¿Aprender o no aprender? Regreso a clases, cuestión de vida o muerte

A prácticamente una semana del 30 de agosto, el regreso a clases en Puebla es inminente. Ni el gobierno federal ni el estatal han dejado lugar a dudas: en unos días, las puertas de todas las instituciones públicas mexicanas deberán estar abiertas para las y los estudiantes que deseen cruzarlas, entrar a las aulas y educarse.

En la ciudad de Puebla, según constató El Ciudadano en un recorrido realizado hace una semana, las condiciones en que están algunos colegios públicos emblemáticos distan de ser las idóneas para recibir alumnos; tal es el caso de la escuela Leona Vicario.

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Las condiciones sanitarias, en el estado como en el resto del país, son por el momento desafiantes. Del miércoles  al jueves de la semana pasada, por ejemplo, se presentaron en Puebla más de 800 contagios del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Fue ese día que se rompió la barrera de los 100 mil contagios en el acumulado desde que la pandemia llegó a Puebla. Por si esto fuera poco, entidad está a una o dos semanas de alcanzar el pico de la tercera ola COVID.

Una y otra vez, el gobernador Miguel Barbosa ha exhortado a la sociedad poblana a mantener la disciplina y abstenerse de salir a la calle sin un motivo de peso; sin embargo, en cuanto al regreso a clases el 30 de agosto, ha expresado de manera contundente que se trata de una medida «esencial».

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El mandatario argumentó así la relevancia del pronto regreso a clases:

“La educación es una actividad esencial porque sin sistema educativo se para todo el presente y el futuro de una nación. Estamos en un momento complicado, pero estamos trabajando todos para que haya regreso a clases el 30 de agosto como actividad declarada esencial”.

Además, el mandatario poblano declaró su adscripción a la forma como el presidente Andrés Manuel López Obrador describió la asistencia a las aulas en el contexto pandémico:

“Todos estamos trabajando para el regreso. Y por eso me gustó mucho la definición del presidente de la República cuando dijo: ‘Es un derecho y es voluntario’. Porque vamos a tener las condiciones para regresar, pero ¿qué hacemos si la gente o algunos dicen ‘No regreso’? Para eso es el sistema híbrido de poder asistir en secciones, no todos los días de la semana, poder distribuir el horario escolar en diferentes etapas para evitar las aglomeraciones”.

¿Qué tan seguro es el confinamiento doméstico para la niñez mexicana?

De acuerdo a un informe presentado el pasado 19 de agosto por Alejandro Encinas, 5.2 millones de estudiantes dejaron de inscribirse al ciclo escolar 2020-2021; de ellos, 3 millones son menores de edad.

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Por otra parte, la niñez que permanece en casa no está precisamente segura, dado que la violencia familiar se ha incrementado de manera sustantiva: 129 mil 20 carpetas de investigación se iniciaron el primer semestre de 2021 a partir de delitos encuadrados con este tipo de violencia. Esto representa un incremento de 24% respecto al primer semestre de 2020, de acuerdo al mencionado estudio.

Además, los embarazos en niñas y adolescentes están a la orden del día, pues de acuerdo al Consejo Nacional de Población (CONAPO) actualmente nacen alrededor de mil bebés de niñas y adolescentes diariamente. Además, la mayoría de los embarazos entre niñas de edades entre 10 y 14 años son producto de violaciones sexuales.

Además, con una tasa de 76.8%, Puebla se encuentra en los primeros lugares a nivel nacional en tasa de fecundidad entre adolescentes de 15 a 19 años, sólo por debajo de Michoacán (77.3%), Campeche (79.2%), Nayarit (79.5%), Chiapas (84.9%) y Coahuila (94.3%).

El panorama de la situación que se vive en los hogares mexicanos, de acuerdo a estas estadísticas, es complejo. Resulta difícil afirmar que la niñez mexicana está más segura en el confinamiento doméstico que en las aulas.

El modelo híbrido: una alternativa flexible

Según ha explicado en varias ocasiones el Secretario de Educación Pública estatal, Melitón Lozano Pérez, el modelo híbrido permite que la totalidad del alumnado participe del acto educativo, pues sólo asiste a clase la mitad de los alumnos o menos, mientras que la otra mitad toma las clases en casa, desde su computadora, o bien trabaja en las actividades enfocadas al aprendizaje autónomo.

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Esto permite despresurizar las aulas físicas y que se logre mantener una distancia física entre los discentes de entre 1.5 a 2 metros, lo que permite aproximadamente atender una decena de alumnos físicamente en un aula convencional de escuela pública.

Para ello, del 17 al 20 de agosto se impartió un taller intensivo de capacitación para los maestros poblanos, donde se les reforzaron los conocimientos sobre el estilo híbrido de educación.

Además, del 23 al 27 de agosto se celebrarán sesiones de consejo técnico escolar para los maestros, en las que se buscarán las mejores alternativas de enseñanza.

Falta, pues, prácticamente una semana para el regreso oficial a clases y serán las madres y los padres de familia quienes tomen la última decisión sobre la forma como aprovecharán el modelo híbrido preparado tanto en las escuelas públicas como en las privadas.

En cuanto a Puebla, junto con Zacatecas vale la pena considerar que, de acuerdo a cifras recopiladas por INEGI en 2020, es el séptimo estado, de la República Mexicana con menos años de escolaridad entre personas de 15 años en adelante.

Y aunque nadie puede afirmar con certeza cuántas olas covídicas azotarán al país, una cosa es segura: una niñez a quien se le niega la educación escolarizada no dispondrá mañana de las herramientas para enfrentar un mundo laboral cada vez más complejo, demandante y especializado.

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