Cinco lecciones para consumir noticias sobre inteligencia artificial (IA)

El año 2023 será recordado por la explosión de los algoritmos de la IA. Pero las expectativas alrededor de su potencial suelen ser alarmistas o exageradas por los medios de comunicación


La inteligencia artificial (IA) es la simulación de procesos de inteligencia humana mediante la programación de algoritmos y modelos computacionales; al momento se ha demostrado como una herramienta bastante útil en distintos campos del conocimiento. En este contexto, los algoritmos son conjuntos de instrucciones o reglas que guían el comportamiento de un sistema para realizar tareas específicas. Los algoritmos son esenciales para el funcionamiento de sistemas de IA, ya que determinan cómo se procesan los datos y se toman decisiones. Estos algoritmos pueden abarcar una variedad de enfoques, como aprendizaje supervisado, aprendizaje no supervisado, aprendizaje por refuerzo, redes neuronales, entre otros.

Sin embargo, como se ha demostrado a lo largo de este año, servicios como ChatGPT o MidJourney, entre muchos otros, han sido exaltados en medios de comunicación no como una herramienta útil, sino como una solución absoluta e infalible, omitiendo los riesgos, sesgos, problemas legales e intereses económicos detrás de su existencia, esto para que un público conformista acepte pasivamente las irrupciones de esta nueva tecnología sin cuestionar o analizar de manera crítica su funcionamiento.
¿Qué problemas hay detrás de las noticias exageradas sobre IA?

El experto en educación y tecnología, Leon Furze, advierte que existe una relación entre la ética y el lenguaje que se utiliza en los medios para describir esta tecnología, ya que las palabras pueden distraer nuestra atención hacia la complejidad e implicaciones detrás de la misma.

Una buena parte de las notas sobre IA que encontramos en medios se apoyan en especulaciones sin sustento, incluso, al analizarse minuciosamente, nos podemos percatar que suelen usar términos que son más cercanos a la magia y elaboran metáforas que pretenden ser simples pero con trasfondo alarmista. Uno de estos grandes mitos, que parecieran surgir de una oficina de relaciones públicas, es la idea de que la IA es la solución absoluta para los grandes desafíos humanos y que superará la inteligencia humana en cuestión de meses, como si se tratara de un destino inevitable, algo de lo cual no se puede escapar, liberando así de toda responsabilidad a sus creadores.

La académica en economía política Benedetta Brevini, señala que estos mitos, presentes en informes de alto nivel, controlan debates políticos, beneficiando a las corporaciones propietarias de la tecnología. Ella menciona que a través de estas comunicaciones, escritas con entusiasmo desbordado, crean mitos alrededor de la tecnología, que a fuerza de repetición se convierten en «sentido común», creando el «folclore del futuro» y reforzando estructuras de poder existentes.

Otros expertos advierten que el discurso mágico alrededor de la tecnología distrae de la responsabilidad de las organizaciones detrás de la IA, como el uso de información privada y contenidos sin pago de regalías.

¿Qué aspectos pueden observarse?

El término mismo de «Inteligencia Artificial» se critica por ser engañosa, al distanciar la responsabilidad humana; se puede argumentar que la IA es un término de marketing, que evita acusarla de cualquier error al presentarla como si se tratara de una máquina como entidad pensante autónoma.

El término mismo de «inteligencia» también se cuestiona, ya que no hay una definición clara de la inteligencia humana. En muchos textos además se observa la antropomorfización constante de la IA, asignándole rasgos humanos. Es por ello que los críticos instan por el uso de un lenguaje preciso para evitar malentendidos y simplificaciones excesivas.

En última instancia, la IA es ante todo un algoritmo diseñado para encontrar patrones en grandes conjuntos de datos, procesarlos y enviar la respuesta que considere más precisa; es software de soluciones, un “excel para las ideas”.

Estas son cinco lecciones aprendidas a lo largo del año en que la IA rompió en el mercado, para acercarse de manera crítica a esta tecnología:

  1. Cuidado con los mitos: Reconocer y cuestionar los mitos asociados con la IA, como su capacidad para resolver todos los problemas humanos o superar la inteligencia humana, es crucial para evitar percepciones distorsionadas y debates sesgados.
  2. Influencia del lenguaje: Comprender cómo el lenguaje utilizado para describir la IA puede influir en la percepción pública, en los debates políticos y en la aceptación general de la tecnología. Es necesario emplear un lenguaje preciso y objetivo para comunicar este concepto.
  3. Responsabilidad y distancia: El término mismo de «Inteligencia Artificial» marca una distancia entre la tecnología y la responsabilidad de sus creadores. Reconocer que la IA es una herramienta creada y utilizada por personas y empresas es esencial para una discusión ética.
  4. Evitar antropomorfización: La tendencia a atribuir características humanas a la IA puede distorsionar la comprensión real de la tecnología. La IA es un algoritmo, un conjunto de pasos o reglas bien definidas que se siguen para realizar una tarea o resolver un problema específico de acuerdo a patrones de datos.
  5. Conciencia de la “magia” y metáforas: Las metáforas y la mitificación pueden afectar la percepción de la IA. La comparación con la magia o la religión puede desviar la atención de la rendición de cuentas de las organizaciones detrás de la tecnología.

El año venidero se esperan nuevos avances en IA, de manera que su irrupción tendrá nuevas implicaciones en la sociedad y la manera en que consume información.
¡Feliz Año Nuevo 2024!

Foto: Archivo El Ciudadano México

Recuerda suscribirte a nuestro boletín

📲 https://bit.ly/3tgVlS0
💬 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones