Greenpeace advierte: salmones descompuestos en barco de Chonchi podrían “contaminar y matar a todas las especies que viven en la zona”

Preocupación han manifestado desde Greenpeace a raíz del hundimiento de un barco con 200 toneladas de salmones en las aguas de Chonchi, Chiloé, durante el pasado 18 de octubre.

La urgencia reside en que los salmones transportados al interior del wellboat Seikongen ya entraron en fase de descomposición, por lo que su contacto con el agua podría detonar una crítica situación ambiental en la zona.

“Estamos hablando de un desecho altamente tóxico”, manifestó Estefanía González, coordinadora de Océanos de Greenpeace en entrevista con radio Cooperativa.

La especialista recalcó que para una solución eficaz, se debe invertir el máximo de recursos necesarios, cuestión que no estaría sucediendo. “Por ejemplo, las barras de contención del combustible que podría salir son insuficientes (…) son unas especie de mangas flotantes, que tiene que rodear todo el barco para evitar, en caso de que haya algún tipo de derrame, que se vaya mas allá del radio del barco”, señaló.

“Hemos visto que (las mangas) cubren la mitad del barco, que si las queremos poner hacia la zona de la proa, se le quita un pedacito del otro lado. Ahí vemos que los recursos no están funcionando y no tenemos el material necesario para poder evitar una crisis”, subrayó Estefanía González.

Respecto de la carga con salmones descompuestos, la representante de Greenpeace destacó que la empresa no ha explicado por qué no fueron retirados antes de 48 horas. “La ley es muy clara en esto: la responsabilidad es de la empresa salmonera (Camanchaca) de sacar esa mortandad en menos de 48 horas”, afirmó.

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A partir de la negligencia de la salmonera, González explicó que están pidiendo “que se le revoque la resolución de calificación ambiental a la empresa y que se le cancele la concesión”.

Comentó además que el peligro aumenta conforme pasan los días. “Tenemos que imaginarnos carne podrida en el refrigerador de nuestra casa: el olor que tiene, las sustancias que emana. Se genera ácido sulfhídrico, que fue ese ácido por el cual en la crisis de Chiloé en el año 2016, los pescadores que estaban trasladando esta mortandad, tuvieron que dejar los barcos abandonados en el medio del mar. Es muy tóxico para la salud humana”, advirtió la coordinadora de Océanos de Greenpeace.

En este sentido, comparó la actual situación con la marea roja que afectó a las costas chilotas en mayo de 2016. Según apuntó, en ese episodio se botaron al mar “5 mil toneladas (de pescado en descomposición) a 75 km de la costa y tuvimos impactos terribles. Hoy estamos hablando que esto está a 300 m de la costa”.

“Estos salmones en descomposición pueden contaminar y matar a todas las especies que viven en la zona. Estamos hablando de aves, delfines que transitan entre medio del mar interior de Chiloé, y también estamos hablando que estamos en primavera, se generan las condiciones perfectas para la mera roja y esto es como un alimento rico para la marea roja”, alertó.