Playas y dunas del mundo atrapadas por la urbanización

Las playas alrededor del mundo están cada vez más atrapadas entre el aumento del nivel del mar y la infraestructura urbana, según revela un estudio llevado a cabo por investigadores neerlandeses.

Las playas son ecosistemas vitales con una importancia ecológica y social significativa. Sirven como hábitats cruciales para diversas especies de plantas y animales, y las dunas y vegetación costera actúan como barreras naturales que protegen contra la erosión y las inundaciones. Además, contribuyen a la recarga de acuíferos, manteniendo el suministro de agua dulce. Socialmente, las playas son destinos turísticos clave, fomentando la recreación y fortaleciendo la economía local. Tienen un valor cultural para las comunidades locales y proporcionan espacios para actividades comunitarias. Además, las playas ofrecen entornos naturales que mejoran el bienestar humano, promoviendo la salud mental y física. La investigación científica sobre estos ecosistemas contribuye a la comprensión de procesos naturales y al desarrollo de estrategias de conservación. Sin embargo, la preservación de las playas enfrenta desafíos, como la presión urbana y el cambio climático, destacando la necesidad de enfoques de conservación y políticas de uso del suelo sostenibles que equilibren las necesidades humanas con la protección de estos valiosos entornos costeros.

Actualmente, al llegar a una playa en cualquier parte del mundo, solo se necesita caminar en promedio casi 400 metros para encontrar la carretera o edificación más cercana; puede parecer suficiente, pero no lo es; aunque esta corta distancia pueda parecer conveniente para un día para tomar el sol y relajarse, supone malas noticias para nuestra protección contra el aumento del nivel del mar, los suministros de agua potable y la biodiversidad. Sin embargo, un equipo de científicos neerlandeses ofrece una solución: designar las playas como reservas naturales.

¿Cuál es la importancia de tener las playas y dunas lo más extendidas posible?

Desempeñan un papel vital en nuestra sociedad: No solo nos protegen contra las inundaciones, sino que también son una fuente crucial de agua potable y un hábitat importante para numerosas especies de plantas y animales. Además, son indispensables para actividades recreativas. Cuando se les da suficiente espacio, estas áreas pueden cumplir todas estas funciones. No obstante, si las zonas de dunas se estrechan demasiado, la protección natural contra inundaciones, la extracción de agua potable y la biodiversidad se ven amenazadas.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Para cartografiar esta «presión costera«, los investigadores combinaron datos de mediciones previas de la TU Delft con datos de Open Street Map, un proyecto colaborativo de cartografía en línea que permite a usuarios de todo el mundo crear y compartir datos geoespaciales de manera abierta y gratuita. Midiendo la distancia en línea recta desde la línea de costa hasta la carretera pavimentada o edificación más cercana, tomaron esta medida cada kilómetro a lo largo de todas las playas de arena en el mundo, resultando en un total de 235,469 mediciones.

¿Qué descubrieron?

Los resultados revelan que la infraestructura humana generalmente se encuentra muy cerca del mar. En promedio, el primer edificio o carretera pavimentada se encuentra a 390 metros de la orilla. En los densamente poblados Países Bajos, esta distancia se reduce a 210 metros, y en Francia el espacio es aún más reducido, con solo 30 metros de la costa. Europa parece ser el continente con playas y dunas más atrapadas, con una distancia promedio de 130 metros, mientras que Oceanía es la menos presionada, con una distancia promedio de 2.8 km.

¿Qué tan grave es el problema?

En el futuro, se espera que la presión costera se incremente. El aumento del nivel del mar estrechará aún más el espacio entre los edificios y el mar; en una situación natural, las playas y dunas “migrarían” tierra adentro, pero las construcciones y carreteras obstaculizan este proceso. Por lo tanto, los investigadores anticipan que entre el 23 y el 30% de las playas y dunas serán erosionadas o inundadas para el año 2100.

¿Qué se puede hacer?

La buena noticia es el papel crucial de la protección natural. Los científicos encontraron que, cuando las áreas de dunas tienen un estatus protegido, las edificaciones y carreteras están cuatro veces más alejadas que en áreas no protegidas. Sin embargo, actualmente, solo el 16% de las costas arenosas del mundo están protegidas. Los investigadores enfatizan la importancia de mejorar la protección de playas y dunas para garantizar su preservación a largo plazo.

Los investigadores, pertenecientes al Instituto Neerlandés de Investigación Marina, la Universidad de Groningen, la Universidad de Utrecht, la TU Delft y la Comisión Forestal Neerlandesa, advierten sobre esta problemática en su reporte “Un análisis global de cómo la infraestructura humana estrecha las costas arenosas”, publicado en la revista Nature Communications el pasado 10 de enero de 2024.

Con información de: www.nature.com y www.nioz.nl

Por: Gerardo Sifuentes

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Foto: Archivo El Ciudadano

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