ONU llama a Colombia a «una profunda transformación» de la policía antidisturbios

En su informe anual, la oficina del Alto Comisionado de la ONU solicitó una reforma urgente al cuerpo del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), tras evidenciarse el uso desmedido de la fuerza para reprimir las protestas

Por Nelytza Lara

27/02/2020

Publicado en

Colombia / Latinoamérica

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La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) consideró urgente una reforma al cuerpo del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de Colombia, tras acusaciones sobre el uso desmedido de la fuerza para responder a las protestas contra el Gobierno del presidente Iván Duque. 

En su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, la oficina denunció que algunos miembros del Esmad no han cumplido con las «normas y estándares internacionales» en el uso de la fuerza.

La oficina del ACNUDH también documentó la «privación arbitraria de la vida» de un estudiante de 18 años, así como lesiones oculares o craneales causadas por proyectiles disparados por las fuerzas policiales. 

De igual forma, el organismo indicó que ese cuerpo represivo cometió «actos contra los manifestantes que podrían llegar a constituir malos tratos y/o tortura, tales como desnudez forzada, amenazas de muerte con matices racistas y repetidas golpizas».

En ese contexto, la instancia de Naciones Unidas urgió al Estado a iniciar «investigaciones exhaustivas, efectivas e independientes» sobre los casos de uso excesivo de la fuerza por parte del Esmad, e insistió en la necesidad de una «profunda transformación» de ese cuerpo, que pase por la revisión de protocolos de actuación «y de las armas y municiones menos letales para que cumplan con las normas y estándares internacionales».

A la par, la organización recomendó restringir «en la mayor medida posible» el uso del Ejército para labores de orden público, y recomendó trasladar la supervisión de las fuerzas de seguridad del Estado al Ministerio del Interior.

Desde el pasado 21 de noviembre iniciaron las protestas en contra del Gobierno de Duque, ante el descontento de sectores estudiantiles, obreros y universitarios. Durante las movilizaciones se denunciaron los excesos por la represión de uniformados del Esmad.

El más crucial fue el asesinato de Dilan Cruz, un joven de 18 años que participaba en una manifestación pacífica en el centro de Bogotá. Según Medicina Legal, el elemento que golpeó a Cruz en la cabeza fue un proyectil tipo ‘bean bag’, disparado por una escopeta calibre 12, un arma convencional usada por el escuadrón antidisturbios.

Pese a la cuestionada actuación de ese cuerpo, el gobierno colombiano presentó a finales del año pasado una política de seguridad que pretendía «reforzar» el Esmad, multiplicando el número de efectivos para «mejorar su respuesta, intensificar su entrenamiento, del mismo modo que la formación».

Con información de RT

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