El 2008 comienza a operar central rucatayo


Por Director

14/03/2006

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Cumpliendo con los plazos y el cronograma establecido, Hidroeléctrica del Sur -controlada por Empresa Eléctrica Pilmaiquén, generadora ligada a los empresarios Bruno Philippi y Andrés Concha- pondría en marcha su proyecto Central Rucatayo a mediados del 2008. Esto luego que el pasado 22 de febrero, la Comisión Regional del Medioambiente (Corema) de la X Región aprobó la iniciativa, que demandará una inversión cercana a los US$ 49,5 millones y será emplazada entre las comunas de Río Bueno y Puyehue. Específicamente en la localidad de Treguaco -distante 44 kilómetros al sur de la ciudad de Río Bueno.


treguaco
De esta manera, se marca el regreso de Pilmaiquén al mercado eléctrico local, compañía que se desprendió de su último activo que poseía en el Sistema Interconectado Central (SIC) en 1999.
Según se desprende de la resolución, el proyecto considera la construcción de una central hidroeléctrica de 60 MW de capacidad instalada, del tipo pie de presa, con una generación de energía media anual aproximada de 300 GWh. La central aprovechará las aguas del Río Pilmaiquén, aguas arriba del puente Rucatayo, y tendrá un caudal de diseño de 200 m3/s.
Las aguas serán embalsadas en una presa de 42,5 metros de altura, la cual creará un embalse de 46,4 hectáreas, con una cota máxima de inundación de 148 msnm (metros sobre el nivel del mar). Dicho embalse tendrá una capacidad para almacenar un volumen de agua de 5,2 millones de m3, de los cuales un millón de m3 (19,2%) será volumen útil como reservorio de aguas turbinables. El resto serán aguas que quedarán bajo la cota mínima de operación.
A juicio de Hidrosur, la central tiene por objetivo aprovechar el potencial hidroeléctrico que está presente en el río Pilmaiquén, de tal manera de abastecer el aumento progresivo de la demanda del sector energético, que se ha acrecentado fuertemente en este último tiempo y se pronostica continúe con esta tendencia.
Destacó, además, que dado que la iniciativa es hídrica, al entrar en operación desplazará el despacho de centrales térmicas, cuyo costo por KWh producido es más alto que las hidroeléctricas.

IMPACTOS NEGATIVOS
Hasta aquí todo bien. Ahora viene lo bueno. Hidrosur en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) reconoce como “impacto negativo muy significativo” la inundación de 20,91 hectáreas de bosque nativo. Además, la compañía señala como “impacto negativo significativo” la remoción de ejemplares de flora en el roce y despeje de terrenos en la zona de obras y la pérdida de hábitat para la fauna terrestre por la creación del embalse.
Frente a tales impactos la firma en el informe plantea como medida de mitigación la reforestación con árboles nativos de un área equivalente a la cortada e inundada, en la localidad de San Clemente, VII Región.
Esto parece chiste. ¡La solución propuesta por la generadora es en una zona distinta, otra región! Usted se preguntará ¿Esto mitigará el daño que se producirá en la zona afectada por la construcción de la central?
La Corema consigna lo anterior en la resolución. “En consecuencia, el daño ambiental específico en el lugar y en la zona donde se pretende construir la Central no está debidamente aplacado o reparado. ¿Se pretende señalar que también se trasladará el ecosistema a la VII Región?”, dice el documento.
El organismo ambiental añade que “respecto a la pérdida de hábitat para la fauna terrestre por la inundación y corta de bosque nativo para el llenado del embalse se indica que en los nuevos bosques se crearán, de la reforestación, nuevos hábitats para la fauna asociada al ambiente del bosque. Esta medida de mitigación aparece tal vez hasta absurda, si se atiende que el bosque a talar se encuentra en la X Región, con una fauna característica de la zona, y al pretender señalar que una reforestación efectuada en la VII Región permitirá el reestablecimiento en un hábitat idéntico de la fauna afectada con la corta del bosque”, dice el escrito y concluye que “tales soluciones medioambientales o medidas de mitigación aparecen como insuficientes e inapropiadas”.
La Corema establece como condición que la reforestación se realice en áreas de la X Región, porque a juicio de ella “se requiere una adecuada explicación y eventualmente un replanteamiento de las medidas de mitigación pertinentes”. Lo claro es que la generadora puede comenzar a construir y después exponer las “explicaciones”.
Esa zona posee un alto valor paisajístico y hay que ser neófito para no saber que lo perderá.

COMUNIDAD MAPUCHE
En Treguaco (Perro del Agua) se respira un aire de incertidumbre frente a la futura instalación de la central. En esa zona están ubicados 8 de los predios que serían afectados por la inundación.
Además, según consta en el EIA en el área de influencia no existen comunidades indígenas protegidas por leyes especiales.
No obstante, el equipo periodístico de El Ciudadano en la edición 12 descubrió por declaraciones de los propietarios involucrados, que parte de éstos conforman la comunidad mapuche de Treguaco, inscrita legalmente en los registros de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) en Osorno, con personalidad jurídica número 235.
En la oportunidad todos los integrantes de la colectividad indígena reclamaron más información por parte de la compañía, ya que desconocen los alcances específicos que tendría el emplazamiento de la hidroeléctrica dentro de sus predios, aunque dijeron que la firma ha realizado charlas para exponer el proyecto.
“En la reunión los de la hidroeléctrica nos dijeron que habría una pequeña inundación. Nuestro terreno llega hasta el Pilmaiquén y no sabemos hasta dónde llegará la inundación. Además, ellos hacen charlas en otros lados y no se hacen presentes en terreno para decir cómo y cuánto nos va a afectar este proyecto”, exclamó Mónica Catalán Millaquipay, quien es dueña de uno de los predios pretendido por la hidroeléctrica e integra la comunidad mapuche.
Miguel Cárdenas es parte de la colectividad indígena y presidente de la Junta de Vecinos de Treguaco: “La comunidad indígena mapuche existe y fue inscrita en la CONADI de Osorno con la personalidad jurídica número 235. He participado en dos reuniones informativas con personas de la CONAMA y gente de la empresa hidroeléctrica. Nos entregaron unos folletos y hablaron de la inundación”, dijo Cárdenas, quien además posee uno de los terrenos que serían afectados por el proyecto.
Orlando Ruiz Millaquipay es otro de los propietarios y quedó asombrado cuando le explicamos lo del emplazamiento del embalse.
“Nuestro terreno está pasado por la CONADI de Osorno, como tierra indígena. Si ellos saben que son 12 los dueños de los predios, tienen que hablar personalmente con cada propietario, cuestión que no han hecho hasta el momento. Por qué no vienen y nos preguntan cuál es nuestro terreno, dónde van a trabajar y hasta dónde vamos a ser afectados”, exigió Orlando Ruiz Millaquipay
Edelmira Neicul tiene 75 años y ha vivido toda su vida en Treguaco. También posee tierras que están dentro del proyecto hidroeléctrico.
“En las reuniones el que entiende, entiende y nadie se preocupa por los que no”, aseveró Edelmira.
Habrá que ver qué camino eligen las autoridades frente a este tema, ya que éste involucra por una parte inversión y desarrollo energético, pero también está en juego la defensa del ambiente y la protección de la cultura y la propiedad ancestral de la comunidad mapuche-huilliche que allí habita.

Mauricio San Cristóbal

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