¿Es tan malo guardar secretos personales?

Un estudio de la Universidad de Texas, señala que revelar cosas negativas sobre nosotros mismos no suele ser tan perjudicial como pensamos.

Todos tenemos secretos. Es común que las personas tengan secretos en sus vidas y pueden variar en naturaleza y tamaño, desde detalles personales y privados hasta información más significativa. Los motivos para guardar secretos son diversos y pueden incluir el deseo de preservar la privacidad, evitar juicios negativos, proteger a otras personas o simplemente mantener cierta información fuera del dominio público. En este sentido, muchas veces guardamos secretos que consideramos negativos sobre nuestra persona.

Pero no todos los secretos personales son necesariamente negativos; algunos pueden ser inofensivos o incluso positivos. La decisión de compartir o mantener un secreto depende de factores como la confianza en las personas involucradas, las circunstancias y la evaluación de posibles consecuencias. Es una parte natural de la experiencia humana tener aspectos de la vida que no se comparten abiertamente con todos, y esto puede contribuir a la complejidad y la individualidad de las relaciones humanas.

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En la Universidad de Texas (UT) en Austin se ha llevado a cabo una investigación que revela que la tendencia a guardar secretos sobre información que se considera negativa acerca de uno mismo, tanto en el ámbito personal como profesional, se basa en un temor exagerado al juicio de los demás. Contrario a estas expectativas, cuando los participantes en el estudio compartieron sus secretos, aquellos a quienes confiaron la información fueron considerablemente más comprensivos y caritativos de lo que se anticipaba.

¿Por qué guardamos secretos que creemos negativos?

El famoso «miedo al qué dirán los demás» refleja la preocupación o el temor que algunas personas tienen respecto a lo que las personas de su entorno pensarán o dirán acerca de sus acciones, decisiones o situaciones personales. Es un concepto que se relaciona estrechamente con la presión social y la ansiedad que puede surgir de la percepción de ser juzgado o evaluado negativamente por los demás.

Este temor puede influir en el comportamiento de las personas, llevándolas a tomar decisiones basadas en la conformidad social o a ocultar aspectos de sus vidas por temor a la crítica. Pero, ¿de verdad es tan malo guardar esta clase de secretos?

Amit Kumar, profesor asistente de marketing en la Escuela McCombs de Economía de la UT, y coautor del estudio, destaca varios hallazgos clave. En general, la reacción que se esperaba de las personas a las que se les confesaba el secreto no fue tan drástica como se esperaba; las personas tienden a exagerar las posibles consecuencias negativas.

La conclusión sugiere que al ajustar las expectativas para que estén más alineadas con la realidad, las personas podrían sentirse más inclinadas a ser transparentes en sus relaciones, reduciendo así la carga psicológica asociada con la secrecía.

¿Cuáles fueron los hallazgos?

Expectativas demasiado bajas: Los participantes en el estudio anticiparon que el juicio sobre ellos sería peor de lo que realmente fue cuando revelaron un secreto negativo. Las expectativas de juicio fueron consistentemente más bajas que la realidad percibida por quienes recibieron la información.

Expectativas desajustadas: Las personas tenían la tendencia a revelar o guardar un secreto basándose en cómo pensaban que los demás las evaluarían. Sin embargo, la revelación del secreto tenía un efecto contrario al esperado, elevando la percepción de honestidad y confianza por parte de los receptores.

Resultados consistentes en diferentes relaciones: Estos hallazgos se aplicaron a diversas relaciones personales incluyendo extraños, conocidos, amigos cercanos, familiares y parejas románticas. Aunque las expectativas eran ligeramente más precisas para personas cercanas, aún estaban sistemáticamente desajustadas.

Secretos oscuros y leves: Aunque los participantes revelaron una variedad de información negativa, desde detalles triviales hasta confesiones más serias, la magnitud del secreto no tuvo el impacto negativo que esperaban. Incluso para secretos más oscuros, las personas exageran las consecuencias negativas.

La honestidad genera una sensación positiva: Se encontró que, al informar a los participantes sobre la tendencia a sobreestimar el impacto negativo de las revelaciones, esto cambió positivamente la actitud de las personas hacia la apertura. La honestidad puede generar una sensación positiva y reducir la carga psicológica asociada con la secrecía.

Aplicación en el ámbito laboral: Aunque los experimentos no se realizaron en entornos empresariales, los investigadores sugieren que los hallazgos pueden aplicarse en el ámbito laboral. La transparencia y la apertura sobre información negativa podrían construir confianza en el lugar de trabajo, y entender cómo las personas piensan y se comportan es esencial para abordar situaciones en el trabajo.

«Cuando pensamos en transmitir información negativa sobre nosotros mismos, nos centramos en el contenido del mensaje», menciona Kumar. «Pero los destinatarios están pensando en los rasgos positivos necesarios para revelar este secreto, como la confianza, la honestidad y la vulnerabilidad»

¿Qué sugerencias hay para evitar el «miedo al qué dirán los demás»?

Basándonos en los hallazgos de la investigación, se pueden extraer algunas sugerencias para mitigar este temor y fomentar una mayor apertura y honestidad en las relaciones personales y profesionales:

Reconocer la tendencia a la exageración: Se debe entender que las personas a veces exageramos las posibles consecuencias de revelar información negativa; esto puede ayudar a desafiar y cambiar las percepciones sobre el juicio de los demás y alentar una mayor apertura.

Enfocarse en atributos positivos: Reconocer que los receptores de la información valoran la transparencia en las relaciones personales y profesionales. Hay que comprender que la honestidad puede fortalecer la confianza y construir relaciones más sólidas.

Cambiar las expectativas personales: Se puede trabajar en cambiar las expectativas personales sobre cómo los demás perciben la revelación de información negativa. Hay que reconocer que la sinceridad puede ser más valorada de lo que se anticipa.

La investigación titulada “Déjalo ir: cómo exagerar el costo en la reputación al revelar información negativa fomenta el secreto en las relaciones” se publicó en el Journal of Personality and Social Psychology.

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Con información de psycnet.apa.org y medium.com/texas-mccombs

Por: Gerardo Sifuentes

Foto: Archivo El Ciudadano

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