Pablo Sepúlveda: Si alteramos radicalmente los paisajes de Aysén, indudablemente el turismo será tremendamente afectado

  En su experiencia “si alteramos radicalmente esos paisajes, indudablemente que la industria se va a ver tremendamente afectada”

Por Director

04/09/2013

Publicado en

Medio Ambiente / Regiones / Turismo

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  • En su experiencia “si alteramos radicalmente esos paisajes, indudablemente que la industria se va a ver tremendamente afectada”.
  • Algo que ya ocurrió en el Alto Bío Bío, donde Endesa construyó las represas Pangue y Ralco: “Lo que habíamos desarrollado como industria es actualmente cero, fue destruida en pro del desarrollo y eso no lo vamos a poder revertir jamás.  La pregunta es ¿los chilenos queremos eso para nuestra región de Aysén?”.

 “El desarrollo turístico que tiene Chile y especialmente la región de Aysén, se basa en las bellezas escénicas.  Una vista bonita, un glaciar, un lago descontaminado es plata para Chile, es desarrollo para Chile”.

La afirmación es de Pablo Sepúlveda, gerente general de Pared Sur Expediciones, durante el XXXV Congreso de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (ACHET) que desde el sábado y hasta este martes reunió en Coyhaique a un número importante de representantes del mundo privado, gremial y público nacional ligado a esta actividad empresarial.

En el encuentro uno de los temas discutidos fue la compatibilidad del turismo con otras áreas económicas.  Hasta hoy las fuentes productivas regionales son esencialmente la pesca y el agro, y aunque el turismo pretende concentrar las principales inversiones futuras, dadas las características naturales de una geografía única y prístina, está amenazado por algunos proyectos que podrían poner en riesgo estas particularidades.

De ahí las palabras de Sepúlveda, para quien un claro ejemplo de mal manejo de intervención industrial en contra del desarrollo turístico se dio en la región del Bío-Bío, donde Endesa (socia de Colbún en HidroAysén) construyó hace una década las represas Ralco y Pangue.  Para el empresario “la persona que viene de muy lejos y está gastando y consumiendo hotelería, transporte, servicios turísticos, viene precisamente por eso.  Entonces si alteramos radicalmente esos paisajes, indudablemente que la industria se va a ver tremendamente afectada”.  Y agrega: “En el tema específico de las centrales hidroeléctricas hay que ver qué pasó en el Bío Bío.  Yo viví esa experiencia porque trabajaba allí.  Lo que habíamos desarrollado como industria es actualmente cero, fue destruida en pro del desarrollo y eso no lo vamos a poder revertir jamás.  La pregunta es ¿los chilenos queremos eso para nuestra región de Aysén?”.

Sobre estos riesgos, la secretaria general de ACHET, Lorena Arriagada expresa que el desarrollo del turismo exige un equilibrio entre la creación de infraestructura y la aprobación de la comunidad.  Ejemplo de ello es cómo inciden los megaproyectos energéticos no sólo en el “paisaje” sino en espacio físico donde se han desarrollado generaciones completas de familias, las que en conjunto son una cultura en armonía con su entorno geográfico. He ahí la importancia de la voz de quienes viven en los sectores que se desean intervenir con grandes proyectos de infraestructura.  “Quienes primero tienen que analizar una iniciativa así son las personas que están acá.  La gente de la región tiene que ver cómo se interconecta esa visión con el desarrollo de la región y con el desarrollo del país.  Hoy no están dadas las últimas palabras y corresponde hacer mayores análisis para ver cuáles son los impactos en uno u otro sentido de manera responsable” explica.

La idea es establecer “cómo compatibilizar la industria que mueve la región y los requerimientos del país con el desarrollo turístico de la región y de las ciudades, que llama a la mejor calidad de vida de las personas.  Cómo compatibilizar es la gran clave, y ésas son decisiones de Estado, de la comunidad y de los empresarios, absolutamente tomados de la mano” señala Solange Gálvez, gerente del Consejo Superior de Turismo.

Fue en lo que coincidieron los entrevistados: el turismo es un foco de desarrollo prometedor, pero hay que tener altura de miras para realizarlo de forma sustentable, donde se respete, primero, a las comunidades y, también, al entorno geográfico donde se pretende materializar.  Algo más válido aún para el caso de los grandes proyectos industriales, para el caso de la región de Aysén especialmente los energéticos, mineros o acuícolas.

Por Patricio Segura

El Ciudadano

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