‘America First’: El peligroso búmeran de Trump que amenaza a la economía mundial

México es el nuevo"enemigo comercial" de EE. UU.

Por Leonardo Buitrago

10/06/2019

Publicado en

Estados Unidos / Mundo / Política

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El FMI advirtió que  la guera arancelaria desatada por el presidente estadounidense podría restar medio punto porcentual al Producto Interno Bruto mundial en 2020, lo que equivale a la pérdida de unos 455.000 millones de dólares


El eslogan America First (América Primero) del presidente norteamericano, Donald Trump, parece estarse convirtiendo en Estados Unidos contra todos. En su afán proteccionista, el mandatario arremete contra sus aliados, amigos y rivales políticos y comerciales, y esta situación puede  causar efectos negativos, tanto en la propia economía de su país como también en la mundial.

El magnate convertido en presidente ha impuesto aranceles a todo de tipo de importaciones -acero turco, aluminio canadiense y 5.000 productos chinos, entre otros- bajo la excusa de proteger la industria y  el mercado norteamericano. y a costa de causar un desequilibrio en el escenario económico global.

trump proteccionista

El Fondo Monetario Internacional (FMIacusa a Trump de estar «socavando» el sistema de comercio internacional elevando los aranceles y adoptando otras medidas para restringir las importaciones. En lugar de levantar barreras, el organismo que dirige Christine Lagarde pide a Washington que «trabaje de una manera constructiva» con sus socios para resolver las distorsiones y evitar que la disputa lastre el crecimiento global.

En su más reciente informe, el organismo planteó que las medidas arancelarias resultan ineficaces para  contener los déficits y serán dañinas, tanto para la propia economía estadounidense como la mundial.

Lagarde no ocultó su «frustración» y afirmó que la extensión de la batalla arancelaria le crea “ansiedad” por el impacto que esta situación de tensión acumulada puede tener en la economía global en un momento de “fragilidad”.

El FMI proyecta un crecimiento para EE. UU. del 2,6 % para este año. Aunque esta cifra es tres décimas más alta de la calculada en abril, porque el inicio del 2019 fue más robusto de lo previsto, es menor al 2,9 % registrado en 2018, y la perspectiva es que baje a un 2 % para  2020.

Lagarde advirtió además que la guerra arancelaria desatada por Washington podría restar medio punto porcentual al  Producto Interno Bruto (PIB) mundial en 2020, lo que equivale a la pérdida de unos 455.000 millones de dólares, una cifra mayor que la economía de Sudáfrica.

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Christine Lagarde pide a Washington que «trabaje de una manera constructiva» con sus socios. Foto: Agencias

La máxima autoridad del FMI manifestó su preocupación por las tensiones comerciales originadas por la Casa Blanca y señaló que el aumento de los aranceles por parte de Washington y Pekín podrían reducir aún más la inversión, la productividad y el crecimiento.

«Existen pruebas sólidas de que Estados Unidos, China y la economía mundial son los perdedores de las tensiones comerciales actuales», afirmó, citada por el portal Economista.

La exministra francesa de Finanzas subrayó que se trata de “heridas autoinfligidas” que deberían evitarse mediante la retirada de las barreras comerciales levantadas y no imponiendo otras nuevas, ya que el proteccionismo no solo daña el crecimiento y el empleo, sino que también está haciendo cada vez menos accesible los bienes de consumo comercializables, “perjudicando de manera desproporcionada a los hogares con menos ingresos”.

El abril pasado, el FMI recortó la previsión de crecimiento mundial para este año a un 3,3 %, debido a los efectos de la tensión comercial. Sin embargo pronosticó una pequeña aceleración a partir de la segunda mitad, con lo que llegaría a 3,6 % para 2020, una cifra similar al crecimiento del año pasado, pero que es  una expectativa porque la situación, tal y como advirtió Lagarde, es “precaria”.

pib mundial

Voces de alerta

El FMI no es el único organismo preocupado por el destino de la economía global como consecuencia de la guerra arancelaria.

A todas luces, el intercambio de bienes es el mayor afectado dentro del conflicto comercial que sostienen China y Estados Unidos, como consecuencia del proteccionismo desplegado por Washington.

Al tratarse de dos de los más grandes consumidores de materias primas del mundo, es predecible que se produzca una baja en la demanda global y una considerable reducción de los pedidos.

Por tal motivo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió recientemente que esta guerra comercial amenaza la perspectiva de crecimiento económico para 2019 y 2020.

Según datos de la OCDE, el comercio mundial crecerá 2,1 % este año, su ritmo más bajo en una década. Esto tendrá un impacto negativo en las manufacturas, perturbará las cadenas globales de valor y generará una incertidumbre que pesaría en las decisiones sobre inversión.

A juicio del secretario general de la organización, Ángel Gurría, este escenario afectará a los empleos y la capacidad de compra de los consumidores se verá perjudicada.

“La economía mundial está en un lugar peligroso a menos que haya una reducción de las tensiones comerciales”, remarcó.

A su vez, el secretario general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevedo, sostuvo que el pronóstico de crecimiento del comercio para 2019 es de 2,6 %, cuatro décimas menos que el registro de 2018, año en el que el comercio cayó dramáticamente en el cuarto trimestre.

“Estamos en una situación de gran incertidumbre. Esta coyuntura favorece la reducción de la inversión y el consumo, golpeando duramente al comercio y, potencialmente, perjudicando el crecimiento económico en todas partes”, advirtió.

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La guerra proteccionista de Trump

Trump dejó claro desde el comienzo de su mandato que iba a dinamitar varios pilares de la economía estadounidense, sobre todo el relacionado al ámbito comercial.

El presidente norteamericano decidió alejarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica suscrito en los últimos meses del segundo mandato de Barack Obama (2008-2016) y que agrupa a Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Planteó que los tratados  de libre comercio atentaban contra la seguridad nacional y en marzo de 2018 aprobó una subida de aranceles del 25 % sobre las importaciones de acero y del 10 % sobre las del aluminio provenientes de Canadá.

Asimismo, sancionó a Rusia y arremetió contra sus exportaciones al mercado norteamericano.

Sin embargo, su mayor ataque se produjo contra China, la nación que considera, junto a Rusia, como la mayor de las amenazas al liderazgo mundial estadounidense.

Le pidió a Pekín que abandonara la política de intervención del tipo de cambio de su divisa en los mercados internacionales (el rinminbi), demandó la corrección drástica del déficit bilateral, con énfasis en los productos manufactureros y equipos electrónicos hechos en China y en los servicios tecnológicos. Además acusó al gigante asiático de comportamiento desleal en materia de patentes.

Desde mediados de 2018, Trump anunció la imposición de aranceles a las importaciones chinas.

El primero de los montos anunciados ascendió a 34 mil millones de dólares, al segundo correspondieron 16 mil millones más y, recientemente gravó otros 200 mil millones. Mientras, Pekín anunció otro tanto a las importaciones de EE. UU. por un monto de 60 mil millones de dólares.

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México, el nuevo enemigo

Ahora, para el magnate, el nuevo “enemigo comercial” es México, un país vecino y aliado, y al que le unen lazos más allá de lo económico.

Trump anunció un incremento de aranceles de hasta 25 % a las importaciones mexicanas, bajo el típico argumento de “seguridad nacional”.

El impuesto, que entraría en vigor este 10 de junio, comenzaría en 5 %  y “aumentaría gradualmente” a menos que se detenga el flujo de migrantes indocumentados que cruza la frontera estadounidense.

Los analistas calificaron esta amenaza como el potencial inicio de una guerra comercial entre estos dos países y la guinda del pastel a una política agresiva del presidente Trump contra los mexicanos, que incluye  deportaciones, separación de familias, amenazas de construcción de un muro fronterizo, cancelación o reducción de recursos para programas y derechos sociales para inmigrantes y violento y difamatorio discurso antimexicano, por citar algunos ejemplos.

De acuerdo con el The New York Times, un grupo de senadores republicanos envió a la Casa Blanca un mensaje en el que expresan su oposición a los aranceles a productos mexicanos.

Si se implementaran estos aranceles, Trump le daría un balazo a su base electoral y base económica. Si no le bastó iniciar una guerra comercial con China, que era su primer socio comercial hasta hace poco, y ahora va por México, evidentemente tiene una visión distópica de la realidad”, afirmó Gabriel Guerra, titular de la consultora Guerra Castellanos y Asociados, citado por BBC.

Los principales afectados de esta medidas serían los consumidores estadounidenses.  “El impuesto adicional lo terminaría pagando en primera instancia el importador, luego el consumidor, que termina pagando más por el mismo producto”, afirmó Guerra, quien es un reconocido exdiplomático.

Los aranceles contra México podrían ocasionar la pérdida de 400.000 empleos en Estados Unidos. Foto: Web.

También se evaluó la posibilidad de que México respondiera con medidas similares, lo que afectaría a los estados agrícolas estadounidenses, que son los que más exportan a la nación vecina  y que son la base electoral de Trump.

Un análisis realizado por la consultora The Perryman Group advirtió que  se podrían perder más de 400.000 empleos en Estados Unidos, de los cuales 117.000 serían de Texas.

Los analistas también consideraron como un grave error el hecho de que Trump pensara que México puede parar la migración ilegal y que castigar a este fenómeno con aranceles es parte de la solución a la problemática migratoria.

“Los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”, escribió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en una carta como respuesta al anuncio de Trump.

Finalmente ambos países lograron un acuerdo y Trump echó para atrás la medida. México se comprometió a reforzar sus controles de seguridad en la frontera sur para reducir la migración irregular y a desmantelar las organizaciones de tráfico y contrabando de personas.

También ofrecerá ayuda humanitaria y oportunidades de empleo, educación y salud a los migrantes. A cambio, Washington dio su beneplácito al Plan de Desarrollo Integral para el sur de México y Centroamérica, que busca promover mejores condiciones de vida con el fin de que las personas no abandonen sus países de origen.

Sin embargo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió que Trump mantiene su potestad para introducir de nuevo los aranceles a México si no se cumplen los acuerdos pactados.

«Tengo todas las razones para creer que cumplirán sus compromisos, así que creo que ese será el caso. Pero si por alguna razón no lo hacen, el Presidente se reserva el derecho de aplicar tarifas arancelarias», expresó en una entrevista televisiva.

Mnuchin señaló que el Departamento del Tesoro no tiene reparos en aplicar sanciones e imponer aranceles para alcanzar sus objetivos políticos.

«Creo que es muy importante que tengamos todas estas herramientas y que las usemos, y el presidente Trump realmente ha hecho un gran trabajo al usar estas herramientas», añadió.

¿Estados Unidos en peligro de recesión?

Para Trump el desarrollo económico es la clave de su gestión al frente de la Casa Blanca, pero la guerra comercial con el resto del mundo puede actuar como un búmeran que se devuelva en su contra.

Los aranceles contra China y México podrían ascender a 190.000 millones, que tendrían que ser pagados por importadores estadounidenses y que podrían ser traspasados al consumidor.

Para el estadounidense común, esto significa precios más altos de frutas y vegetales, vehículos, componentes electrónicos y otras necesidades.

Aparte de eso, los exportadores, particularmente los agricultores, posiblemente sufrirán el efecto de los aranceles que China y México impondrán a EE. UU. como represalia, lo que lastimará la economía norteamericana.

Los analistas calculan que un arancel de 25 % sobre todas las importaciones chinas le quitaría al crecimiento estadounidense un punto porcentual en 2020, pero su se suma a los efectos de un arancel de 25 % a los productos mexicanos. Estados Unidos podría caer en recesión por primera vez desde 2009.

Un informe publicado por la National Association for Business Economics, con base en una encuesta a 53 economistas, advirtió que la política comercial proteccionista podría llevar a la nación norteamericana a entrar en recesión para finales de 2020.

Los encuestados dijeron que el riesgo de que comience una recesión en 2019 es solo del 15 %, pero se eleva a 60 % para el último trimestre de 2020; mientras que un tercio de ellos pronostica que la recesión comenzará a mediados del próximo año.

Lo cierto es que la estrategia de Trump no respeta alianzas, ni aliados, ni  muestra preocupación alguna por la estabilidad de la economía mundial.

Su objetivo pareciera ser presionar a todos los que considere contrarios a los intereses más proteccionistas de la economía estadounidense. Lo más aterrador es que el futuro de la economía global depende de las ocurrencias del inquilino de la Casa Blanca. La única respuesta de los Estados es demostrar firmeza comercial frente a la arbitrariedad.

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