Morales: «Si continuamos por el camino del capitalismo, estamos condenados a desaparecer»

Presidentes, autoridades políticas, científicos y activistas socioambientales de todo el mundo se han dado cita este lunes en la ciudad de las luces para asistir a la Cumbre del Clima de París COP21, en la que desde hoy y hasta el 11 de diciembre se buscará alcanzar un acuerdo global que frene el cambio climático y sustituya a partir de 2020 el obsoleto Protocolo de Kioto, que en la práctica distó mucho de convertirse en una herramienta real para disminuir las emisiones contaminantes.

La crítica situación que enfrenta el planeta (con el ritmo actual de aquí a fines de siglo la temperatura de la Tierra aumentaría entre 3,5 y 4,8 grados con consecuencias globales devastadoras) convierte la ocasión en un momento crucial en el que no obstante pareciéramos presenciar una suerte de ritual que ciertos actores han convenido llevar a cabo cada cierto tiempo a sabiendas de que nada va a cambiar.

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COP Berlín (1995)

A 20 años de la celebración en Berlín de la primera Cumbre Climática y en el límite temporal para aliviar la salud del planeta según la ciencia, los presidentes de más de 190 naciones expresan su compromiso para buscar un acuerdo que evite que la temperatura global aumente dos grados a final de siglo.

Con un ambiente aún marcado por las detenciones de algunos de los manifestantes que ayer se congregaron en las calles de la capital francesa para exigir, entre otras consignas, el fin del estado de emergencia, vigente desde los recientes atentados terroristas, el presidente francés –François Hollande- inauguró el evento asegurando que “nunca antes el mundo había afrontado un desafío tan grande” como “el futuro del planeta, de la vida”.

Durante su exposición, Michelle Bachelet se refirió al ya mencionado compromiso 30/30 por el que Chile se compromete a reducir sus emisiones contaminantes un 30% para 2030. Aun a pesar de las evidencias que muestran la nula responsabilidad de nuestras autoridades con la protección del medio ambiente, siempre supeditada a los intereses económicos, Bachelet manifestó su voluntad de “ejercer un claro compromiso verdadero y vinculante” con el entorno, el que a su juicio corresponde en mayor medida adquirir a los países desarrollados.

“Además, instauramos un impuesto a las emisiones de carbono que comenzará a aplicarse el 2017, y seremos parte de la Coalición de Líderes por el Precio del Carbono (CPLC), porque queremos así transmitir una clara señal de la necesidad de internalizar los costos asociados al cambio climático”, anunció la mandataria.

EEUU asume su responsabilidad

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo hoy que su país, como primera economía mundial y segundo emisor de gases de efecto invernadero (el primero es China), reconoce su papel en el calentamiento global y asume “su responsabilidad de hacer algo” contra ello.

Obama pidió cerrar un acuerdo con “objetivos establecidos por cada uno de nosotros”, la misma piedra que ha permitido que ninguna de las cumbres celebradas hasta ahora sirviera realmente para algo. Al igual que el Protocolo de Kioto, el acuerdo que emane en esta ocasión no impondrá metas para los países, sino que cada uno de ellos presentará voluntariamente sus compromisos, que debiesen ser revisados cada cinco años, lo que nuevamente pone en peligro conseguir frenar el aumento de la temperatura global.

Morales: necesidad de cambiar el modelo económico

El presidente de Bolivia, Evo Morales, arremetió durante su intervención contra el capitalismo, describiéndola como “la fórmula más salvaje y destructiva de nuestra especie, convirtiendo todo en mercancía para beneficio de unos cuantos”.

“La madre Tierra está acercándose al crepúsculo de su ciclo vital, cuya causa estructural corresponde al sistema capitalista”, que ha desarrollado “una fuerza arrolladora y destructiva en nombre de la libertad de mercado, de libre competencia y de los derechos humanos”, declaró Morales. El presidente boliviano pidió que se escuche “a los pueblos, movimientos sociales y a nuestros científicos para salvar la vida”, y subrayó su “profunda preocupación por los dramáticos efectos que están ocurriendo hoy, en torno al cambio climático, que amenazan con acabar con la vida y con nuestra madre Tierra”.

Morales pidió a las potencias capitalistas «que cesen la irreversible destrucción de nuestro planeta”. Un sistema, dijo, que se dedica a “producir a escala infinita bienes de consumo descartables que hoy están destrozando la naturaleza, degradando el trabajo, produciendo guerras de conquista y destruyendo la convivencia”.

“La visión antropocéntrica y mercadocéntrica convierte a la naturaleza en un simple objeto de explotación y lucro. El individualismo, el egoísmo y el consumismo son una plaga que destruye a la comunidad. Si continuamos el camino trazado por el capitalismo, estamos condenados a desaparecer”,concluyó Morales.