Afectaría también los recursos marítimos

Mega proyecto energético amenaza con instalarse en el Bío Bío

Los habitantes de la comuna de Bulnes rechazan el emplazamiento de un terminal de gas licuado en las costas de Penco Lirquén, la cual está conectada al gasoducto del Pacífico que abastece la termoelectrica El Campesino, situada en la localidad de Los Tilos.

Por Ciudadano

10/06/2016

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El Campesino será el primer proyecto evaluado por la Comisión Regional de Evaluación Ambiental. Proyecto que en vez de agua utilizará aire vía aerocondensadores para enfriar las turbinas, tecnología que según la empresa no afectaría la disponibilidad del recurso hídrico para los trabajos de riego en una zona agrícola.

Las actividades económicas, según los vecinos de Bulnes serán las más afectadas con la ubicación de la termoeléctrica, pues estaría emplazada, de acuerdo a la FAO, en el 1.5% de los terrenos agrícolas y regables del país, es decir, justo en el centro agrícola de la comuna, lugar en donde existe el cultivo de frutales, alimentos orgánicos y viñas de exportación.

Existen comunidades y autoridades locales de la Región del Bío Bío que se resisten a la implementación de un megaproyecto energético, que además de incluir la llegada de gas natural a la bahía de Concepción, se instalará una termoeléctrica para procesar el elemento en el valle agrícola de Bulnes. Desde la empresa BioBiogenera se han dedicado a destacar que la energía será limpia debido a la tecnología de última generación utilizada. Sin embargo, los vecinos consideran que tendrá un alto impacto en la economía local, basada en la agricultura y la pesca.  La Comisión Regional de Evaluación Ambiental debe pronunciarse durante este semana sobre su aprobación o rechazo.

Los empresarios Juan José Gana, César Norton Sacre y un grupo de inversionistas chilenos son los responsables del proyecto que sostiene que el gas licuado significa energía limpia, argumentando que incluso se combatirá la contaminación de la región al disminuir las emisiones de material particulado.

Tanto el alcalde de Bulnes como el parlamento zonal han manifestado su oposición al desarrollo del proyecto. Políticos como Loreto Carvajar (PPD), Jorge Sabag (DC), Alejandro Navarro (MAS)y Clemira Pacheco (PS) comparten las críticas de la comunidad y cuestionan la venia del Programa Energético del Ministerio de Energía con la que cuenta el proyecto, la cual que otorga al gas un importante rol en la generación de energía.

Andrés Parada, vocero de la organización Bulnes sin Termoeléctrica explicó que el terminal, de una capacidad de mil 140 MW, junto a la termoeléctrica de 640 MW -las cuales trabajarán en conjunto- tendrán una inversión total de casi mil millones de dólares. Además, expresó que debido a la presión ejercida inicialmente, la empresa ha decidido presentar los estudios de impacto ambiental de ambos proyectos por separado. Además señaló que la empresa antes llamada Octoputus -pulpo en inglés- se cambió el nombre a BioBiogenera para limpiar su imágen y quitar la connotación negativa del nombre. Razón por la que los ciudadanos aseguran que el holding llegó a la zona mintiéndole a la comunidad.

Al respecto dijo que se trata de una estrategia para burlar la legislación ambiental desde una compañía que supuestamente no cuenta con una experiencia previa en el desarrollo de proyectos energéticos, además considerando su asociación con otras transnacionales como Electricité de France (EDF) y Cheniere Energy (USA).

Terminal de GNL en Penco-Lirquén

El terminal de regasificación en las costas de Penco-Lirquén, se encuentran igual en una etapa de evaluación ambiental, aunque más retrasado que El Campesino, debido a que incluye la consultación indígena y el proceso que eso significa. El proyecto que se instalaría en la Bahía de Concepción, cuenta con una capacidad para suministrar 15 millones de metros cúbicos diarios de gas natural licuado, la cual abastecería a la central El Campesino, además de otras industrias energéticas de la zona.

El gas utilizado provendría de Estados Unidos y sería transportado en buques en un estado líquido a muy bajas temperaturas hasta el terminal de Penco, proyectando su instalación a 2.5 kilómetros de la costa y aplicando un proceso que utiliza agua de mar para inyectar el producto al gasoducto, distribuyéndolo por toda la región.

Es la utilización de agua de mar lo que preocupa a los pescadores de la bahía, porque aunque se haya eliminado el uso de cloro para estilizar el agua, el hecho de devolver el agua utilizada al mar afectará el ecosistema marítimo y matará a los microorganismos como huevos, larvas y placton, además de la afectación  los demás recursos marinos.

La diputada Clemira Pachecho aseguró desde el inicio que el proyecto no ayuda a la gente de la zona, que de hecho es bastante invasivo a pesar de que lo quieran mostrar de otra forma, la devolución del agua hecha por la empresa es a temperaturas más bajas de lo normal, lo que perjudica todos los recursos del mar y en efecto, el trabajo de muchos habitantes que viven de la pesca.

Pacheco también declaró que este tipo de proyectos generan energía para el país, pero no abastecen a la región en particular, sino que a las grandes empresas hacia el norte. Manifestó además que el costo ambiental, social y cultural para los habitantes y el daño a la economía local impactará fuertemente a los vecinos, enfatizando en la negatividad del proyecto.

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