Cientos de especies quedan atrapadas en redes y mallas perdidas

La «pesca fantasma» es una amenaza para los ecosistemas marinos

Estos "asesinos silenciosos" capturan y matan cada año miles de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos, incluso mucho tiempo después del final de su vida útil

Por Luis Yañez

15/06/2018

Publicado en

Animales / El Caribe / Medio Ambiente

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«Una red perdida, rodando en el fondo del mar, puede provocar abrasión de bosques de laminarias, de corales de profundidad, desgarres en el cuerpo de organismos, desplazamiento de elementos del lecho marino, convertirse en residuo (…) Por no referirnos a los riesgos para la navegación por enganche en hélices, con el consecuente riesgo sobre la seguridad marítima y la pérdida económica asociada«, avierte el portal Ecología Azul, haciendo un llamado así a la protección de los ecosistemas marinos.

Esta semana, al menos 450 pequeños tiburones fueron encontrados atrapados en una red de pesca abandonada en las costas de Francia. Se trata de tan solo uno de los peligros de la llamada «pesca fantasma», un problema que comprende particularmente las redes de enmalle y nasas (cuerdas con cientos o miles de anzuelos) pérdidas que atrapan miles de peces y especies marinas alrededor del mundo.

Asesinos silenciosos

Redes de enmalle pérdidas pueden atrapar miles de peces y especies marinas. Foto: Web

Normalmente, las mallas y nasas quedan enredadas en fondos abruptos o irregulares que contienen corales y/o rocas, provocando que el cabo de la boya se rompa cuando se trata de introducir a bordo. Otra causa asociada a la pérdida de aparejos es el mal tiempo y estado del mar, sobre todo en época de temporales otoñales e invernales. Este aparejo se rompe y se suelta,  por lo que puede quedar a merced de las corrientes hasta que se engancha en rocas. Algunos estudios señalan que parte de la pérdida de aparejos se debe al conflictos entre pescadores.

Hallazgo espeluznante

El martes 12 de junio pasado, una embarcación alertó a las autoridades francesas sobre una red de pesca en la que cientos de tiburones, rayas tortugas y otras especies marinas quedaron atrapadas.

Al final, se retiró la red  por representar un «peligro para la navegación y el buceo”. Aunque se sospecha que esa fue lanzada al mar de manera intencional, todavía no hayan a los responsables de este ecocidio marino.

El asesino silencioso de los mares

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) denuncian en un informe conjunto que las redes, trampas, flotadores y otros aparejos de pesca que se rompen, abandonan y pierden como consecuencia de tormentas o quedan atascadas en áreas donde hay trampas de fondo, constituyen un 10% de los residuos marinos, es decir, unas 640.000 toneladas.

Además, estas “redes fantasma” capturan y matan cada año miles de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos, incluso mucho tiempo después del final de su vida útil, ya que al estar compuestas por materiales sintéticos pueden durar más de 500 años.

En el Caribe se extravían  miles de trampas y cientos de aparejos pesqueros durante las temporadas de huracanes, mientras en el mar cantábrico buques que faenan en esas aguas pierden cada año una media de 13 redes.

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