Se dio cuenta que derrocar a Maduro y controlar a Venezuela no es un asunto fácil

Washington Post: Trump pone en duda plan de Bolton para Venezuela y su apoyo a Guaidó

La visceralidad, berrinches y posturas adelantadas -sobre todo cuando se fundamentan en engaños y trampas- no le han hecho nada bien a la imagen del mandatario estadounidense

Por Ronald Ángel

13/05/2019

Publicado en

Estados Unidos / Mundo / Venezuela

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Trump pensante

La visceralidad, berrinches y posturas adelantadas -sobre todo cuando se fundamentan en engaños y trampas- no le han hecho nada bien a la imagen del mandatario estadounidense


El 3 de noviembre de 2020. Ese día se elegirá al presidente de Estados Unidos para el período 2021-2025, cargo al que aspira ser reelecto el actual jefe de la Casa Blanca, Donald Trump. Por eso, sus dudas sobre cómo actuar durante los últimos meses de su mandato actual salen a relucir y con ello el temor de tomar decisiones equivocadas, sobre todo aquellas que tienen un alto costo político, social, económico y militar.

La administración Trump se ha caracterizado por mantener una postura «patotera» frente al resto del mundo. El magnate se pelea con todos, los insulta, los sanciona, los ataca sin clemencia. Sin embargo, de repente abre los brazos y dice que todo está bien y que no ha pasado nada.

Pareciera entonces que la manera de gerenciar de Trump se fundamenta también en la visceralidad de sus decisiones, así como en la sarta de mentiras que difunde a diario: un promedio de 23 al día durante los últimos 7 meses.

Pero tanta visceralidad, berrinches y posturas adelantadas -sobre todo cuando éstas se fundamentan en engaños y trampas- no le han hecho nada bien a la imagen del mandatario estadounidense; y, eso, Trump lo sabe.

De ahí las recientes dudas que han surgido en el máximo responsable del Poder Ejecutivo estadounidense. De acuerdo con The Washington Post (TWP), Trump ha cuestionado en las últimas semanas las acciones que ha tomado su administración con respecto a Venezuela, al punto de considerarlas erradas y contraproducentes.

Para Trump, su equipo de asesores de seguridad más cercano lo ha engañado con respecto a la situación de Venezuela y la supuesta facilidad que iban a tener para derrocar el gobierno legítimo y constitucional del presidente Nicolás Maduro.

Asaltar el poder en Caracas, tal y como se lo pintaron a Trump, no ha sido nada fácil. Primero, no han logrado mermar el apoyo popular que sostiene a Maduro como líder político de la Revolución Bolivariana, máximo responsable del Poder Ejecutivo y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.

De igual forma, el apoyo que Washington le ha dado al ala más radical de la oposición venezolana, sólo les ha traído fracasos políticos y militares dentro y fuera de Venezuela. La figura que la Casa Blanca ha reconocido como supuesto «presidente interino» (Juan Guaidó) les ha quedado mal en todos los planes que han tratado de ejecutar para arrebatarle el poder político a Maduro, el último de ellos: un intento de alzamiento militar que fue desarticulado en pocas horas.

Por eso las dudas de Trump han prendido sus alarmas y al parecer ya no confía en sus asesores, pues le han mostrado una falsa realidad sobre Venezuela y peor aún, sobre las supuestas opciones que tiene la oposición de llegar al poder.

Trump quiere asegurar su futuro en la Casa Blanca después de 2020. Foto: Web

Insatisfacción de Trump con Bolton

The Washington Post sostiene que la insatisfacción del presidente está centrada en el trabajo que hasta ahora ha hecho el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Según el rotativo capitalino, Trump se estaría quejando de la lamentable postura intervencionista que ha puesto en evidencia los intereses estadounidenses sobre Venezuela.

Además, Trump ha declarado durante los últimos días que Bolton lo quiere meter -porque sí- «en una guerra», y eso no solamente lo dice en relación con Venezuela, sino también con Irán, país que también es asediado por Washington con la imposición de sanciones coercitivas y unilaterales.

Dice el rotativo que desde el fracaso de la intentona golpista de Guaidó el pasado 30 de abril, desde la administración Trump, aunque todavía mantiene su apoyo a esta ficha, pareciera que las próximas acciones serían más cautelosas.

«Desde entonces, los funcionarios estadounidenses han sido más cautelosos en sus predicciones sobre la rápida salida de Maduro, al tiempo que reevaluaron lo que un funcionario describió como la probabilidad de un ‘largo recorrido’ diplomático», explica el medio.

Además, los funcionarios estadounidenses citados por TWP, en condición de anonimato, señalan que Trump tiene una visión realista de los desafíos y no cree que haya una solución rápida para Venezuela.

De igual forma, sostienen que, para Trump, el Presidente venezolano es definitivamente «un hueso duro», algo que lo ha hecho enojar directamente con sus asesores, pues no debieron hacerle creer que el fallido alzamiento militar que convocó Guaidó iba a derrocarlo.

Para Trump también resulta lamentable -explica TWP– que tras el fracaso del intento del golpe, el propio Maduro se haya referido a ese plan denominado «Operación Libertad», como una acción muy mal planificada, tonta y que no tuvo ningún tipo de impacto más allá del mediático.

«Trump ha expresado su preocupación de que Bolton lo haya arrinconado y haya ido más allá de donde se siente cómodo, dijo un funcionario estadounidense familiarizado con la política estadounidense-venezolana», cita el diario.

Sin embargo, sostiene TWP que más allá «de las quejas de Trump de que a Bolton lo habían vencido en Venezuela, su trabajo es seguro, dijeron dos altos funcionarios de la administración, y Trump le ha dicho a su asesor de seguridad nacional que se centre en Venezuela».

A pesar de las críticas,Bolton tiene su cargo asegurado y centrado en Venezuela. Foto: Agencias

¿La amenaza militar y el apoyo a Guaidó es conveniente?

Por ahora, la amenaza militar contra Venezuela sigue abierta para Washington, aunque el bloqueo diplomático, económico y financiero parece ser la estrategia que más considera la Casa Blanca contra Venezuela, debido a que no le conviene armar un conflicto armado en su propio «patio trasero», porque los inconvenientes podrían ser catastróficos para la propia sociedad norteamericana.

Por esa razón, la amenaza bélica -por ahora-resuena con mayor agresividad contra Irán. De hecho, el mismo Bolton expresó recientemente que se desplegaría un grupo de combate con un portaaviones estadounidense para contrarrestar «los planes de Irán» de supuestamente atacar a las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente.

Para TWP, en ambos casos, la administración ha adoptado una política que apela a los instintos de Trump para proyectar el poder estadounidense en el extranjero, pero que también se hace eco de las acciones militares aventureras que han ridiculizado al país durante las últimas décadas y que son ampliamente deploradas por la sociedad estadounidense.

En ese sentido, Trump «está menos cómodo con la escalada retórica sobre Venezuela», pues no representa una amenaza militar directa para el país. «Cualquier participación militar de Estados Unidos allí arriesga una pelea con Rusia, que respalda a Maduro y le ha vendido armas«, cita el diario.

Aunque Bolton es actualmente la voz más fuerte dentro de la administración Trump, el primero en amenazar militarmente a Venezuela fue el propio Presidente, cuando en 2017 asomó la posiblidad de invadir o bombardear a Venezuela.

«Los líderes de la defensa de Estados Unidos consideran que cualquier escenario militar relacionado con ingresar al territorio en Venezuela es un atolladero y advierten que armas como los misiles Tomahawk tienen un mayor riesgo de matar civiles. Sin embargo, la Casa Blanca ha pedido en repetidas ocasiones una planificación militar sin una invasión», explica TWP.

Los funcionarios dijeron al medio que las opciones mientras Maduro esté en el poder incluyen enviar activos militares adicionales a la región, aumentar la ayuda a países vecinos como Colombia y «otros pasos». Las opciones más avanzadas incluyen enviar barcos de la Armada a aguas de Venezuela como una demostración de fuerza.

No obstante, para Trump también está en duda su apoyo a Guaidó, y según explica TWP, en reuniones de la Oficina Oval y llamadas telefónicas con asesores, el magnate habría cuestionado el espaldarazo «tan fuerte» que le da Washington.

«Algunos funcionarios de la Casa Blanca dijeron que a Trump le gusta el líder carismático, a quien ha llamado valiente, pero se ha preguntado en voz alta sobre cuánto sabe realmente la administración sobre él y si está listo para asumir el control«, refiere TWP.

John D. Feeley, exembajador de Estados Unidos y analista político de Univision, citado por Miami Diario recientemente, afirmó que la intervención militar en Venezuela «es poco probable».

«Va en contra de la narrativa de la reelección de Donald Trump en 2020″, dijo Feeley. «En un momento en que estás retirando a la gente de Siria, de Irak, de Afganistán, ¿cómo explicas que vas a destinar 50, 100, 150 mil de nuestros muchachos a una aventura en un país en donde no puedes diferenciar los chicos malos de los buenos?».

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