El colapso de los glaciares de la Antártida ya está en una fase alarmante

Si mantenemos el dióxido de carbono en los niveles actuales, corremos el riesgo de que los enormes de la Antártida que se extienden mar adentro, desaparezcan, lo que llevaría a aumentar aún más los niveles del mar y el calentamiento.

Antartida

Lo que le ocurra al hielo de la Antártida es preocupante, porque los glaciares de la Antártida tienen el tamaño conjunto de Estados Unidos y México, en total, y contienen suficiente agua como para elevar el nivel global del mar en unos 55 metros.

Un estudio, del equipo de Aradhna Tripati de la Universidad de California en Los Ángeles, EEUU, y David Harwood, de la Universidad de Nebraska, EEUU, está ligado a ANDRILL, un proyecto de investigación centrado en el Polo Sur. La iniciativa tiene 12 años y ha involucrado a un centenar de científicos de siete países. Los investigadores de ANDRILL fueron los primeros en cavar agujeros a través de las plataformas de hielo antárticas (que están por encima del agua), para tomar muestras del fondo marino que yace debajo.

Por investigaciones previas, se sabía que las plataformas de hielo son vulnerables incluso a pequeños aumentos en los gases de efecto invernadero. Pero el nuevo estudio es el primero en demostrar que los enormes glaciares terrestres son muy vulnerables también.

Si mantienemos el dióxido de carbono en los niveles actuales, corremos el riesgo de que esas enormes placas de hielo que se extienden mar adentro desaparezcan, advierte Aradhna Tripati.

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Las plataformas de hielo actúan como si fueran un tapón de corcho en una botella de champán: sujetan los enormes flujos terrestres de hielo glacial que hay sobre el continente antártico. Pero son particularmente sensibles a los cambios de temperatura. Una subida de temperatura de unos pocos grados más, puede hacerlos desaparecer (son calentados tanto por el aire como por el mar).

La desaparición de las plataformas de hielo lleva a un calentamiento aún mayor, debido al efecto albedo: el hielo, de color claro, refleja la radiación del Sol hacia el exterior de la Tierra; cuando está derretida la superficie de hielo, el agua pasa a ser la superficie, y como es más oscura, absorbe más radiación y más calor.

El proceso puede tardar cientos de años en completarse, pero las señales del cambio ya están presentes. En 2002, la plataforma de hielo Larsen B, que estaba hecha de más de 3.240 kilómetros cuadrados de un hielo de 220 metros de grosor, se desprendió y comenzó a deshacerse, impactando a científicos y observadores.

En las últimas décadas, siete de las 12 plataformas de hielo en la península Antártica han colapsado. “Se han [ido cayendo] como las piezas de un dominó”, señala Tripati con preocupación.

Por NCYT.

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