Europa teme recesión: Trump y Brexit ponen contra las cuerdas a Alemania

Producto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Por Leonardo Buitrago

17/08/2019

Publicado en

Economí­a / Mundo / Política / Portada

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La incertidumbre sobre su futuro también tiene sus causas en la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que tiene más posibilidad de consumarse sin acuerdo con Boris Johnson como nuevo Primer Ministro


La economía alemana cayó 0,1 % en el segundo trimestre de 2019 respecto al trimestre anterior, mientras que la tasa anual avanzó apenas 0,4 %,  informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

Este retroceso del Producto Interno bruto (PIB), el segundo del año, coloca a la cuarta economía del mundo y la más grande de Europa al borde de la recesión, y enciende las alarmas de incertidumbre en la zona euro, que podría verse arrastrada por el decrecimiento de su mayor socio.

La Destatis apunta a la ralentización del comercio exterior como detonante del retroceso, ya que entre abril y junio hubo una menor cantidad de exportaciones, las cuales fueron superadas por las importaciones.

“El sector exterior frenó la evolución del crecimiento económico, porque las exportaciones retrocedieron más que las importaciones frente al trimestre anterior”, explicó la oficina en un comunicado.

La principal razón de la actual debilidad es la caída de la demanda exterior”, dijo por su parte el ministro de Economía de Alemania, Peter Altmaier, quien destacó que la industria de su país está orientada a la exportación y está especialmente expuesta a los conflictos comerciales del mercado internacional.

Ante las cifras de decrecimiento, políticos y analistas recordaron que desde hace meses habían advertido que era el momento de apretarse el cinturón.

Berlín ya había presentado en los últimos meses varios síntomas que hacían dudar sobre la buena salud de sus finanzas. Las exportaciones cayeron en junio 8 %, y la producción industrial 5,2 % ese mismo mes, su mayor descenso desde 2009.

El frenazo pone en duda la capacidad de resistencia de una economía que había logrado tener PIB en positivo en 35 de los 40 últimos trimestres.

“El dato de hoy marca definitivamente el fin de una década dorada«, aseguró Carsten Brzeski, economista jefe del Banco ING, citado por El Economista.

Sin embargo, en febrero pasado Alemania evitó la recesión en la raya, al estancarse en el cuarto trimestre de 2018 en un 0,0 %.

Se considera recesión técnica cuando el PIB acumula un crecimiento negativo durante dos trimestres consecutivos, por lo que la economía de nación europea está en profundo riesgo.

La guerra comercial entre EE. UU. y China afecta las exportaciones de Alemania. Imagen: El Economista.

Víctima de la guerra comercial China-Estados Unidos

La principal causa de la mala evolución de la economía alemana es la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que afecta su comercio exterior y  su industria manufacturera.

Alemania depende en gran medida de los exportadores que venden bienes a EE. UU. y China, países que están enganchados en una amarga disputa comercial y arancelaria.

Ante los aranceles impuestos por el presidente norteamericano Donald Trump, China respondió con una devaluación de su divisa no vista en décadas.

Berlín sufre por la depreciación de la moneda china, ya que le impide a la nación asiática mantener su ritmo importador de productos alemanes.

De hecho, las fábricas alemanas reciben menos pedidos y están parando máquinas, un movimiento mortal para una economía apoyada en el comercio exterior.

Las empresas automotrices alemanas sufren la baja de la demanda de automóviles del mercado chino. Foto: Web.

Otro tema central es la disminución global de la demanda de automóviles, especialmente en China, donde las ventas de autos nuevos han caído durante 13 meses consecutivos, lo que supone un gran problema para empresas alemanas como BMW, Daimler y Volkswagen, que dependen del mercado de vehículos más grande del mundo.

Asimismo, este sector está en riesgo por la constante amenaza de Trump de tasar los vehículos europeos.

Aparte de las medidas proteccionistas, la economía de la nación norteamericana tampoco tiene buenas proyecciones. El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó de 2,7 % a 2,6 % su predicción de crecimiento económico para EE. UU., lo que puede frenar las importaciones de productos alemanes.

Las incertidumbres sobre un Brexit duro genera una presión adicional sobre las exportaciones alemanas. Imagen: El Diario.

Brexit duro

La incertidumbre sobre el futuro de la economía de Alemania también tiene sus causas en la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), que tiene más posibilidad de consumarse sin acuerdo con Boris Johnson como nuevo Primer Ministro.

“La probabilidad de que se produzca un Brexit sin acuerdo probablemente pondría una ‘presión adicional’ sobre las exportaciones alemanas y la producción industrial en los próximos meses», señaló Achim Wambach, presidente de el Centro Leibniz para la Investigación Económica Europea.

El 60 % de las compañías calculan que podrían sufrir un fuerte impacto que dependerá del futuro flujo comercial entre Reino Unido y Alemania.

Alemania es la economía más grande de Europa y su recesión impactaría al resto de los países. Foto: Web.

Una encuesta realizada por el IFO revela que el 43 % de las 1.300 empresas industriales alemanas calculan que el «Brexit» será difícil para ellas.

Riesgos para la Unión Europea

El riesgo de recesión de Alemania, la mayor economía de Europa, pone en peligro el desarrollo económico de la Eurozona.

El PIB regional aumentó 0,2 % durante el segundo trimestre del año con respecto al primero, cifra que es la mitad del 0,4 % observado entre enero y marzo, debido en buena medida a la contracción de la economía alemana, según informó oficina de estadística europea, Eurostat.

En comparación con un año antes, la economía de la Eurozona ha crecido 1,1 %, dos décimas menos que a principios de año.

Las principales economías de la Zona Euro muestran debilitamiento. Foto: La Vanguardia.

Aunque en conjunto el bloque acumula 25 trimestres consecutivos al alza, las grandes economías comunitarias exhiben indicios de agotamiento. El PIB británico cayó este trimestre dos décimas, mientras su salida abrupta de la UE parece más cercana que nunca. Italia no entró en números rojos pero se mantuvo estancada. Francia avanzó únicamente 0,2% y España 0,5%, una medición por debajo de lo esperado.

La Eurostat también dio a conocer los datos de producción industrial, que se contrajo un 1,6 % en la Eurozona y 1,5 % en toda la Unión Europea en junio de este año con respecto al mes previo.

Asimismo, reveló que las exportaciones de la zona euro respecto al resto del mundo bajaron 4,7 % en junio, en comparación con el mimo período del año anterior, mientras el superávit comercial de la región pasó de 22.600 millones de euros a 20.600 millones.

El mayor riesgo ahora es que la debilidad del sector industrial se extienda al sector servicios, que es el que está soportando el crecimiento en Europa.

“Unos consumidores más pesimistas que ahorren más y unas empresas que empiecen a reducir planes de contratación e inversión darían un mazazo a las perspectivas de crecimiento”, alertó Ángel Talavera, economista jefe para Europa de la firma  Oxford Economics.

Ante este panorama, el Banco Central Europeo (BCE) anunció que prepara un gran paquete de estímulos contra la debilidad de la Eurozona.

Según el presidente del BCE, Mario Draghi, el objetivo es tratar de frenar un escenario económico «cada vez peor”.

Las perspectivas sobre el crecimiento económico de Alemania no son favorables. Foto: El Comercio.

Futuro de la economía alemana

Desde 2008, tanto el FMI como varios socios de la Eurozona han reclamado al país presidido por Angela Merkel que incremente su gasto público, que se sitúa en 43,9 % de su PIB, dos puntos por debajo de la media de la eurozona (45,8 %).

Según los socios, el incremento tendría un efecto positivo en la actividad económica de toda la unión monetaria.

La Canciller alemana se ha negado a este aumento, y el martes pasado afirmó que no ve necesario lanzar un paquete de estímulos para evitar la recesión.

El diario alemán Der Spiegel señaló que el Gobierno estaría planteando introducir medidas que sirvan para evitar otro trimestre en recesión, aunque ello suponga un incremento de la deuda pública. Sin embargo, para los analistas el futuro de la economía germana no escapa de la ralentización.

La canciller alemana, Angela Merkel, se niega a aumentar el gasto público como medida para impulsar la economía. Foto: Agencias.

«Las perspectivas para el tercer trimestre por ahora no apuntan a una mejora y es posible veamos a Alemania entrando en recesión. Y aunque no fuera así, el crecimiento será probablemente muy flojo, con lo que va a seguir arrastrando hacia abajo la actividad de toda la zona euro», alertó  el economista Ángel Talavera, citado por el diario El País.

La más reciente encuesta del IFO también muestra que las expectativas de producción están en su nivel más bajo desde finales de 2012.

Cada vez más compañías anuncian que tienen la intención de recortar su producción en el próximo trimestre, por lo que no se vislumbra el fin de la recesión en la industria alemana” indicó el instituto.

Commerzbank, el segundo banco más grande del país europeo, advirtió que su objetivo de ganancias para 2019 sería más difícil de alcanzar debido a un “empeoramiento notable de la situación macroeconómica” y la “situación geopolítica cada vez más incierta”.

Mientras que el Instituto de Política Macroeconómica (IMK), con sede en Dusseldorf, estimó el riesgo de una recesión alemana en 43 %.

«La economía de Alemania está al borde del colapso«, advirtió Sebastian Dullien, director científico de IMK.

«No se vislumbra una recuperación de las exportaciones alemanas. Para el año 2019 en su conjunto, por lo tanto, solo se puede esperar un débil aumento del PIB alemán en el rango de 0,5 % en el mejor de los casos», subrayó.

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