El descubrimiento tiene implicaciones para el ser humano

Los humanos no provocaron la extinción de los mamuts: fue el cambio climático

Al analizar el ADN del ambiente en el que vivieron los mamuts hace miles de años, se ha descubierto que el clima extremadamente húmedo acabó con la vegetación que constituía su principal fuente de alimento

Mamut

Se confirma que los seres humanos no cazaron mamuts hasta desaparecerlos, poniendo fin a una polémica discusión. Esto se sabe gracias a un equipo de genetistas de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck (CGFL) de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, quienes analizaron muestras de suelo donde se han encontrado huesos de estas criaturas. Su investigación concluye que la última gran extinción natural de la historia se debió a la escasez de alimento ante cambios abruptos en la temperatura del hábitat.

Genómica de escopeta

El enfoque utilizado para el estudio es el de la paleogenómica ambiental, una especialidad del CGFL que consiste en utilizar ADN antiguo del ambiente secuenciado con el método escopeta, una técnica de laboratorio que lo fragmenta en grupos pequeños para ordenarlos individualmente. El objetivo es reconstruir ambientes del pasado ​​para abordar cuestiones científicas relativas a la interacción entre humanos antiguos, ecosistemas, cambios climáticos y su efecto en la distribución de especies, la especiación, la evolución, la estructura de la población y la composición comunidades. La secuenciación escopeta es la misma técnica que se ha utilizado durante la pandemia para detectar, rastrear y analizar Covid-19 en las aguas residuales de poblaciones humanas.

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Para esta investigación se utilizaron un total de 535 muestras de ADN del suelo del permafrost y lagos de 74 zonas árticas (circumpolares), recuperados en los últimos 20 años. Estos se obtuvieron en cuatro regiones: Atlántico norte, Siberia central y noroeste, noreste de Siberia y América del Norte. Las edades de las muestras abarcan 50,000 años . La selección incluyó restos de plantas y animales, orina, heces y células epiteliales. También se secuenció por primera vez el ADN de 1,500 plantas árticas modernas como comparadores.

En opinión de los investigadores, el momento de la extinción de una especie puede ser mejor calibrado con ADN ambiental (eDNA por sus siglas en inglés); un animal solo deja un esqueleto, que es mucho menos probable que se conserve, recupere y feche, en comparación con la cantidad de ADN que se esparce continuamente en el medio ambiente mientras estaba vivo.

Mamuts y pirámides

Al analizar la diversidad genética de los mamuts, los datos obtenidos indican que estos sobrevivieron hasta el Holoceno temprano en el actual noreste continental de Siberia hasta hace 7,000 años y en América del Norte hasta 8,600 años. El ADN de mamut de una serie de muestras recuperadas de la península de Taimyr, en Siberia, indican la presencia de mamuts en el centro norte de Siberia hasta hace alrededor de 4,000 años.

La supervivencia de los mamuts en el Holoceno en estas regiones puede atribuirse a la persistencia de vegetación típica de la estepa y tundra, plantas herbáceas secas y adaptadas al frío del Pleistoceno. Esta vegetación habría proporcionado un hábitat adecuado para mamuts y posiblemente otros animales de tierras secas como como caballos, que se sabe que han sobrevivido en esas regiones desde hace al menos 5,000 años.

Estos resultados de ADN ambiental indican que los mamuts sobrevivieron mucho más tiempo de lo que se pensaba, lo que, sobre la base de restos óseos, fue de alrededor de 10,700 años en la Eurasia continental y alrededor de 13,800 años en Alaska. Dado que los humanos ocuparon el norte de Eurasia esporádicamente desde al menos 40,000 años y continuamente después de 16,000 años, los mamuts Taimyr sobrevivientes tardíos coexistieron con humanos durante al menos un intervalo de 20,000 años, por lo tanto, no respalda el llamado modelo de la extinción súbita por causa humana que postula que la extinción del mamut ocurrió siglos después del primer contacto con humanos. Esto indica que los seres humanos vivieron junto a los mamuts lanudos durante al menos 2,000 años, incluso cuando se construyeron las pirámides de Egipto.

Cambio de ambiente

El mamut lanudo y sus antepasados ​​vivieron en la tierra durante cinco millones de años, evolucionaron y resistieron varias edades de hielo, prosperando en condiciones frías y nevadas. Al igual que otros grandes mamíferos de aquella época como rinocerontes lanudos y renos, tenía a su disposición una gran cantidad de vegetación como pasto, flores, plantas y pequeños arbustos. Necesitaban estómagos enormes para digerir la hierba. En el comunicado de la Universidad de Cambridge que da cuenta de los resultados, los investigadores afirmaron que de acuerdo con la comparación con el ADN ambiental de la flora de la época, a medida que el clima se fue calentando los árboles y las plantas propias de humedales reemplazaron a los pastizales que consumían los mamuts. Esker Willerslev, director del CGFL quien ha dedicado gran parte de su trabajo en las últimas décadas a la paleogenética y coautor del estudio, afirmó que el problema no fue solo el cambio climático, sino la velocidad del mismo. “Los mamuts no pudieron adaptarse lo suficientemente rápido cuando el paisaje se transformó drásticamente y su comida escaseaba”, señaló.

Yucheng Wang, primer autor del artículo e investigador en el Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, afirmó al respecto:

“Cuando el clima se volvió más húmedo y el hielo comenzó a derretirse, dio lugar a la formación de lagos, ríos y marismas. El ecosistema cambió y la biomasa de la vegetación se redujo y no habría podido sostener las manadas de mamuts. Hemos demostrado que el cambio climático, específicamente la precipitación, impulsa directamente el cambio en la vegetación”.

Una dura lección

La Edad de Hielo más reciente, llamada Pleistoceno, señala Wang, terminó hace 12,000 años, cuando los glaciares comenzaron a derretirse, coincidiendo con la disminución en el rango de desplazamiento de las manadas de mamuts. “Se pensó que comenzaron a extinguirse entonces, pero descubrimos que, en realidad, sobrevivieron más allá de la Edad de Hielo en diferentes regiones del Ártico, y en el Holoceno, el tiempo en el que vivimos actualmente, mucho más tiempo de lo que los científicos se dieron cuenta”, concluye.

Para el profesor Willerslev, lo sucedido con los mamuts es una advertencia para la humanidad:

“Esta es una dura lección de la historia y muestra cuán impredecible es el cambio climático: una vez que algo se pierde, no hay vuelta atrás. La precipitación fue la causa de la extinción de los mamuts lanudos a través de los cambios en las plantas. El cambio ocurrió tan rápido que no pudieron adaptarse y evolucionar para sobrevivir. Muestra que nada está garantizado cuando se trata del impacto de cambios dramáticos en el clima. Los primeros humanos habrían visto el mundo cambiar más allá de todo reconocimiento; eso podría suceder fácilmente de nuevo y no podemos dar por sentado que siquiera estaremos presentes para presenciarlo. Lo único que podemos predecir con certeza es que el cambio será masivo».

El estudio “Late Quaternary dynamics of Arctic biota from ancient environmental genomics” fue publicado por la revista Nature. Con información de https://www.joh.cam.ac.uk/

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