Más de 7 millones de bolivianos eligen este domingo nuevos gobernadores y alcaldes

Un total de 7 millones 131.075 ciudadanos están convocados a votar este domingo en Bolivia, para elegir a sus gobernadores, alcaldes, representantes de asambleas y concejos municipales en los nueve departamentos del país.

Salvador Romero, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), informó que durante esta jornada se elegirán 4.962 nuevas autoridades entre titulares y suplentes.

De esa cifra total de funcionarios a elegir por votación pública, 583 son autoridades departamentales, 27 regionales y 4.352 municipales.

Romero destacó que desde el jueves las distintas gobernaciones comenzaron a emitir las declaratorias de Auto de Buen Gobierno, para permitir que estas elecciones transcurran en un marco de la tranquilidad.

Asimismo, subrayó que a partir del viernes comenzó la distribución del material electoral, mientras que el sábado se publicaron las listas de candidatos.

Llamó la atención, además, sobre la necesidad de que la ciudadanía acuda al ejercicio electoral respetando los protocolos sanitarios adoptados para evitar contagios de la Covid-19, los cuales se probaron con éxito durante las elecciones generales del 18 de octubre de 2020.

El presidente del TSE también recalcó que en todo el país abrirán más de 35.000 recintos electorales para evitar al máximo las aglomeraciones.

Dio a conocer, además, que el cómputo oficial de resultados será rápido y seguro, y ratificó que a partir de las 20H00 hora local se podrán comenzar a difundir resultados de la elección de autoridades regionales y locales.

Tendencias

El MAS busca en esta oportunidad repetir el triunfo que tuvo en las pasadas elecciones con Luis Arce y recuperar zonas que han sido masistas como lo es El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia, donde una exmilitante de ese partido, la expresidenta del Senado Eva Copa tiene todas las opciones para ganar en esa urbe.

Es probable que el oficialismo revalide su fuerza política en las áreas rurales, aunque aún tiene dificultades para ganar en zonas urbanas, como las principales ciudades bolivianas.

Por su parte, la oposición llega de nuevo a unas elecciones por separado y en el mapa político no se prevé que pueda restarle zonas al partido gobernante.

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