Detectan microplásticos en el intestino del animal más aislado de la Tierra

Los plásticos están entrando en las cortas redes alimentarias terrestres antárticas y representan un nuevo factor de estrés potencial para los ecosistemas polares que ya enfrentan el cambio climático y aumentan las actividades humanas.

Por Pedro Pérez

28/06/2020

Publicado en

Medio Ambiente

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La contaminación marina con microplásticos podría acabar con un sinfín de especies naturales de los océanos, y no hay marcha atrás. Estas pequeñas partículas de plástico, que no superan los 5 milímetros de tamaño, al igual que residuos de mayores dimensiones, están invadiendo todos los océanos del planeta causando serios efectos en la biodiversidad.

Recientemente, un grupo de investigadores detectó microplásticos en el cuerpo de uno de los animales más aislados de la Tierra: el Cryptopygus antarcticus, una especie de colémbolos que se encuentran en la Antártida y Australia.

En un artículo publicado en la revista Royal Society Biology Letters, los estudiosos hablan de una gran pieza de espuma de poliestireno encontrada hace cuatro años en un área libre de hielo en las costas de la Isla Rey Jorge, ubicada a unas 75 millas de la costa antártica en el sur Oceano.

Al tratarse de una pequeña criatura que vive en una remota isla antártica, los autores del estudio dicen que el hallazgo demuestra que los plásticos han ingresado a la cadena alimentaria terrestre en esta región.

Los plásticos están entrando en las cortas redes alimentarias terrestres antárticas y representan un nuevo factor de estrés potencial para los ecosistemas polares que ya enfrentan el cambio climático y aumentan las actividades humanas.

Microplásticos por todas partes

El estudio muestra evidencia y alerta con seria preocupación de que los microplásticos han llegado a las regiones más remotas del planeta.

Se trata de la primera evidencia basada en el campo de la ingestión de plástico por un componente común y central de las redes alimentarias terrestres antárticas.

Evidentemente, los plásticos están entrando en las cortas redes alimentarias terrestres antárticas y representan un nuevo factor de estrés potencial para los ecosistemas polares que ya enfrentan el cambio climático y aumentan las actividades humanas.

Lo peligroso de este hallazgo es que C. antarcticus , que mide solo 0.04–0.08 pulgadas de largo y pesa solo unos pocos microgramos, se ha adaptado a las condiciones antárticas extremas y forma una parte clave de las redes alimentarias terrestres en la región antártica.

Los estudiosos hablan de una gran pieza de espuma de poliestireno encontrada hace cuatro años en un área libre de hielo en las costas de la Isla Rey Jorge, ubicada a unas 75 millas de la costa antártica en el sur Oceano.

Biopsia

Los científicos analizaron los colembolanos que encontraron en la espuma plástica utilizando una técnica de imagen conocida como espectroscopía infrarroja. Esto reveló la presencia de pequeños fragmentos de poliestireno que miden menos de 100 micrómetros de ancho, aproximadamente del mismo ancho que el cabello humano, en el intestino del invertebrado, lo que sugiere que habían estado ingiriendo pequeños fragmentos de espuma.

De hecho, los investigadores aseveran que todos los especímenes muestreados de colémbolos antárticos asociados con espuma de la Isla Rey Jorge pertenecían a la especie Cryptopygus antarcticus.

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La literatura sobre la especie C. antarcticus indica que ésta tiene piezas bucales aptas para cortar y moler, y una longitud total de la región dentada de las mandíbulas que alcanza los 100 µm en las muestras más grandes. Estos rasgos morfológicos y el rango de tamaño poliestireno detectado dentro del intestino sugieren una actividad conminuta de los colembolanos, con la consiguiente bioerosión de la espuma.

En comparación con otros sustratos antropogénicos, la espuma de poliestireno tiene una estructura altamente porosa caracterizada por células hidrófobas separadas por pequeños canales llenos de aire, con el potencial de absorber una gran cantidad de agua.Esto puede mejorar la formación de biopelículas en la superficie de poliestireno, creando así las condiciones para el pastoreo y la ingestión.

Los científicos sospechan que los colembolanos antárticos también podrían haber estado expuestos directamente a microplásticos liberados del material a granel a través de procesos de meteorización provocados por altos niveles de radiación solar, baja temperatura e interacción con hielo.

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