La construcción de una prisión de alta seguridad en Guayana Francesa ha desatado críticas por su carácter punitivo y colonialista. El gobierno francés planea instalar este centro penitenciario en Saint-Laurent-du-Maroni, un municipio con una historia marcada por la represión colonial, donde en el pasado operó una infame colonia penal.
El proyecto, anunciado por el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, contempla «una inversión» de 450 millones de dólares para construir un penal con 60 celdas de máxima seguridad, de las cuales 15 estarán destinadas exclusivamente a detenidos por radicalismo islámico provenientes de Francia continental.
“Mi estrategia es simple: atacar al crimen organizado en todos los niveles”, declaró Darmanin, quien justificó la ubicación por su aislamiento geográfico. Según el ministro, este lugar “servirá para aislar definitivamente a los jefes de las redes de narcotráfico”.
Ecos del colonialismo: Guayana, del castigo imperial a la prisión moderna
Saint-Laurent-du-Maroni no fue elegido al azar. Este municipio amazónico fue sede, entre los siglos XIX y XX, de una de las colonias penales más brutales del imperio francés, donde se enviaban presos políticos y comunes a enclaves como la Isla del Diablo. Hoy, el Estado francés pretende retomar ese legado, transformando a la región nuevamente en símbolo de represión.
Rechazo local: “Guyana no es un vertedero”
Las autoridades locales no fueron consultadas y reaccionaron con indignación. Jean-Paul Fereira, presidente interino de la Colectividad Territorial de Guayana Francesa, expresó su molestia:
“Con asombro e indignación descubrimos, junto con toda la población de Guyana, la información publicada en el Journal du Dimanche”.
Fereira recordó que el acuerdo de 2017 preveía una cárcel para resolver el hacinamiento local, no para importar presos peligrosos desde Europa. En sus palabras, “Guyana no debe convertirse en un vertedero de criminales y radicalizados procedentes de Francia continental”.
“Un retroceso colonial”: diputados denuncian imposición de París
El diputado franco-guyanés Jean-Victor Castor fue más contundente:
“Es un insulto a nuestra historia, una provocación política y un retroceso colonial”.
Para Castor, el proyecto confirma que Francia sigue tratando a sus territorios de ultramar como espacios de sacrificio, sin respeto por la autodeterminación ni la voz de sus habitantes.
Abandono institucional disfrazado de seguridad
A pesar de ser parte de la República Francesa, Guayana sigue sufriendo altos niveles de pobreza, violencia y abandono estatal. En 2023, registró 20,6 homicidios por cada 100 mil habitantes, casi 14 veces el promedio nacional.
En lugar de atender las causas estructurales del crimen y dialogar con la comunidad local, el Estado francés opta por imponer una solución carcelaria, trasladando sus problemas al otro lado del Atlántico bajo un enfoque autoritario y punitivo.
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Colonialismo reciclado: la vieja lógica de dominación
La decisión de París revive la lógica colonial que nunca se fue. Lejos de cerrar heridas históricas, esta medida profundiza la desconexión entre Francia y sus territorios de ultramar. Para muchos en Guayana Francesa, esta nueva cárcel es solo la última manifestación de una relación basada en la imposición y el desprecio.
Revista Forum
Fotografía: Redes
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