Australia busca prohibir protestas antiracistas

Luego de celebrarse una manifestación en Australia en rechazo al racismo y a la violencia policial de la cual son objeto los negros en Estados Unidos (EE.UU), la policía del estado de Nueva Gales del Sur solicitó a la Corte Suprema del país que prohíba celebrar este sábado en Sídney las acciones de protesta del movimiento Black Lives Matter por la muerte del afroamericano George Floyd, así lo difundió la cadena de televisión australiana ABC.

El argumento expresado por el cuerpo de seguridad fue que las protestas violan las normas sanitarias adoptadas para luchar contra la COVID-19.

El jefe de la policía del estado, Michael Fuller, recordó que la última actividad similar terminó reuniendo a aproximadamente 10.000 personas, cuando la solicitud de permiso se hizo para solo 50. 

Fuller destacó que la única opción que tenían era que los manifestantes dejaran de protestar, sin embargo, al plantearse una nueva concentración para este sábado, el cuerpo policial trasladó el procedimiento a la Corte Suprema, «Recurrimos al tribunal porque no creemos que las protestas puedan desarrollarse de manera segura», dijo el jefe policial.

El silencio blanco es violencia» o «La vida de los negros importa», estas eran algunas de las consignas que se podian leer en la manifestación desarrollada esta semana en Sídney Australia, en rechazo a la muerte del afroamericano George Floyd. 

Durante las protestas también gritaron: «No puedo respirar». Esa frase la repitió George Floyd antes de morir, unas 13 veces. También la dijo, hasta 12 veces, David Dungay, un aborigen de 26 años que murió en Australia en 2015. Falleció en prisión tras ser inmovilizado por cinco guardias. A él también se le  recordó en la marcha.

Por otro lado, en Nueva Zelanda, la primera ministra, Jacinta Ardern, se ha mostrado «horrorizada» con la violencia policial que acabó con la vida de Floyd. Ha defendido las protestas contra el racismo, aunque siempre manteniendo la distancia social para frenar el coronavirus.

El 25 de mayo  Floyd, de 46 años, falleció después de que un agente de policía blanco le inmovilizara durante su detención presionándole el cuello con la rodilla. Floyd había sido arrestado por presuntamente pagar con un billete falso en un pequeño establecimiento.

El hecho ocurrido en Minneapolis, fue grabado y difundido a través de las redes sociales lo que desencadenó una ola de protestas contra la brutalidad policial en más de 140 ciudades de la nación norteamericana.

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