, expresó que en un principio fue contactada para saber cuál era la imagen de Colombia en Europa y cuáles grupos y personas hablaban mal o bien del país.

“Quería saber quién hacía lobby en ambos lados”, contó Betancourt.

Luego, indicó que conoció a Germán Villalba, quien le pidió un perfil de personas que tuvieran relación con Colombia.

Betancourt indicó que transmitió algunos nombres de personas e instituciones europeas, pero “que todas esas informaciones eran públicas y estaban en internet”

Con su contacto del DAS, a quien identificó como Manuel (Germán Villalba), esta mujer llegó a un acuerdo: cada vez que enviaba esa información debían pagarle 600 euros. La mayoría de sus reportes eran por correo electrónico, aunque se encontró con este agente del DAS “dos o tres veces” entre 2004 y 2005. En total, contó, recibió 2.000 euros por su colaboración.

Después de que en octubre de 2005 se produjera la salida del DAS de Jorge Noguera (actualmente preso en Colombia), la Operación Europa se cerró.

“Me dijeron que no me necesitaban más porque el nuevo director no estaba interesado en este tipo de trabajo”, relató  la periodista.

Tanto ella como Víctor Hugo Herrera enfrentan denuncias por haber sido enlaces del organismo de inteligencia en Bruselas, y aunque por años han insistido en su inocencia, en Colombia las víctimas del DAS tienen claro que “nadie paga 7.000 euros por bajar artículos de Internet”.

Tras casi 10 años de pesquisas, el caso no se ha avanzado lo suficiente porque, tal y como aseguran los denunciantes, las autoridades colombianas no han cooperado con las belgas.

“Las autoridades colombianas nunca permitieron que el juez de instrucción belga fuera a Colombia para interrogar a exfuncionarios del DAS que cumplen penas de prisión”, indicaron en un comunicado.

Aunque como consecuencia de este bloqueo la mayoría de los delitos identificados no han podido atribuirse a las personas identificadas, la oficina del fiscal federal pudo procesar a la Patricia Betancourt, por calumnia, quien este viernes comenzó a enfrentar el proceso judicial en la Cámara del Tribunal penal de primera instancia de Bruselas.

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