El alcalde de la ciudad Michael Mueller, un social demócrata, dijo que los expertos habían señalado dos temas problemáticos que debían abordarse: grandes grupos de personas que no cumplían las reglas de distanciamiento social y reuniones en lugares cerrados.
“El consejo mostró que tenemos que actuar con rapidez”, dijo Mueller y agregó que se necesitaban acciones para evitar una cuarentena total en la capital alemana, famosa por sus clubes, ya complicados por las restricciones.
Desde este fin de semana hasta finales de octubre, los restaurantes y bares tendrán que cerrar a las 23:00 hora local (2100 GMT) hasta las 06:00 de la mañana (0400 GMT) y las estaciones de servicio tendrán prohibido vender alcohol durante ese horario.
Además, se permitirá un máximo de 10 personas en fiestas privadas en lugares cerrados, en lugar de 25.
La ciudad de 3,8 millones de habitantes es la más reciente capital de la Unión Europea que toma medidas más duras para luchar contra un fuerte aumento en los casos de COVID-19, mientras que Fráncfort, un centro financiero, también anunció reglas más estrictas el martes.
Madrid impuso una segunda cuarentena y París decidió cerrar bares y gimnasios durante dos semanas.