El cambio climático puede “despertar” virus milenarios en el Ártico, alertan científicos

Un clima más cálido podría hacer que virus congelados por miles de años en el Ártico entren en contacto con nuevos ambientes y huéspedes, aumentando el riesgo de un "desbordamiento"

Por Gerardo Sifuentes

22/10/2022

Publicado en

México / Portada secundaria / Puebla

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El cambio climático puede “despertar” virus milenarios en el Ártico, alertan científicos

Los virus están en todas partes, al grado que han sido considerados como las entidades ‘replicantes’ más abundantes en la Tierra. Pero a pesar de tener genomas muy diversos, los virus no son organismos independientes, ya que necesitan infectar la célula de un huésped para poder multiplicarse.

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La cantidad de eucariotas (organismos cuyas células contienen un núcleo y otros orgánulos) que pueden infectar los virus es enorme y diverso, ya que estos pueden hacerlo con unas cuantas especies hasta varias divisiones (filos) de seres vivos.

Cuando se enfrenta a un nuevo huésped eucariota, cuyo organismo no está preparado para recibirlo, puede infectarlo y transmitirse de manera continua, en un proceso llamado «desbordamiento viral», convirtiéndose en poco tiempo en una epidemia de grandes proporciones. Sin embargo, el riesgo de tales eventos es difícil de calcular.

Dado que el cambio climático está transformando con rapidez los ambientes ecológicos de la Tierra, resulta urgente calcular el potencial de efectos secundarios que esto podría traer. Hay investigadores que voltean la vista al deshielo de las capas polares, pues esto podría traer consigo una incalculable cantidad de virus que permanecen congelados desde hace miles de años.

En contexto

Científicos de la Universidad de Ottawa, Canadá, recogieron muestras del lago Hazen, el repositorio de agua dulce más grande del mundo al norte del Círculo Polar Ártico, para investigar cómo el cambio climático podría afectar el riesgo de contagio.

El equipo tomó muestras del suelo en el lecho de un río con agua del glaciar derretido en el verano, así como del propio lecho del lago. También obtuvieron muestras de animales, plantas y hongos de la zona. Todas estas se secuenciaron para conocer su material genético (ADN y ARN, aunque los virus son fragmentos de uno u otro). Con estos datos podían saber qué virus hay en un entorno determinado y qué huéspedes potenciales están presentes en el lugar.

La técnica que usaron

Para averiguar qué tan probable era que los virus descubiertos fueran contagiosos, el equipo necesitaba examinar el equivalente de cada virus con el árbol genealógico de los huéspedes presentes, y medir qué tan similares eran estos. Si las genealogías eran similares, esto sugería que un virus ha evolucionado junto con su huésped, pero las diferencias indicarían una probabilidad de desbordamiento o gran contagio.

El análisis encontró grandes diferencias entre virus y huéspedes en el lecho del lago, lo que está directamente relacionado con el riesgo de propagación.

La diferencia fue menos marcada en los lechos de los ríos, que según la teoría de los investigadores se debe a que el agua erosiona la capa superior del suelo, eliminando organismos y limitando las interacciones entre los virus y los posibles nuevos huéspedes.

Pero en el lago, que ha experimentado un «cambio dramático» en los últimos años, los niveles de agua aumentan con el derretimiento de los glaciares y se depositan más sedimentos, lo que puede reunir huéspedes y virus que normalmente no se encontrarían entre sí.

Cuáles son los riesgos

Los autores de la investigación advierten que esto no es un pronóstico de contagio real ni una pandemia. La probabilidad de que ocurran eventos dramáticos sigue siendo muy baja.

También advierten que se necesita más trabajo para aclarar qué tan grande debe ser la diferencia entre virus y huéspedes para crear un riesgo de contagio grave.

Pero argumentan que el clima cálido podría aumentar aún más los riesgos si los nuevos huéspedes potenciales se mudan a regiones que antes eran inhóspitas.

Podría ser cualquier cosa, desde garrapatas hasta mosquitos, ciertos animales o bacterias. Esto es realmente impredecible y el efecto de la propagación en sí misma también, porque puede variar desde un evento benigno hasta una pandemia real.

Por ello, los científicos sugieren más trabajo de investigación y vigilancia en la región para comprender los riesgos.

Los resultados de la investigación “El riesgo de contagio viral aumenta con el cambio climático en los sedimentos lacustres del Alto Ártico”, fueron publicados en la revista de revisión por pares Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, encabezado por el doctor Stephane Aris-Brosou, profesor asociado en el Departamento de Biología de la Universidad de Ottawa.

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Foto: Especial

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