Gobernantes de Chile, Perú, México y Colombia pasan por alto al medio ambiente en Cumbre del Pacífico

Ollanta Humala, Michelle Bachelet, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos suscribieron acuerdos relativos, en su mayoría, al intercambio comercial y financiero, pero no establecieron pactos para proteger el medio ambiente. 

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Los presidentes Ollanta Humala de Perú, Michelle Bachelet de Chile, Enrique Peña Nieto de México y Juan Manuel Santos de Colombia participaron de la X Cumbre de la Alianza del Pacífico, cuyo evento se realizó durante la semana pasada en la Bahía Paracas del país incaico.

Esta cumbre se trata de uno de los cónclaves más importantes a nivel empresarial y político que se ejecuta a escala latinoamericana, por lo que se esperaría que los acuerdos en materias medio ambientales sean relevantes y positivos para resolver las graves problemáticas que afectan a estos países por acción del extractivismo, la contaminación, entre otros, que por causas conocidas  generan la violación de los derechos básicos de los seres humanos como es la de vivir en medio ambiente libre de contaminación.

En este sentido lamentamos informar que una vez leída el Acta de Compromisos, llamada Declaración de Paracas, no se advierten acuerdos relevantes en la temática mencionada. Más bien, parece que los gobernantes pasaron por alto el compromiso para proteger y conservar el medio ambiente. Esto, porque de los 13 acuerdos que suscribieron los mandatarios, la mayoría relacionados con el sector financiero, comercio, migraciones y cooperación, sólo dos aluden tangencialmente al cuidado de la biodiversidad y son estos: desarrollar una publicación llamada “Oportunidades de Colaboración en Investigación sobre Cambio Climático en los países de la Alianza Pacífico”; y “La creación de los grupos técnicos de Desarrollo Minero, Responsabilidad Social y Sustentabilidad y Educación, y la adopción de sus planes de trabajo”.

Ahora, por qué enfatizamos en que el medio ambiente no aparece como un tema significativo en la Cumbre. Porque Perú, Chile, Ecuador y México son estados que están llenos de conflictos ambientales y no hacen nada relevante para mejorar sus políticas públicas relacionadas con la protección y conservación de la biodiversidad. Sin embargo, el énfasis en cada cumbre está gobernado para destrabar el comercio y las facilidades para la inversión financiera.

CONFLICTOS MEDIO AMBIENTALES

En Chile, por ejemplo, la actividad forestal ha degradado los suelos por la explotación y sustitución del bosque nativo por plantaciones de pino y eucalipto, lo que de paso ha generado importantes conflictos entre el empresariado y las comunidades indígenas, respecto de la propiedad de la tierra.  Además esto ha desatado una crisis hídrica, porque tales especies exóticas son unas verdaderas bombas de agua que agotan los acuíferos que abastecen a la población. Por otro, lado no está de más indicar que hace poco la OCDE reveló que Chile es el país miembro que menos invierte en medio ambiente, ya que el estudio señala que por persona el Estado gasta $8.900 (menos de 20 dólares) al año. Como corolario, hoy Santiago, la capital, tiene serios problemas de contaminación del aire, lo que la convierte en el megacenicero de Chile, un lugar inhabitable.

Por su parte, en Perú también abundan los conflictos socioambientales tanto a nivel de la minería como de la explotación petrolera. Un ejemplo de esto es el proyecto cuprífero Tía María, de la Southern Copper, filial del Grupo México, cuyo desarrollo ha provocado 4 muertes: tres civiles por impacto de bala y un policía. Esto preocupa enormemente, ya que existe el uso indiscriminado de armas de fuego por parte de la Policía, quienes defienden los intereses de una compañía privada extranjera en desmedro de la seguridad e intereses de la ciudadanía.

En este sentido, Colombia tampoco escapa a los conflictos socioambientales. En los últimos 20 años el conflicto armado ha sido el causante de la pérdida de 6.210.000 hectáreas de bosque nativo. Si la situación no cambia, en los próximos diez años el país podría perder al menos otros dos millones de hectáreas. El mismo Presidente Santos lo ha dicho a los medios colombianos: “Lo vemos todos los días, la guerrilla en forma insensata vuela oleoductos; obliga a los camiones a derramar el petróleo, ese petróleo se va para los ríos, se va para nuestras quebradas y contamina de por vida nuestras aguas”. Pero el mandatario no alzó la voz en la Cumbre y esto denota el poco compromiso con el medio ambiente.

En México algunos de los conflictos socioambientales que más han llamado la atención son los que implican la construcción de grandes represas o la amenaza de construirlas; la destrucción masiva causada por compañías mineras, en su mayoría canadienses; y la lucha por resistir la introducción de semillas genéticamente modificadas, como parte de una lucha más amplia soberanía alimentaria. Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, existen hasta 36 conflictos mineros; la mayoría inmersos en un ambiente de daño al medio ambiente, malas condiciones para los trabajadores y despojos de tierra.

Tanto les cuesta entender a los líderes de estos 4 países que de seguir los actuales tenores de explotación, sin normativas claras, sin capacidad de fiscalización y sin programas educativos que incorporen el conocimiento y la valoración de nuestro medio ambiente, éste se será condenado a un permanente daño lo que implica la degradación de los ecosistemas que soportan la vida.

«Sólo cuando se haya talado el último árbol;

Sólo cuando se haya envenenado el último río;

Sólo cuando se haya pescado el último pez;

Sólo entonces, descubrirá el hombre blanco que el dinero no es comestible».

Profecía de los Indígenas Cree

El Ciudadano

Por M.S.

 

 

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