Acuerdo de diálogo en Venezuela obliga a Gobierno y oposición a replantear sus estrategias

El pueblo venezolano está “ahogado” por las sanciones y el Gobierno de Maduro, según el análisis del diario español El País, está desterrado de la comunidad internacional. La oposición, por su parte, dice está desaparecida casi por completo de la vida política doméstica y con unos índices de popularidad muy bajos.

El acuerdo de diálogo entre el Gobierno y oposición venezolana, obliga a los dos sectores a replantear sus estrategias, destaca un análisis del diario El País de España  sobre la crisis venezolana.

“La certeza de que la situación actual no beneficia a nadie cobra fuerza y obliga a todas las partes a replantear su estrategia”, destaca el análisis.

Señala que el Gobierno de Nicolás Maduro está ahogado por las sanciones y desterrado de la comunidad internacional. La oposición está desaparecida casi por completo de la vida política doméstica y con unos índices de popularidad muy bajos.

En los propios venezolanos, a los que la pandemia y el proceso de dolarización informal llevado a cabo en el último año han seguido hundiendo en una crisis económica devastadora.

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“La popularidad de Guaidó ha caído, también la capacidad de movilización de la oposición, lo que le ha permitido al chavismo ganar terreno en el control doméstico y territorial”; explicó Michael Penfold, investigador global del Wilson Center. Foto referencial: Web.

Y en la comunidad internacional están conscientes ya de que la política de sanciones y el cierre de filas ante el liderato de Juan Guaidó no han logrado minar el poder del Ejecutivo.

La salida de Donald Trump, epicentro de la estrategia de fundir al Ejecutivo venezolano con sanciones económicas, abre una nueva ventana de oportunidad para el actual gobierno de Venezuela.

“La popularidad de Guaidó ha caído, también la capacidad de movilización de la oposición, lo que le ha permitido al chavismo ganar terreno en el control doméstico y territorial”; explicó Michael Penfold, investigador global del Wilson Center.

El presidente Maduro no quiere correr riesgos políticos; pero conoce la certeza de que no habrá levantamiento de sanciones si no se producen avances hacia un proceso dentro del país.

Diálogo hasta ahora estéril

“Estoy de acuerdo, con la ayuda del Gobierno de Noruega, la Unión Europea, el Grupo de Contacto, cuando quieran; como quieran; donde quieran, para reunirme con toda la oposición”, aseguró el mandatario.

Esa no fue la primera ni la única sorpresa en una semana en la que, para algunos analistas consultados, la Revolución Bolivariana ha hecho los mayores gestos y concesiones de los últimos años.

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Los movimientos empezaron llamando a la puerta del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden. Fotro: AP.

Varias señales hacia la comunidad internacional y hacia el interior del país que abonan el terreno de un diálogo que hasta ahora siempre ha resultado estéril.

Los movimientos empezaron llamando a la puerta del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden. El primer mandatario Nicolás Maduro permitió la entrada de ayuda humanitaria de Naciones Unidas después de un año de negociaciones y; entre otros gestos, cambió la prisión por el arresto domiciliario de seis empresarios petroleros con doble nacionalidad encarcelados en Venezuela desde hace tres años.

“La gran pregunta es cómo va a reaccionar la Administración de Biden. Si hay una manera de incentivar a Maduro a que haga más concesiones para lograr una restauración de la democracia.

Han dicho que lo siguen muy de cerca y apoyan una solución negociada, pero se corre el riesgo de que si no dan algún tipo de señal o incentivo (levantar alguna de las sanciones impuestas por Trump), Maduro podría abandonar este nuevo intento de una posible apertura”, asegura Geoff Ramsey, director para Venezuela de la organización de investigación y defensa de los derechos humanos Wola.

Observadores del proceso es clave

La participación de la comunidad internacional como mediadores de una negociación entre oficialismo y oposición y observadores del proceso electoral es clave.

El rol de la comunidad internacional era de presión; el dilema ahora no es si van a presionar más o menos, sino si van a acompañar este proceso”, añade Penfold.

En las legislativas que se celebraron el paso mes de diciembre, la Unión Europea intentó un aplazamiento de los comicios por la falta de garantías, pero el Gobierno de Maduro se negó.

Los comicios, en los que la oposición no participó, no fueron reconocidos. La abstención fue del 70%. Algunas voces en Europa reconocen ahora que se abre una nueva oportunidad.

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