La mala gestión del líquido revela la falta de consenso para determinar su importancia

Informa ONU criterios para valorar el agua

Conjuntar cinco criterios es el verdadero reto, para que gobiernos del mundo consideren un manejo más adecuado de este recurso

Por Gerardo Sifuentes

¿Cuánto vale en realidad el agua? Aunque es una necesidad humana básica, no se le otorga la verdadera importancia que merece y no tiene el mismo valor para todos por igual. La mala gestión de este líquido, imprescindible para el funcionamiento de la sociedad, es un síntoma de la falta de consenso para determinar su auténtica importancia.

Lo anterior se puede consignar en el “Informe mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos 2021”, que tiene como eje temático la valoración del agua:

  • Cuántas perspectivas hay para medir su alcance real
  • Qué elementos le pueden otorgar una estimación más justa.

En el reporte, publicado por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se mencionan cinco perspectivas en las que cada una percibe el valor del agua de manera diferente.

Debido a la escasez y alcance limitado en muchas partes del mundo, conjuntar estos cinco criterios es el verdadero reto para que los gobiernos del mundo consideren un manejo más adecuado de este recurso.

Cinco criterios sobre el valor del agua

1. Valoración ambiental. El agua es tomada por los humanos del medio ambiente, la utiliza para sus fines y la devuelve con impurezas. Aunque este proceso puede ser objeto de diversos análisis económicos, lo cierto es que definir el valor ambiental de ríos, embalses, presas, depósitos subterráneos, etc., va más allá de parámetros monetarios.

Muchas veces los planes económicos para el agua extraída del ambiente solo consideran las ganancias y beneficios sociales inmediatos, sin considerar la sostenibilidad a largo plazo. Encontrar soluciones basadas en la naturaleza, medir la resiliencia o tener en cuenta los diversos riesgos ambientales son alternativas para su correcta valoración.

2. Valoración de la infraestructura hidráulica. El valor real detrás del almacenamiento, utilización, reutilización o incremento del suministro se encuentra en relación directa con la gobernanza.

Muchos proyectos que van desde el alcantarillado hasta grandes obras como presas o embalses se realizan por capricho político, sin dimensionar el verdadero costo-beneficio. Los costes de funcionamiento apenas son cubiertos por las municipalidades, y por lo regular estos no son contemplados en las valoraciones de infraestructura.

3. Valorar los servicios de suministro de agua, saneamiento e higiene. Como derecho humano, proporcionar el acceso al agua y el saneamiento en 140 países de ingresos bajos y medios podría costar alrededor de 114 mil millones de dólares anuales de aquí al año 2030.

Pero también a nivel mundial se estima que más de 3 mil millones de personas, y dos de cada cinco centros sanitarios carece de acceso a instalaciones adecuadas para higiene personal. Resolver estos temas añaden valor indirecto para crear ambientes más sanos, con dignidad e igualdad para los ciudadanos.

Alimentación, industria, comercio y cultura

4. Valorar para la alimentación, agricultura, industria y comercio. Se calcula que 69% de las reservas de agua dulce en el mundo se destinan a la agricultura; sin embargo la escasez entre la ciudadanía empieza a ponerlo en entredicho. El valor que se le atribuye al agua en la producción de alimentos es muy bajo, cuando se utiliza para regar cultivos de granos y forraje, mientras que puede ser relativamente alto para verduras, frutas o flores; solo se consideran los beneficios económicos directos, sin tomar en cuenta otros factores, ambientales o sociales.

Para la industria, el agua es solo un recurso más dentro de los costos de producción, un factor de riesgo para las ventas, el cumplimiento de normativas y el impacto sobre los ingresos a corto plazo. Convertir el agua en parte de la infraestructura, más que un recurso consumible, es un objetivo que se podría alcanzar mediante una economía circular, con enfoques como la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, en el que se busca no comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas.

5. Valores culturales. Si bien no existe un método para medir el alcance de la importancia del agua en el patrimonio, tradiciones, historia, educación, estatus social y género dentro de una comunidad, esto tampoco se puede cuantificar en términos económicos. La toma de decisiones de los gobiernos deberá incorporar estos elementos culturales originales y contemporáneos para integrar a la sociedad en su conjunto, respetando cada punto de vista.

Costos económicos y su rentabilidad

Así, tenemos que la mayoría de los enfoques para calibrar su importancia se enfocan en los costos económicos y su rentabilidad, pero omiten costos indirectos, sociales y ambientales, algo que puede resultar difícil de comprender, ya que no todos se pueden expresar en cifras de dinero.

El reporte reconoce el papel que desempeñan en su conjunto el conocimiento local e indígena, el conocimiento científico o académico, así como la ciencia ciudadana. Conciliar estos distintos enfoques, dimensiones y perspectivas para valorar el agua es quizá la tarea inmediata que enfrenta la sociedad. Otorgarle su justo valor al agua permitirá sortear riesgos, mejorar las condiciones ambientales y contribuir al bienestar común en el futuro.

Con información de: es.unesco.org

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