REPORTAJE

La victoria mapuche y ambientalista contra ENDESA en el lago Neltume

Endesa tuvo que echar pie atrás con su proyecto hidroeléctrico que planteaba la construcción de un ducto que extraería agua desde el vecino río Fuy para verterla en el lago, con la consecuente inmersión de un espacio ceremonial.

LAGO NELTUME SIN REPRESAS 2

El lugar es bello y poderoso. A la luz del atardecer, tras una jornada de canícula, las aguas del lago Neltume duplican el cielo. Las aves lanzan sus últimos cantos en el aire transparente. Al fondo, el volcán Mocho-Choshuenco exhibe su monumental presencia y aparente calma. Los turistas menudean en los campings propiedad de algunas familias mapuche. Se oye la nota baja del motor de una lancha surcando el lafken.

En esta tierra habitan muchas historias. Las luchas de los obreros forestales en diversos fundos cordilleranos, en los años 60. La historia del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, creado durante el gobierno de la UP. La represión homicida desatada contra los obreros tras el golpe militar. La resistencia armada contra carabineros y ejército, que se extendió hasta fines de 1973. Luego, la guerrilla que el MIR desarrolló a inicios de los 80, cruelmente diezmada. El desmantelamiento del Complejo y la privatización de sus hectáreas. El fin del poblado de Enco y el traslado de sus habitantes a Puerto Fuy, en los años 90. Las recuperaciones de tierras por parte de comunidades mapuche, a fines de dicha década y la lucha contra el proyecto hidroeléctrico Central Neltume, que tras años de evaluación y pugna con las comunidades locales, el pasado 29 de diciembre, la transnacional Endesa-Enel anunciaba el retiro del Estudio de Impacto Ambiental de un componente clave: El ducto subterráneo que descargaría al Neltume las aguas proce- dentes del río Fuy.

Presentado en 2010 al Sistema de Evaluación Ambiental, el proyecto Central Hidroeléctrica Neltume (CHN) significaba la edificación de una central del tipo “de pasada”, con capacidad generativa de 490 Megawatts, con una producción anual estimada en 1885 gigawatts/ hora. Lo anterior consideraba la construcción del ya mencionado ducto para las aguas fluviales, con una longitud cercana a los 10 kilómetros, y una línea de alta tensión, de 41,4 kilómetros de largo, que ocuparía 188 hectáreas. Esta se empalmaría al Sistema Interconectado Central (SIC). El costo del proyecto se estima en US$ 780 millones.

A lo anterior se añadía una “Galería de Prospección”, evento presentado por la empresa como un sondeo de la calidad de la roca, en el terreno donde se levantaría la futura caverna de máquinas de la central. El levantamiento de tal galería de por sí, ya significaba una intervención importante en la zona, muy cerca de la desembocadura del río Chan Chan, uno de los tributarios del lago. Este sondeo contó con su propio proyecto que fue aprobado en 2008.

INFOGRAFIA-NELTUME

EL MISMO LENGUAJE

Es interesante constatar las fechas. La Región de los Ríos acababa de crearse y Endesa, así como SN Power, de capitales noruegos, con su proyecto hidroeléctrico en Liquiñe, y Colbún, con uno propio sobre el río San Pedro, ya se habían asentado en el territorio. Por nombrar algunas empresas.

“Cuando nos iniciamos como organización planteamos tres ejes temáticos: La defensa del territorio, la recuperación de derechos y la administración de estos”, recuerda hoy Jorge Hueque, werken del Parlamento Koz Koz, surgido en 2007, en el centenario del histórico cónclave de las comunidades mapuche de la zona, hartas del despojo perpetrado por los colonos y el estado chileno en 1907. “Teníamos claridad sobre lo que estaba en carpeta, que eran siete centrales hidroeléctricas hasta el 2010, y la intención de crear tres más después. Entonces, se vaticinaba mucho trabajo”, cuenta.

Muchas cosas pasaron en estos años. Hueque rememora el papel que interpretaron ciertas autoridades regionales en la aprobación de dichos proyectos. En 2009 aún no se aplicaba el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas de la OIT, suscrito por Chile apenas un año antes. La Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA), encabezada por el intendente de aquel entonces, Iván Flores (DC, actualmente diputado por Valdivia), dio el visto bueno a aquellos megaemprendimientos.

“Hoy él debería dar explicaciones después del rechazo de este proyecto”, señala el werken, y subraya como todos los admitidos durante su administración (Liquiñe, río San Pedro y el ducto de Celco, en Mehuín) están discontinuados o han sido expulsados. “Creo que Flores debiera pedir perdón o explicar si fue presionado por el gobierno central, o él empezó a aprobar estos proyectos a diestra y siniestra, sin medir las consecuencias”.

No fue el único. Estuvo también el caso de funcionarios (del primer gobierno de Bachelet) que, tras dejar el cargo, trabajaron para Endesa, como  ocurrió con el ex gobernador provincial Christian Cayuqueo (PS), o el ex director de SENAME, el antropólogo Juan  Pablo  Álvarez. Para el werken, hubo coincidencia en el lenguaje que gobierno y empresa desarrollaron en estos años. “Déficit energético, o que la empresa va a tener buena vecindad, o que lo que hay entre privados, el gobierno no se puede meter”, ejemplifica. “Por lo tanto, no hay confianza”, enjuicia Hueque.

neltume-1

MODUS OPERANDI

Cae el sol en la ribera del lago Neltume. Conversando con gente de las comunidades Valeriano Callicul, Juan Quintuman e Inalafken, llama la atención un término que ciertamente no existía diez años atrás: “Endesinos” y “no endesinos”, es decir, gente que recibió las regalías de Endesa-Enel y ha apoyado el proyecto y quienes no. Desde los primeros instantes en que apareció en la zona -y a lo largo de todos estos años- la empresa ofertó abundantes beneficios a quienes colaboraran: Reparación de caminos y casas, financiamiento de funerales, compra de forraje y animales, transporte de enfermos a la posta, becas escolares, ropa para el invierno, entre otros. En los hechos, en una zona donde el estado tiene grandes deudas con sus habitantes, la empresa tomó su lugar. Una consecuencia fue la división de la comunidad Juan Quintuman, en 2008, y la conformación de la Inalafken, con quienes se negaban a negociar.

Guido Melinao es secretario de la comunidad Valeriano Callicul. Hace 15 años, junto a su familia, posee un camping para turistas. Recuerda cuando, hacia 2007, Endesa llegó hasta el territorio. “Primero trajeron tractores para mejorar los caminos. Nunca decían que iban a construir una central”,  cuenta. Su opinión quedó sellada por la visita que, poco tiempo después, realizó a Ralco donde la misma  empresa  había  construido una represa  y una hidroeléctrica, sumergiendo tierras pewenche. “Vi el gran daño… Donde había cultura, nguillatuwe y un cementerio mapuche todo quedó bajo el agua. Para mí fue doloroso ver toda esa pobreza. Me contaron los peñi de allá lo que les pasó y me dijeron: ‘Ojalá que no los engañen”.

¿Por qué usted no creyó en los ofrecimientos de la empresa? le pregunto. “La primera partida que ofreció la empresa fue una canasta familiar. Con mi esposa fuimos a verla. Venía un kilo de harina cruda. Jamás una familia se ha mantenido con un kilo de harina para el mes. Venía el arroz y el jurel más barato… Cuando la persona recibía la canasta, la empresa los hacía firmar que estaba de acuerdo y les tomaba una foto; hacía un compromiso. Entonces dije que era una burla que estaban haciendo a la comunidad”, responde.

Uno de los temas de fondo es que las personas de estas comunidades tienen sus propios modos productivos. Y desean mantenerlos. “Hoy acá no hay pobreza. Cuando éramos niños, los campos eran libres. Mi papá criaba animales y los vendía; con esa plata se alimentaba. Había trigales. Como podíamos arreglábamos el camino”, cuenta Francisco Punulaf, vicepresidente de la comunidad Inalafken. “Acá la Endesa llegó con la mentira que la gente dormía con cueros de oveja”.

Basta recorrer la ruta que bordea el lago para constatar que muchos comuneros usan el turismo como herramienta productiva, a la par de su tradicional labor agrícola. Ariel Catrilaf, el joven presidente de la Inalafken, administra un camping perteneciente a su comunidad. Pero el asunto no termina allí. “Estamos en un programa de CONADI. Como soy presidente me toca ir a una mesa, y van dirigentes de otras comunidades, y están porque se rescate la cultura. A mí me parece mucho eso. Si no la rescatamos ¿adónde vamos a ir a parar?”, interroga.

neltume2

CREER PARA SUMAR

“Los comuneros están convencidos que acá hay otra forma de vida, que es la que sus padres tuvieron y la que ellos quieren para los que vienen. Por eso, una creyó en esto y lucha”. Las palabras pertenecen a Karin Saldivia, integrante de la Red de Organizaciones Socioambientales de Panguipulli. A su lado, Pedro Cardyn, presidente del directorio de Bosque Modelo y uno de los propulsores del Frente Ambiental de Panguipulli (FAP), también miembro de la Red. “No somos mapuche pero quienes apoyamos este proceso partimos reconociendo que aquí estamos en territorio mapuche. Tengo que respetar”, señala. “Estábamos en contra (del proyecto) pero sin la gente del lugar no era mucho lo que podíamos hacer. Por lo menos, cuando llegamos acá, les dijimos que a esta empresa le podíamos ganar”.

A lo largo de estos años, la coordinación de las organizaciones, el Parlamento Koz Koz y las comunidades fue clave. Si bien se comenzó  trabajando con las ribereñas al lago, pronto la naturaleza del conflicto hizo que se sumaran otras… Tránguil,  Carririñe, Reihueico,  Colotúe, la comunidad Manuel Purilef, del sector Punahue; Liquiñe y Trafun, empeñadas en sus propios procesos de recuperación territorial. “Fue bien  extenso el trabajo  pero los que ponían el pecho era la comunidad Inalafken”, relata Karin Saldivia. De ese modo denunciaron que la empresa carecía (y carece) de derechos de agua. Algo fundamental. Tanto como que el proyecto se pretendía erigir sobre una falla volcánica, la Liquiñe- Ofqui.

“Hemos usado todas las estrategias y recursos. Desde marchas callejeras, cortes de ruta, control territorial y fomentar la solidaridad”, enumera Pedro Cardyn. “Nos hemos preparado en derecho, botánica, geología, vulcanología, cultura… Esto ha sido una escuela fenomenal. También  hemos  traído  expertos.  Tampoco hemos renunciado a las instancias del estado, como el municipio o el Congreso; hemos ido a conversar con la iglesia católica: Infanti, el obispo de Aysén tiene una pastoral sobre el agua que es ejemplar… Pero acá no hay un caudillo ni un líder. Todo se decide por consenso”, aclara.

En el contexto de las giras, Guido Melinao e integrantes del Parlamento Koz Koz, visitarían las embajadas de España e Italia, en 2013 para manifestar su rechazo al proyecto. En tanto, Jorge Hueque, Humberto Manquel y Hernando Silva, abogado del Observatorio Ciudadano, realizarían viajes a la Comisión Interamericana de DDHH de la OEA, en Washington y, en un par de oportunidades, a la junta de accionistas de Enel, en Italia. El año pasado, miembros de la Red y el Parlamento Koz Koz se trasladarían a Argentina para unir fuerzas con grupos ambientalistas de la fronteriza San Martín de los Andes. “Hay un tratado binacional de cuencas y este proyecto lo había pasado por alto. El río Fuy y el lago Pirihueico son parte de la cuenca del lago Lácar, en Argentina; estas aguas nacen allá. Cuando fuimos a hablar, las autoridades y organizaciones ambientales no tenían la menor idea. Luego solicitaron a su gobierno provincial y al nacional que pidiera explicaciones al chileno de porqué este proyecto afectaba una cuenca protegida por un tratado”, señala Saldivia.

Predeciblemente, los activistas fueron acusados por la empresa de estar financiados por organismos internacionales. “Aquí cada uno puso su plata para que esto funcionara”, comenta Karin Saldivia. “En el tema comunicacional trabajó Mauricio Durán y María José Martínez a través de www.elpuelche.cl, y una cantidad de personas que permitió la visibilización de esto. Nosotros decíamos ‘Vamos para allá con la pura personalidad”. En el camino se sumaron otros esfuerzos. Tatiana Ramírez y Mario Sandoval, pertenecen a la Coordinadora en Defensa de los ríos Fuy y Enco y los lagos Pirihueico y Neltume. “Acá se pelea el agua, sin duda”, declara Tatiana, mientras matea en la penumbra de un día que termina. “Tenemos conciencia que las próximas guerras serán por la escasez hídrica”. “La empresa lucra con la necesidad que tenemos acá. No queremos que nos invadan lo poco y nada que nos queda, que experimenten con nosotros”, complementa, sentado a su lado, Mario Sandoval.

neltume3

EL CASO DEL NGUILLATUWE

Rosario Queupumil tiene 73 años y es una de las fundadoras de la comunidad Juan Quintuman. Se emociona cuando recuerda algunos eventos de la resistencia contra Endesa. En particular, el fallecimiento de su esposo hace pocos años, a su juicio por las tensiones que el conflicto le acarreó. Pese a la división en su comunidad, ella no quiso integrar la Inalafken.

Un gatillador de la resistencia fue la posibilidad que el nguillatuwe, es decir, el sitio donde se realiza el nguillatun de las comunidades, acabara bajo las aguas del lago Neltume, crecidas por la alimentación artificial desde el Fuy. Sumergidos quedarían también el rewe (altar) y el palenke, un poste para amarrar animales que serán sacrificados. “Por eso luchamos”, cuenta Rosario Queupumil y se explaya en los rasgos que tiene la rogativa acá: “El sacrificio es durante el nguillatun. Se trae un toro de uno o dos años, y una oveja. Si la gente quiere poner más anima- les se ponen más. Se hace cada dos años pero también según viene el tiempo. Llega gente de Reihueico, de Cachín, de Trafun, de hartos lados. La gente toma muchay (muday, la chicha de trigo mapuche)”. Agrega que se ofrenda un toro que tenga el mismo color de la cordillera, “que es difícil encontrar”.

Endesa, en un momento, para aplacar la oposición, ofreció trasladar el nguillatuwe a una cota más alta, cuestión que fue rechazada por los comuneros y organizaciones. Sin embargo, algunos de “los endesinos” colaboraron con la transnacional para una posible remoción del sitio ceremonial, cuestión que tensó aún más los ánimos y que pudo desencadenar hechos de violencia entre los mapuche. “La empresa intentó profanar el nguillatuwe. El supuesto lonko, José Catrilaf, ya fallecido, junto a su hijo intentaron trasladar el rewe”, recuerda Pedro Cardyn. “Algunos lugareños cercanos a la empresa que tenían llaves del sitio, le prohibieron la pasada a otros a un espacio que era comunitario. Endesa logró ese tipo de cosas”, reflexiona, poniendo en duda la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de estos negocios.

neltume contra endesa

LA CONSULTA QUE NO FUE

Uno de los hitos de esta historia es lo referido a la Consulta Indígena, elemento considerado en el Convenio 169 de la OIT, que entró en vigencia en 2009. En 2013, el proceso fue severamente cuestionado por el Parlamento Koz Koz y la red de organizaciones ya que no cumplió con los estándares internacionales de derecho. “No sólo debe consultar sino ser de carácter resolutivo”, indica Jorge Hueque. “Actualmente la Consulta no es decisiva; es un mero trámite. Nosotros planteamos que así no es y hubo varias comunidades que empezaron a bajarse (del proceso). De las 11, sólo participaron 2”.

Cardyn acota que junto al abogado Hernando Silva, del Observatorio Ciudadano, se analizó profundamente el Convenio, además de examinar jurisprudencia de otros países. “Se logró establecer que sí era vinculante. Si las comunidades se oponen, el proyecto tiene que irse”, señala y ahonda: “El estado considera sólo los megaproyectos de las empresas pero si aquí, las distintas comunidades del territorio, deciden que esta es un área de conservación indígena, el Convenio debe considerarlo y el estado respetarlo”.

lago_neltume

OTRO MEGAPROYECTO

Una victoria. Así la califican y lo celebran activistas y comuneros. Pero de bajar la guardia nada. Más aún, en un territorio donde la novedad ahora son las minicentrales hidroeléctricas de pasada, que no entran al sistema de evaluación ambiental. Citan como ejemplos, las de Tránguil y el río Reca, en Fundo Toledo, cerca de Choshuenco.

Por eso, resultan vitales las protecciones. Efectivizar tratados y pactos. Un objetivo concreto es la preservación del humedal del lago Neltume, donde aún se pueden ver willines, las nutrias nativas. “Está la idea de postular el río Cua Cua al RAMSAR (Convención Mundial para la conservación de humedales)”, indica Karin Saldivia.

Otro tema delicado es la declaración de Reserva de la Biósfera que detenta Panguipulli. Pedro Cardyn advierte que si dicho estatus no se operacionaliza en 2017, se perdería: “Lo ideal es que se formen comités consultivos en cada uno de las comunas. Es una pega que nosotros tenemos que hacer, como Red, como Parlamento y después sumar a las autoridades. En la zona núcleo de la Reserva no puede haber proyectos”, señala. “Uno no sólo se queda en la lucha sino que construye”, señala Jorge Hueque. “Como Parlamento hemos intervenido en las políticas a nivel regional y comunal. Hoy hemos garantizado en Panguipulli sobre la no plantación de (árboles) exóticos. O que tampoco se desea el modelo extractivo u otro modo de economías que no son para el pueblo sino para el bolsillo del empresariado. Hemos acuñado también la idea del turismo para la comuna. Hay una propuesta, como Parlamento, porqué no decirlo, a nivel nacional. Hemos planteado con harta fuerza que Chile debiera ser un estado plurinacional”.

Viejo conocedor de este territorio, desde la época del Complejo Maderero, Cardyn rememora cómo en esos años, mapuche y chilenos vivían existencias separadas, pese a estar unidos por el trabajo y, muchas veces, la estrechez. “Ahora no”, indica. “Creo que cada vez más, mapuche y no mapuche tenemos claro que ellos (las empresas) están hablando de cosas del pasado; de un crecimiento energético, productivo, de consumo, sin límite. Todos sabemos que eso ya se acabó. Que la economía no puede seguir creciendo aunque sea con energía renovable alternativa. Hoy lo que tiene sentido es lo que está pasando acá, y los pueblos originarios lo demuestran, de que se puede vivir con menos. Cada vez me convenzo que estamos construyendo un ejemplo para el resto de la gente, de que se puede sobrevivir en este planeta. Nuestro megaproyecto es el de la vida, el del küme mongen (buen vivir)”.

Por Felipe Montalva

 

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones