Playas españolas se adaptan al virus con drones, cámaras y franjas por edad

Sus principales balnearios, habitualmente repletos en verano, están divididas por franjas de edad. Unas cámaras con sensores detectan el nivel de ocupación de cada zona que se comunicará a los ciudadanos por una aplicación

Por Félix Eduardo Gutiérrez

29/06/2020

Publicado en

España / Mundo

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Las principales playas de España están divididas por franjas de edad. Unas cámaras con sensores detectan el nivel de ocupación de cada zona que se comunicará a los ciudadanos por una aplicación, destaca un reporte de la agencia de noticias AFP sobre la situación de la cuarentena en el país europeo.

Señala nota que el objetivo es «encontrar el equilibrio entre que la gente esté cómoda y relajada y al mismo tiempo sea un entorno seguro», explico Jaume Dulsat, alcalde de Lloret de Mar (Girona), un municipio costero de 37.000 habitantes, a 70 kilómetros de Barcelona, en la Costa Brava.

Coincidiendo con el inicio del verano y la reapertura de fronteras españolas, el ayuntamiento presentó un plan para dar tranquilidad a los turistas tras unos meses en los que España apareció como un importante foco del virus, con más de 28.300 fallecidos.

Lloret de Mar controlará el aforo de las playas con videosensores
Las medidas son múltiples y variadas: controlar la ocupación con sensores y cerrar accesos si se supera el aforo permitido, división de la playa en parcelas para separar grupos, prohibir juegos que supongan ocupar mucho espacio o separación y desinfección de tumbonas y sombrillas. Foto; ACN / Aleix Freixas.

Sus principales playas, habitualmente repletas en verano, están divididas por franjas de edad. Unas cámaras con sensores detectan el nivel de ocupación de cada zona que se comunicará a los ciudadanos por una aplicación.

También han reforzado el personal municipal para advertir conductas inadecuadas, y utilizarán un dron para detectar aglomeraciones y avisar con un mensaje pregrabado de la necesidad de mantener las distancias de seguridad.

Incluso tienen preparado un sistema para reservar espacios en la playa que, por el momento, no pondrán en marcha. 

«Ojalá tengamos que hacerlo, será un bendito problema», dice el alcalde de este municipio, esperando que, como cada año, lleguen muchos turistas, sobre todo franceses e ingleses.

Por ahora, no es el caso. El sol es abrasador en el primer día de verano, pero solo un puñado de bañistas acomodaron tumbonas y toallas en la kilométrica playa principal de Lloret, donde caben unas 15.000 personas.

«Normalmente esto está lleno ya. Ahora hay muy poca gente todavía y es fácil mantener la distancia», explicó José María Quicio, un jubilado de 78 años.

Junto a su mujer Olga Ferrer, de 81, colocaron unas sillas plegables a escasos metros de la orilla, cerca de unas cuerdas rojas que delimitan el espacio reservado a los mayores de 70 años.

«Esta es nuestra zona», dijo la mujer, que vuelve de remojarse en el agua. «Te hace sentir más seguro, se está muy bien, mejor que antes», insistió.

A unos 50 metros, se levanta el puesto de vigilancia del socorrista que, pese al calor, luce una mascarilla de tela debajo de las gafas de sol. A sus tareas habituales, se sumará vigilar el mantenimiento de las distancias y desinfectar frecuentemente baños y las instalaciones de primeros auxilios.

«Nuestro principal objetivo es que nadie se ahogue. Pero a partir de allí, tendremos que colaborar con el resto», explicó su coordinador Joel da Silva.

Las playas más recomendables de Girona
Las playas de Lloret de Mar (Girona) estarán controlada pro videosensores para limitar el aforo. Foto: Playea.com

El plan municipal contempla también medidas en restaurantes, hoteles o discotecas y sufragó la formación de 8.500 trabajadores en medidas de seguridad e higiene.

«Hay mucha incertidumbre pero nosotros hemos hecho los deberes, nos hemos preparado para recibir turistas y los esperamos con los brazos abiertos. Esperamos poder salvar la temporada», reconoce Dulsat.

Como Lloret, muchos municipios del litoral español, con casi 8.000 kilómetros de costa, han preparado estrategias para evitar aglomeraciones en sus codiciadas playas, refugio veraniego tanto de turistas nacionales como del norte de Europa.

Las medidas son múltiples y variadas: controlar la ocupación con sensores y cerrar accesos si se supera el aforo permitido, división de la playa en parcelas para separar grupos, prohibir juegos que supongan ocupar mucho espacio o separación y desinfección de tumbonas y sombrillas.

«El modo en el que podremos bajar a la playa este verano ha cambiado, pero eso no significa que no podamos disfrutar de ellas», afirmó en un vídeo promocional el ayuntamiento de Benidorm, destino del sureste español muy popular entre británicos.

Allí, las dos principales playas fueron estructuradas en parcelas de cuatro metros cuadrados que los bañistas deberán reservar a través de una aplicación. 

El sistema, sin embargo, todavía no es necesario por la ausencia de visitantes en esta ciudad de 67.000 habitantes que en 2019 acumuló 16 millones de pernoctaciones hoteleras.

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