Medio ambiente: el gran perdedor de todas las guerras

Por motivos evidentes, cuando contabilizamos las víctimas que dejan los conflictos armados solemos hacer referencia a civiles y soldados, a ciudades y bienes naturales

Por Arturo Ledezma

06/11/2015

Publicado en

Medio Ambiente / Mundo

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arbol caido

Por motivos evidentes, cuando contabilizamos las víctimas que dejan los conflictos armados solemos hacer referencia a civiles y soldados, a ciudades y bienes naturales. Pero las guerras arrasan con todo lo que encuentran a su paso; y los recursos naturales de los que dependen muchísimas formas de vida no son una excepción. Por eso la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 6 de noviembre Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados.

Un nombre muy largo para una jornada más relevante de lo que su trascendencia mediática parece sugerir. La problemática es compleja porque va más allá de la destrucción y contaminación del medio ambiente durante las guerras. ¿Sabías que más de un 40% de los conflictos internos en diversos países tiene alguna relación con el control de determinados recursos naturales? ¿Y que numerosas guerras se financian a través de la explotación de oro, diamantes, agua, madera…? Con frecuencia, durante las contiendas bélicas se producen saqueos y robos de bienes fundamentales para la subsistencia de poblaciones enteras.

Tomar medidas de prevención y mejorar la gestión de estos recursos se convierte, por tanto, en una vía eficaz para prevenir y evitar enfrentamientos. De ahí que la ONU inste actuar al respecto a las instituciones nacionales e internacionales. Además, en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se han incluido varios servicios orientados a la reducción de riesgos y también a la evaluación y recuperación del medio después de los conflictos.

Organizaciones como Greenpeace llevan mucho tiempo tratando de concienciar sobre este problema, tan a menudo olvidado en las agendas gubernamentales. En 2006, por ejemplo, la ONG recorrió las costas de Haifa y Beirut con la embarcación Rainbow Warrior II con el objetivo de documentar la grave destrucción ambiental generada por la guerra entre Israel y Líbano. Especies en peligro de extinción se vieron afectadas por los vertidos en su hábitat natural, como el derramamiento de 15.000 toneladas de petróleo. Las terribles consecuencias pueden verse en el vídeo que te dejamos bajo estas líneas.

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