Los niños que crecen en contacto con la naturaleza llegan a ser adultos con mejor salud mental

Una investigación publicada en International Journal of Environmental Health Research, afirma que los niños y las niñas que se crían y educan más cerca de ambientes naturales pueden tener una salud mental más estable que aquellos que tuvieron otra suerte

Una investigación publicada en International Journal of Environmental Health Research, afirma que los niños y las niñas que se crían y educan más cerca de ambientes naturales pueden tener una salud mental más estable que aquellos que tuvieron otra suerte. Los autores del estudio piden un cambio en las prioridades cuando se trata de planificación urbana para las generaciones futuras.

Pasar el tiempo al aire libre, en la naturaleza, trae muchos beneficios para la salud, pero son escasos los estudios sobre su influencia en el desarrollo psicológico de la infancia y sus efectos hacia la vida adulta.

Para probar la hipótesis de la relación entre naturaleza y salud mental en el desarrollo humano, los investigadores encuestaron a 3.585 adultos de 18 a 75 años en cuatro ciudades europeas. Las preguntas referían principalmente a la frecuencia con la que visitaban espacios naturales cuando eran niños y luego como adultos.

Los participantes también respondieron a una prueba psicológica para determinar el estado de su salud mental en el último mes. Los adultos con baja exposición a la naturaleza en la niñez, mostraron problemas de salud mental «significativamente peores». Además, se observó que no ponderaban realmente la importancia de los espacios naturales en su vida adulta, como aquellos que habían crecido más en contacto con esos ambientes. Los autores advierten un potencial sesgo relacionado con el recuerdo, ya que el cuestionario fue autoinformado y solo incluyó una pregunta sobre la exposición infantil.

En cualquier caso, los investigadores confían en que sus hallazgos resaltan la importancia de la exposición infantil a la naturaleza, en relación con el desarrollo de su apreciación y de un estado psicológico saludable en la edad adulta. Esto es particularmente relevante, dado que casi tres cuartos de los europeos (donde se realizó el estudio) viven en espacios urbanos con poco acceso a lo agreste. Como se espera que esta proporción aumente a 80% en las próximas tres décadas, es importante tomar en cuenta estos datos para la forma de habitar en el futuro. Con una planificación preventiva, que considere la importancia de las áreas verdes para la salud, es posible que las naciones sean capaces de ahorrar presupuesto en medidas paliativas.

«Muchos niños en Europa llevan un estilo de vida en interiores, por lo que sería deseable hacer que los ambientes naturales al aire libre estén disponibles, sean atractivos y seguros para el juego», dijo el autor del estudio, Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal. «Hacemos un llamado a quienes formulan las políticas para mejorar [la] disponibilidad de espacios naturales para los niños y los patios escolares».

Se ha demostrado que la salud mental está influenciada negativamente por los entornos urbanos debido a la exposición al ruido, la reducción de los espacios para el movimiento, las multitudes y la falta de áreas verdes, entre otras cosas. Los niños que no tienen más opción que llevar estilos de vida sedentarios son más propensos a ver disminuida su calidad de vida, su autoestima y su salud física.

Los autores dicen que se necesitan más estudios para confirmar sus hallazgos e identificar en detalle por qué la naturaleza nos reporta estos beneficios a largo plazo. El estudio se habría visto favorecido, dicen, si se hubiera podido tomar en cuenta la visión e información de los familiares sobre la exposición al aire libre en la infancia, así como su situación de vivienda y los antecedentes hereditarios de salud mental.

Fuente: IFLScience

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