Ahora se está muriendo el Bueno


Por Director

09/01/2007

Publicado en

Medio Ambiente

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En Río Bueno y La Unión, comunas bañadas por el mismo río, cloacas inescrupulosas siguen operando, sin que la autoridad tome medidas.


riobueno
La bola de nieve que rueda por la ladera de una gran montaña y se convierte en una destructiva avalancha que arrasa con un poblado completo, podría ser una buena metáfora para graficar lo que viene ocurriendo, de manera acelerada, con la situación del vertedero industrial que mantiene la empresa Tresol, en Cachillahue, comuna de Río Bueno.
Sin embargo, para ser más exactos, debiéramos decir que no es precisamente “nieve” lo que acarrean los camiones de esa empresa desde los más alejados lugares de la región (y de otras), hasta la citada localidad rural. Baste señalar que la empresa de agua potable ESSAL, traslada hasta el vertedero de Tresol todos los lodos orgánicos que extrae de su planta de tratamiento de aguas servidas del sector Cocule (equidistante entre La Unión y Río Bueno).
Lo paradójico es que antiguamente, cuando no existía la planta de tratamiento, los desagües de Río Bueno desembocaban (¡horror!) en el propio río, pero varios kilómetros aguas abajo de la planta que extrae, del mismo río, el agua potable de la ciudad.
Hoy, que los excrementos y desechos diversos se procesan en la cacareada planta de tratamiento que ESSAL inaugurara hace un año, los lodos (lo más irreductible y contaminante de la “caca”) son transportados y arrojados en los pozos del basurero industrial, los cuales ya han comenzado a saturarse y a filtrar (percolar) hacia las napas subterráneas. De este modo pronto llegarán, o ya lo están haciendo, hasta el Bueno, unos metros antes de la planta que proporciona agua bebestible a la ciudad.
Esta empresa privada de capitales españoles, que nos vende agua cada vez más cara por tratarnos los desechos y luego nos los viene a “devolver”, es un botón de muestra: una infinidad de industrias de toda índole están llegando hasta Cachillahue (nombre que en mapuzungún significa “trigales”), acarreando basura y elementos altamente contaminantes, con la venia de la autoridad ambiental, y para qué decir de las propias autoridades comunales, quienes sencillamente dicen (palabras del alcalde riobuenino Waldo Flores) que no pueden oponerse a la instalación de una empresa que tiene todos sus papeles en regla. No importa, al parecer, que ella ponga en riesgo la propia salud y vida de los habitantes de Río Bueno y La Unión.

NUEVOS ANTECEDENTES
Robinson Henríquez es el hombre tras Tresol, según investigación de la edición 15 de El Ciudadano. Éste, primero intentó meter su asquerosidad incluso en un sector más cercano al río Bueno, de donde se trasladó hasta el lugar donde actualmente está instalado. Desde ahí se fue dejando deudas, según indicó una hija de la propietaria de los terrenos. La familia hoy debe convivir con pozos que fermentan en hedor y que Henríquez no habría saneado antes de su “huída”.
En su nueva instalación, Tresol fue sancionado por la Corema (Comisión Regional de Medio Ambiente), pagó la multa y siguió funcionado. Luego, sus residuos comenzaron ha ser trasladados al igualmente irregular vertedero de los Knabe, en La Unión. Éste ha sido multado en varias ocasiones, y pese a justificados reclamos y protestas, sigue recibiendo desechos líquidos, a metros de una escuela rural donde los niños deben habitar con el mal olor.(Ed.18, segunda quincena dic. 2005)
Si bien en La Unión existe un problema similar, es en Río Bueno donde más protagonismo ha cobrado la lucha medioambiental, ya que la ciudadanía activa ha decidido enfrentar a Tresol y su pestilencia, organizándose en un Frente en el que los vecinos unidos, parecen no echar pie atrás.
La foto corresponde a la más reciente marcha contra el vertedero, a la que sólo asistieron alumnos de colegios particulares, ya que el Daem puso trabas para la asistencia de los municipalizados (debían ser retirados personalmente por el apoderado, no aceptaban solicitud de permiso por escrito). De este modo, la movilización fue disminuida.
Finalmente asistieron unas 200 personas, en su inmensa mayoría estudiantes y un grupo de adultos mayores. La presidenta del Comité por la Defensa de la Cuenca del Río Bueno, Norma Valdovinos, dijo que la Municipalidad «saboteó» la marcha, por lo ya señalado y porque además no cumplieron con la amplificación ofrecida. Además, convocaron a una reunión imprevista a las organizaciones de adultos mayores, lo que restó a casi todos ellos, salvo el grupo del sector San Pedro.
El vertedero, que fue una vez más sancionado por no cumplir con las normas que impedirían verter líquidos, recibió una multa y suspensión “sólo por un día”. Ahora están utilizando el vertedero vecino de la escuela Lago Verde, lugar en el que descargan, entre otros, con un camión Mercedes Rojo; identificado por la directora de la escuela, Mariela Villanueva, quien dice no descansará hasta que sus niños estén seguros de todo ese veneno.
Los últimos estudios para el caso, que promovió el concejal Rodolfo Hott con la ayuda del doctor Guillermo Cáceres, se realizaron a muestras de agua de cinco pozos y un estero ubicado en el sector. Mediante un análisis bacteriológico, se concluyó que hay pozos que están contaminados con coliformes Escherichia coli, al igual que el estero, con una alta concentración (1100 por cada 100 ml. de cada uno, siendo lo normal para consumo humano de 2.0 por cada 100 ml).
Hott precisó que lo que procede es el cierre definitivo del vertedero; pero al parecer, como dicen los brujos, una que otra presión debe haber, ya que la Corema habiendo cursado varios partes, aún no procede al cierre definitivo; ni menos el alcalde de la comuna, Waldo Flores, mueve un dedo para que esto ocurra. Las últimas pruebas científicas aún no han sido presentadas a la autoridad ambiental de la Corema, mientras, la ciudadanía espera que el alcalde ordene el cierre definitivo de Tresol.

Riobueninos en acción

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