«El medioambiente no tiene fronteras»: Toneladas de basura británica amenazan la costa andaluza

Los camiones continúan acumulando los desechos en una montaña que, día a día, se va agigantando

Por Pedro Guzmán

18/02/2022

Publicado en

Medio Ambiente

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Las negociaciones del Brexit han cambiado muchos mecanismos en Gibraltar. La colonia británica del sur de España venía gestionando sus residuos en una planta vecina en territorio español, pero ahora, la basura se acumula en el peñón. Ecologistas alertan del riesgo medioambiental de 3.000 toneladas de desecho sin tratar al borde del mar.

Los camiones continúan acumulando los desechos en una montaña que, día a día, se va agigantando. La basura recae en una de las laderas del este del peñón de Gibraltar, suelo británico en territorio andaluz.

Hasta hace al menos dos semanas, los residuos se venían sacando del territorio británico para ser separados y gestionados en la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos en el Majadal de Bustos, en el Complejo Medioambiental Sur de Europa de Los Barrios (Cádiz), a 28 km de distancia. Pero las negociaciones del Brexit han paralizado todas estas rutinas.

«Hasta hace poco, todos estos desechos estaban controlados, pero el Brexit ha bloqueado el entendimiento», denuncia Antonio Muñoz, representante de Verdemar, Ecologistas en Acción en el Campo de Gibraltar.

Verdemar alerta de que ya son 3.000 las toneladas que se amontonan a pocos metros de la playa que mira al este, el anverso menos poblado de Gibraltar.

«El peligro es que los lixiviados acaben por filtrarse al mar, entonces no será un problema de Reino Unido y Bruselas, sino nuestro. El medioambiente no entiende de fronteras», apunta Muñoz, que reside en el Campo de Gibraltar.

Todo el material que no entraba en el círculo de reciclaje y acababa en la planta de Los Barrios sigue acumulándose y en degradación. El entendimiento entre Gibraltar y su entorno, representado en la Mancomunidad de Municipios, permanece en un limbo mientras la montaña de basura crece.
«En caso de que estos retrasos continúen, se tomarán medidas para triturar, embalar y compactar la basura», explican desde el Gobierno de Gibraltar.

Fuentes gibraltareñas afirman que, si no se alcanza un acuerdo para volver a exportar la basura a la planta gaditana, pueden almacenar la basura compactada en los túneles del peñón. Calculan un margen de almacenamiento de ocho semanas e incluso, exportar por mar la basura a otros países.

Ecologistas en Acción alerta de que, anualmente, el peñón y sus más de 32.000 habitantes emitían 30.000 toneladas de basura a la Mancomunidad del Campo de Gibraltar. Esta entidad aglutina a Línea de la Concepción, Algeciras, San Roque, Los Barrios, Tarifa, Jimena y Castellar, constituyendo una población de 270.000 habitantes. Sputnik ha tratado de saber si las negociaciones avanzan, pero la Mancomunidad no se pronuncia al respecto.

Londres, Madrid y Bruselas

Sin declaraciones de la Mancomunidad por orden superior, todo indica a que la pelota está en tejado diplomático, lejos del cada vez más maloliente e insalubre Peñón. Verdemar pide soluciones rápidas en la mesa de negociación para que la basura no siga creciendo y el problema se encalle. La opción de que los desechos viajen por mar a Reino Unido «sería un sinsentido» por la huella de carbono que implicaría.

Gibraltar –bajo soberanía británica desde 1713– es un enclave con 600 hectáreas. El núcleo de población británica más denso de España no tiene capacidad espacial para gestionar los residuos. De hecho, la cuestión medioambiental y el tránsito de mercancías en la frontera vienen formando parte de los principales escollos en la negociación post–Brexit.

Actualmente, Reino Unido negocia con la Unión Europea el Reglamento Relativo al Traslado de Residuos Transfronterizos. Este tema, junto a otros como la gestión de las aguas de lastre o salvaguardar el nivel de protección medioambiental de acuerdo a los estándares europeos son varias de las partidas que se eternizan en las negociaciones de Londres, Bruselas y Madrid.

Hasta la fecha, se han realizado cinco rondas de negociaciones entre la Comisión Europea y Reino Unido, las últimas por vía telemática a inicios de febrero. No hubo acuerdos para los controles fronterizos, la fiscalidad y el rol que podría –o no– la justicia europea como mediadora. Hasta marzo no se prevén nuevas negociaciones, según fuentes de Exteriores de España.

Todo indica que las soluciones tardarán en llegar. El encargado de las negociaciones con la secretaria de Exteriores británica, Liz Truss, es el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefrcovic y, oficialmente, en su última cita solo trataron cuestiones fronterizas de Irlanda e Irlanda del Norte.

Gibraltar continúa siendo una frontera demasiado alejada en la que se acumula la basura bajo la alfombra y temas de difícil solución, como por ejemplo, la existencia de la base militar en el peñón. Máxime, teniendo en cuenta los últimos incidentes en aguas fronterizas.

Tensión a tiro de piedra

La primera semana de febrero puso de relieve la difícil convivencia entre la colonia británica y su inmediato vecindario. Hasta tres incidentes consecutivos tuvieron lugar entre la marina inglesa y embarcaciones españolas.

El acoso de una lancha rápida de la Royal Navy (RN) al Servicio de Vigilancia Aduanera cuando auxiliaba a una embarcación de recreo que había pedido ayuda por radio, el posterior acoso al buque científico Francisco de Paula Navarro, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en aguas que solo Gibraltar se atribuye sin previo acuerdo y, por último, y como incidente más grave, Salvamento Marítimo informó de ejercicios de tiro por patrulleras británicas en aguas españolas el día 4 de febrero.

La concentración de estos altercados en aguas fronterizas no deja de llamar la atención, justo cuando estamos atravesando el tramo definitivo de las negociaciones del conocido como Gibrexit, el Brexit de Gibraltar.

Fuente Sputnik

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