Delfines y ballenas usan sus cantos para repartirse la comida en el Océano Atlántico

Científicos lograron detectar, localizar y clasificar de manera instantánea las vocalizaciones de al menos ocho especies de mamíferos marinos, descubriendo que sus cantos tienen una relación directa con las zonas de alimentación y las cantidades de peces.

Por Sofia Olea

02/03/2016

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ballena

 

Ballenas azules, rorcuales comunes, ballenas jorobadas, rorcuales norteños, rorcuales aliblancos, cachalotes, calderones, orcas y delfines se concentran cada año en un área de 100.000 km2 en el Golfo de Maine, al noreste del océano Atlántico, en busca de su alimento: los arenques.

Coincidiendo con la época de desove de los arenques, investigadores estadounidenses y noruegos han usado la teledetección acústica de ondas pasivas del océano para, a través del canto de cada especie, poder cartografiar su distribución espacial. Los científicos han logrado detectar, localizar y clasificar de manera instantánea las vocalizaciones de al menos estas ocho especies de mamíferos marinos.

Los resultados, publicados en Nature, demuestran que los depredadores dividen el banco de peces en zonas de alimentación que se superponen en grados variables y que llegan a ser específicos a cada especie. Estas áreas se mantienen al menos dos semanas durante el periodo de desove del arenque.

Según los expertos, los niveles de vocalización de los mamíferos marinos estudiados siguen un ciclo de 24 horas.  Algunos de estos ciclos son más fuertes de noche, y otros de día. Esto ocurre porque en ciertas zonas la población de arenques es más densa durante la noche, dispersándose durante el día.

arenques

“El rorcual común, la ballena jorobada, la ballena azul y el rorcual aliblanco muestran niveles de vocalización altamente relacionados con las tendencias de densidad del desove de peces durante el ciclo de 24 horas”, recalcan los autores del trabajo.

El trabajo trae a la luz las dinámicas temporales y espaciales de diversas especies de cetáceos que buscan alimento en una de las zonas de mayor importancia ecológica del océano Atlántico. Las conclusiones pretenden ayudar a la gestión de los ecosistemas marinos y mejorar la comprensión de los impactos del hombre sobre estas especies marinas protegidas.

Para los autores, liderados por la Universidad del Noreste en EEUU, el experimento aporta información al registro de la distribución de estos mamíferos y permite entender su comportamiento e interacción con sus presas.

“Es un reto observar continuamente a las poblaciones de mamíferos marinos en el tiempo y el espacio, en áreas del inmenso océano donde habitan, pero sin duda es esencial”, concluyen los científicos.

Fuente, SINC.

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