Cada semana el mundo está sufriendo un desastre por la crisis climática

ONU recalca que países deben adaptar políticas ambientales para la resiliencia

Por Sofia Olea

09/07/2019

Publicado en

Medio Ambiente / Mundo

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Las crisis climática mundial se está manifestando con una frecuencia de un desastre cada semana, aunque la mayoría de ellos atrae poca atención internacional. La ONU advierte que se necesita trabajo urgente para que los países en desarrollo estén preparados para afrontar los profundos impactos del cambio climático.

Catástrofes como los ciclones Idai y Kenneth en Mozambique y la sequía que aflige a la India aparecen en los titulares de todo el mundo. Sin embargo, existe un gran número de «eventos de menor impacto» que están causando muertes, desplazamientos y sufrimientos mucho más rápido de lo previsto, dijo Mami Mizutori, representante especial del secretario general de la ONU para la reducción del riesgo de desastres. «Esto no se trata del futuro, se trata de hoy», expresó la autoridad internacional.

Esto significa que adaptarse a la crisis climática ya no debe verse como un problema a largo plazo, sino que se necesita una inversión ahora, dijo Mizutori, agregando que «la gente necesita hablar más sobre adaptación y resiliencia».

El costo de los desastres relacionados con el clima se estima en 520 mil millones de dólares al año, mientras que el costo adicional de la construcción de infraestructura resistente a los efectos del calentamiento global es de aproximadamente el 3%.

«Esto no es mucho dinero [en el contexto del gasto en infraestructura], pero los inversores no han estado haciendo lo suficiente. La resiliencia debe convertirse en un producto adquirible», explicó. Eso significaría normalizar los estándares para nuevas infraestructuras; redes de vivienda, carreteras, ferrocarriles, fábricas, redes de suministro de energía y agua, para que sean menos vulnerables a los efectos de inundaciones, sequías, tormentas y clima extremo.

Hasta ahora, el enfoque sobre la crisis climática ha estado mayormente en la «mitigación», un término que se refiere a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que no debe confundirse con mitigar los efectos de la crisis climática.

Las inundaciones, como los incendios forestales y los huracanes, están ocurriendo con mayor frecuencia e intensidad. Imagen vía www.diariodeciencias.com.ar.

El problema de adaptarse a los efectos del cambio climático ha tomado un segundo lugar distante. Una de las razones es que durante años los activistas y científicos han estado preocupados de que las personas creyeran que no necesitamos reducir las emisiones si podemos adaptarnos a los efectos. La otra es que mientras la reducción de las emisiones podía medirse claramente, la cuestión de adaptar o aumentar la resiliencia era más difícil de identificar.

Mizutori recalcó que el tiempo para tales argumentos se ha terminado. «Hablamos de emergencia y crisis climática, pero si no podemos enfrentar este [problema de adaptación a los efectos], no sobreviviremos», dijo a The Guardian. «Necesitamos considerar los riesgos de no invertir en resiliencia».

Muchos de los desastres de menor impacto se podrían prevenir si las personas tuvieran alertas tempranas de clima severo y mejor infraestructura -como defensas contra inundaciones o acceso al agua en caso de sequía- y los gobiernos tuvieran más conciencia de qué áreas son las más vulnerables.

Este no es un problema limitado al mundo en desarrollo, dijo la representante de la ONU, como lo han demostrado los recientes incendios forestales en los EE.UU. y la última ola de calor de Europa. Los países ricos también enfrentan el desafío de adaptar su infraestructura y las formas de proteger a las personas del desastre.

«Las soluciones basadas en la naturaleza», como los manglares, bosques y humedales, que podrían formar barreras naturales a las inundaciones, deberían ser una prioridad, señaló Mizutori. Otro problema clave es cómo proteger a las personas en asentamientos informales o barrios marginales, que son mucho más vulnerables que las ciudades planificadas. Las personas más vulnerables son los pobres, las mujeres, los niños, los ancianos, los discapacitados y los desplazados. Muchas de estas personas viven en asentamientos informales sin acceso a servicios básicos.

La autoridad afirma que las regulaciones sobre estándares de construcción también deben actualizarse para la crisis climática, además de hacerse cumplir adecuadamente. Uno de los problemas de gobernabilidad que tienen los países respecto de la adaptación a la crisis climática, que es el hecho de que la responsabilidad para hacer frente a las catástrofes de este tipo está parcelada, recayendo generalmente en un ministerio (como economía, medio ambiente o energía), mientras la responsabilidad por la infraestructura y la protección de las personas está a cargo de otra cartera. «Necesitamos tener una visión más holística de los riesgos», concluyó la representante.

Fuente: The Guardian

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