Lo dulce y agraz de la participación chilena en el encuentro mundial sobre cambio climático

Una postura disímil a la de la comitiva oficial, encabezada por la ministra del Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, tuvo Eduardo Giesen, el representante de las organizaciones ambientalistas nacionales que asistió a la XIV Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Poznan, Polonia
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Una postura disímil a la de la comitiva oficial, encabezada por la ministra del Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, tuvo Eduardo Giesen, el representante de las organizaciones ambientalistas nacionales que asistió a la XIV Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Poznan, Polonia. Critica la ausencia de responsabilidades para asumir las medidas necesarias y cuestiona las políticas que se implementarán aduciendo que favorecen al mercado y no a las personas.

El encuentro, que terminó el sábado, congregó durante dos semanas a representantes de gobierno, empresarios y de la sociedad civil de más de 190 países con el fin de intentar alcanzar un compromiso global que sustituya al Protocolo de Kyoto.

Los expertos aseguran que es fundamental que se alcance un acuerdo y que los países establezcan compromisos claros sobre sus acciones a seguir si se quieren evitar las funestas consecuencias que traerán el calentamiento del planeta y el cambio del clima.

Recién llegada desde Polonia, la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, comentó a Radio Universidad de Chile que el tema central del encuentro fue construir una visión común para enfrentar las negociaciones que se realizarán en la reunión definitiva de Copenhague en diciembre de 2009.

“Tanto los países desarrollados como los que estamos en vías de desarrollo, estamos en la obligación tanto ética como pragmática de hacer mayores esfuerzos de los que hemos hecho hasta ahora para enfrentar el cambio climático”, afirmó la ministra.

Uriarte señaló que, si bien los países más industrializados tienen mayores obligaciones, en la reunión también se acordó que los que se encuentran en vías de desarrollo, como Chile, tomen medidas tendientes a buscar “mecanismos de financiamiento y de transferencia tecnológica para lograr” adaptarse al cambio climático y evitar los gases de efecto invernadero, principales causantes del daño ambiental.

Pero una visión mucho más crítica de esta cumbre tuvo el participante chileno de la sociedad civil. Eduardo Giesen, vicepresidente del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna (CODEFF) y coordinador regional del Programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe, calificó la intervención del gobierno de Chile en la conferencia como deficiente y llena de generalidades, aunque reconoció que la participación en las ponencias ya representa un avance respecto a la actitud anterior del país en estas materias.

“Durante mucho tiempo el gobierno chileno asistió a las conferencias sin anunciarle nada a nadie y sin informar después tampoco de las posiciones que estaba llevando, que eran muy consistente son las políticas públicas a nivel nacional, que estaban muy orientadas a tomar el cambio climático como una oportunidad de negocios, lo cual a nosotros nos parece espantoso, muy poco ético”.

Giesen apuntó sus críticas particularmente al gobierno de Ricardo Lagos. Afirmó que esa administración “estuvo orientada a aprovechar los mecanismos de desarrollo limpio del Protocolo de Kyoto” con criterios de mercado, beneficiado a inversionistas extranjeros y nacionales y “no preocuparse por la agenda de adaptación” al cambio climático que debiera llevar adelante el país.

La participación de la Secretaria de Estado en al Conferencia Poznan se realizó luego de hacerle entrega a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, del Plan Nacional de Acción de Cambio Climático. Este informe contiene las medidas a corto, mediano y largo plazo para enfrentar el calentamiento global. Algunas de ellas, según enumeró Uriarte, son la implementación de “una política de embalses que va a aumentar en un cincuenta por ciento a superficie de riego, un cambio en la lógica de infraestructura, un nuevo enfoque para la agricultura y en la pesca, y ofrecerle al mundo un laboratorio de estudios de glaciares y de recursos hídricos”, debido a que en estas áreas se percibirán los mayores cambios en el territorio chileno.

El énfasis en el tema del agua no es casual. Estas propuestas fueron elaboradas en base al Informe sobre Variabilidad Climática en el siglo XXI realizado por la Universidad de Chile para la CONAMA en al año 2007, y que prevé un complejo escenario a nivel nacional, donde el problema clave será la escasez de agua.

“Es absolutamente deficiente”, opinó sobre este Plan de Acción local Eduardo Giesen. Argumenta que no contiene medidas reales que combatan el calentamiento global y que la ausencia de responsabilidad en las políticas públicas por parte del gobierno para enfrentar esta problemática persisten. El ambientalista subrayó que se continúan beneficiando las políticas de mercado y no las sociales.

“Lo que hace es repartir responsabilidades, pero no están asumidas en nuestro país. En materia energética, por ejemplo, puede decir que hay una opción por las energías renovables, pero ves las políticas públicas en Chile y no hay una opción por la energías renovables como en otros países”.

En junio de 2009 todas las comisiones que participaron de esta conferencia deberán entregar un informe medidas más concretas y la posición que tomará cada país en las negociaciones de Copenhague. Plazo que las organizaciones de la sociedad civil vinculadas a temas medio ambientales también tendrán para conseguir llegar con sus postulados hasta el gobierno y lograr integrar su opinión en las políticas públicas que Chile elaborará para enfrentar las transformaciones climáticas que ya se dejan sentir.

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