Sydney celebra el nuevo año con fuegos artificiales que aumentan el riesgo de incendios

Además de los fuegos artificiales

Por Geraldine G

31/12/2019

Publicado en

Medio Ambiente / Mundo

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En la ciudad australiana de Sydney, una de las primeras metrópolis en recibir el año nuevo, el cielo se adorna con cientos fuegos artificiales cuando llega medianoche.

Hace días que conseguir una entrada para ver el espectáculo desde algún sitio de privilegio es imposible y se espera que los espacios habilitados estén abarrotados horas antes de que caiga la noche.

Las autoridades locales calculan que se reunirán alrededor del puerto más de 1,5 millones de personas para ver el espectáculo pirotécnico, valorado en más de cuatro millones de dólares.

Esta explosión de color que da la bienvenida al nuevo año y es un icono turístico del verano australiano se encuentra en el medio de la polémica.

El Servicio Rural de Incendios decretó para el último día del año la prohibición de hacer fuego en once regiones de Nueva Gales del Sur, incluyendo la capital australiana Canberra, y extensas áreas del sur del estado a causa del alto riesgo de incendio. Pero los fuegos artificiales del puerto de Sydney serán una excepción y puntualmente a las 12 de la noche iluminarán la bahía.

Fuente: archivo web

Precisamente, en Canberra se han cancelado dos espectáculos y en la ciudad de Parramatta, al norte del río que se funde con el mar de Tasmania en Sydney, no se lanzarán los fuegos por el alto riesgo que suponen las rachas de viento que podrían superar los 70 kilómetros por hora según el departamento de meteorología australiano.

“Cancelar [los fuegos] dañaría seriamente las empresas, especialmente después de los informes de una temporada baja en el comercio, y arruinaría los planes de millares de personas” indicó la portavoz del Consejo de Sydney, Tanya Goldberg.

Durante los últimos días el consejo se mostró reticente a cancelar la fiesta ya que calculan que los fuegos generan más 81 millones de dólares en beneficios para la economía del Estado.

Sin embargo, la decisión no se ha tomado sin polémica. Unas 250.000 personas firmaron un manifesto a favor de la cancelación y el ministro regional de Industria y Comercio, John Barilaro, solicitó que se cancelara el evento.

“El riesgo es muy alto –dijo–. En algunas áreas los fuegos se han prohibido. No creemos, entonces, dos clases de ciudadanos.” Pese a sus demandas, la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian,dejó claro el domingo que los fuegos artificiales se celebrarían si eran “seguros”.

Mientras la Nochevieja de Sydney se teñirá de color entre el puente de hierro y la Ópera de Jørn Utzon, el país vive una grave crisis forestal.

Miles de efectivos combaten las llamas de los incendios masivos que afectan grandes zonas de Nueva Gales del Sur, las colinas de Adelaida y Victoria. Se calcula que se han quemado más de 4,6 millones de hectáreas y diez personas han perdido la vida.

Fuente: La Vanguardia

La situación es especialmente preocupante ya que las olas de calor se han sumado a la sequía en otoño y unos inviernos especialmente secos. Este escenario ha provocado que las llamas se propagasen por los bosques subtropicales entre Brisbane y Newcastle.

En el sur, tres regiones próximas a Adelaida, en el estado de South Australia, se encuentran en alerta catastrófica y Tasmania vive un diciembre con temperaturas de récord en Hobart.

Para muchos científicos esta ola de incendios es un hecho sin precedentes ya que nunca se habían dado unas condiciones tan extremas.

“Bajo la emergencia climática, las sequías serán más severas y frecuentes, incrementando el impacto del fuego” aseguró Glenda Wardle profesora de Ecología y Evolución en la Universidad de Sydney.

Wardle recuerda que “el fuego impacta de muchas maneras porque destruye las plantas y los recursos de los animales”, como por ejemplo el eucaliptus, hogar de los koalas.

De hecho, llas autoridades de Nueva Gales del Sur calculan que se podrían haber perdido unos 8.000 animales de esta especie, que tiene una población 30.000 ejemplares en los bosques de la región.

Según datos de la Universidad de Wollongong, publicados por The Guardian , en los últimos 50 años sólo dos temporadas de incendios han superado las cifras registradas hasta el momento. Fueron en 1974 y 1986, con la diferencia de que todavía quedan seis semanas de calor, viento y fuego

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