«Nobel» de medioambiente: «Mi lucha es contra Monsanto»

En su perfil de Facebook se define como “mujer guerrera”

Sofía-Gatica

En su perfil de Facebook se define como “mujer guerrera”. De mañana trabaja en la Alcaldía y el resto del día se dedica a luchar vehementemente contra Monsato, la empresa a la que ella acusa de haber intoxicado a más de la mitad de la población de su barrio, Ituzaingó, ubicado a 40 kilómetros de la ciudad de Córdoba (Argentina), y que sería la responsable de la muerte de su hija menor.

Sofía Gatica estará en Colombia como invitada especial del Encuentro Latinoamericano y del Caribe Hispanohablante “Mujeres, medioambiente y territorio”, que se celebrará en Zapatoca, Santander, desde el 27 de febrero.

En el evento, la líder cordobesa expondrá la problemática de salud que se vive en Argentina por el mal uso de los agroquímicos, que cada día cobra más relevancia por las malformaciones, los cánceres y las víctimas mortales que están saliendo a la luz supuestamente por el consumo de productos de la multinacional. “Vamos a estar planteando estas problemáticas, que no son aisladas sino mundiales. Yo siento que las mujeres somos las que más ponemos el pecho ante estas situaciones”.

Es tal el escándalo en el país austral a raíz de los agrotóxicos, que en 2012 uno de los libros más vendidos fue Mal comidos, de Soledad Barruti, que demuestra a lo largo de sus páginas que el empleo excesivo de pesticidas está causando cientos de muertes al año. Asimismo, recientemente se publicó Envenenados, de Patricio Eleisegui, una investigación periodística que expone el mismo problema, pero se concentra en las víctimas asociadas al cultivo de la soya, uno de los principales productos de exportación de Argentina.

Del anonimato al “nobel” ambiental

Todo empezó en 2001, cuando a la hija recién nacida de Sofía Gatica le pronosticaron apenas unos días de vida debido a una malformación en los riñones. Desconsolada, la madre preguntaba a los médicos cuál había sido la causa de la anomalía, pues en su familia nunca hubo un caso similar. Nadie le dio respuesta.

Con el paso de los días descubrió que en su cuadra había por lo menos seis mujeres que habían perdido un hijo. Unos habían muerto por leucemia, otros por linfoma no Hodgkin y también había tumores y malformaciones. La enfermedad que más se repetía era el cáncer: entre los 5.000 habitantes del barrio había 300 casos de personas con este mal. Sofía hizo un expediente y lo envió al Ministerio de Salud. En un primer momento no le hicieron caso.

Ella y otras 13 mujeres se organizaron bajo el nombre de Madres de Ituzaingó y comenzaron a protestar en las calles para denunciar la contaminación del agua con endosulfán, un insecticida que, según la Red de Acción sobre Plaguicidas (PAN), integrada por 600 organizaciones de 90 países, produce deformidades, desórdenes hormonales, parálisis cerebral, epilepsia, cáncer y problemas en piel, visión, oído y vías respiratorias.

¿De dónde llegó ese endosulfán a las inmediaciones de Ituzaingó? Alrededor del vecindario había campos de soya, los cuales eran fumigados con el agroquímico por lo menos doce veces durante la cosecha (que dura aproximadamente tres meses), con el fin combatir las malezas.

De acuerdo con ComAmbiental, un diario digital de periodismo sustentable, en Argentina se usan 5,5 millones de litros de endosulfán por año para la producción de algodón, maíz y soya, entre otros cultivos, a pesar de haber sido prohibido en 74 países y de que en junio de 2011 quedara incluido en el Convenio de Estocolmo, un acuerdo internacional que regula el tratamiento de las sustancias tóxicas.

La primera disputa de Sofía fue contra los productores de soya de los campos aledaños a Ituzaingó, quienes además del endosulfán usaban glifosato. Su primer gran logro fue impedir que se fumigara a menos de 1.500 metros por tierra y aire de las casas. Por su labor, Sofía fue galardonada con el Premio Goldman 2012, el llamado “nobel” de medioambiente.

Soyeros en Argentina

Los soyeros en Argentina son como una realeza política y económica intocable”, dice Patricio Eleisegui. Como lo señala en su libro, el año pasado la soya le aportó a la Argentina ganancias superiores a los US$34.000 millones.

Sus energías ahora están concentradas en un nuevo frente de ataque: Monsanto, el principal productor y proveedor de los agroquímicos en Argentina. De acuerdo con el diario argentino Marcha, la compañía prevé construir la planta más grande para América Latina en la localidad cordobesa de Malvinas. La inversión ascendería a más de US$200.000.

Nuestra idea es impedir que se instalen. Yo ya no tengo más vida familiar, ni social. Mi vida es la lucha constante contra los que envenenan a la gente, los mismos que acabaron con la vida de mi hija. El año pasado tuve la oportunidad de estar en la Casa Blanca y le planteé al presidente Obama la situación. Unos días después me mandó una carta en la que reconocía que no podía hacer nada contra la multinacional, pero me dijo que continuara luchando porque lo que estoy haciendo está bien. Eso hago cada día”.

 

Fuente: http://www.elespectador.com

Imagen: http://www.eldiariodebuenosaires.com

 

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