27F ¿Los desastres son naturales o sociales ? Estrategia de shock u oportunidad de emancipación

“Durante los últimos 130 años, Chile ha experimentado 25 experiencias de terremotos mayores


Durante los últimos 130 años, Chile ha experimentado 25 experiencias de terremotos mayores. Desde 1570 se han registrado más de 15 mil temblores y 33 terremotos sobre los 7.5 grados. Cada 6 años, en general, Chile padece de un sismo superior a 7.5 grados de magnitud, contra la frecuencia de 20 años de Japón, 50 en México y 90 en California. A nivel mundial en materia de terremotos Chile ocupa el segundo lugar en cuanto a frecuencia. Tales terremotos, en cuanto a magnitud, han ido de 7.0, en 1851, escala de Richter a 8.6, en 1906, el de mayor magnitud a nivel mundial, en la ciudad de Valdivia, siendo terremoto y tsunami a la vez[1] A esta información en 2012 debemos agregar el terremoto de 2010, 8.8 en la escala de Richter, y el 5to más potente en la historia de registros de los terremotos a nivel mundial.

Para responder la pregunta del encabezado debemos comenzar por saber que « los desastres no son naturales », como le comentaba Rousseau a Voltaire en una de sus cartas luego del terremoto de Lisboa en 1755:

« La gran mayoría de nuestros males físicos son obra nuestra. Teniendo el caso de Lisboa hay que considerar que si no hubiera 20 mil casas de 6 ó 7 pisos, y que si los habitantes de esta gran Ciudad hubieran estado mejor y más ligeramente distribuidos, el daño hubiera sido mucho menor y quizás nulo, como si nada hubiera ocurrido »[2]

Contestada esa primera pregunta, que luego otros estudios han reafirmado[3], debemos responder ¿para quién son una oportunidad los desastres?. Tenemos dos versiones, que claramente puede convivir, no se trata de que sea o una o la otra. La primera es la tesis de Naomi Klein en su libro de 2007: “La estrategia de shock o el capitalismo de desastres” (The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism). En él comienza por tratar los métodos de shock sicológicos que generan una regresión del sujeto, vía electroshocks, privaciones sensociales y administración de drogas. Investigaciones financiadas por la CIA, permitieron la redacción de un manual de tortura (The Kubark Counter Intelligence Interrogation handbook), describiendo diferentes maneras de llevar a un prisionero a su estado infantil, lo que Naomi Klein llama un shock sicológico.

El libro hace una relación entre ese shock y los shocks sociales, económios y políticos-desastres naturales, guerras, ataques terooristas, golpes de estado, crisis económicas- que según la autora son delibaradamente utilizados para permitir la puesta en obra de reformas económicas neoliberales mayores que serían imposible de imponerlas en tiempos normales. Ella sostienen que Milton Friedman llamaba a la utilización de estos shocks para permitir estas  reformas.

Naomi Klein utiliza como ejemplos de su tesis las dictadura de Pinochet en Chile, de Soeharto en Indonesia, entre otras. Pero también las medidas adoptadas después del huracan Katrina y las realizadas después del tsunami de 2004 en el sudeste asiatico, ambos casos de shock luego de un “desastre natural”.

En el artículo “The IMF and Monetarism in Chile” de Robert Carty[4], escrito en 1983 también se menciona el “tratamiento de shock” instaurado por la dictadura de Pinochet, según el autor, con la influencia del FMI. Lo interesante es que Chile aparece como el primer lugar donde se implanta el neoliberalismo a través del shock, y a la vez es uno de los países con mayor riesgos a los desastres naturales, no sólo terremotos, sino también tsunamis, erupciones volcánicas, temporales de lluvias e inundaciones, entre otros. Esta “vulnerabilidad” doble, por un lado frente a las condiciones geográficas del riesgo, y por otro, frente a la vulnerabilidad instalada por el propio neoliberalismo desde la década de 1970, lo hacen terreno fértil de la tesis de Klein, sobretodo después de los 2 grandes sismos de los últimos 30 años, el de 1985 y el 2010.

Le segunda tesis que se opone a la de Klein, pero que paradójicamente puede convivir en el mismo espacio y tiempo, es la del uruguayo Raúl Zibechi[5], quién siguiendo a Mike Davis cuando afirma que « las periferias del tercer mundo son la nueva escena geográfica decisiva[6]», plantea el concepto de « desalienaciones colectivas », es decir, que las prácticas territoriales de los movimientos sociales, pueden llegar a convertirse en procesos emancipatorios, y, en esta lectura se entienden los procesos de organización territorial de los diferentes movimientos de pobladores que demandan transformaciones desde un enfoque de derechos, desde el punto de partida del derecho a la vivienda, y en segundo lugar, desde el derecho a la ciudad.

Al confrontar las dos tesis observamos, para responder la pregunta, que el escenario post desastre se transforma en un oportunidad tanto para los actores sociales, en nuestro caso los movimientos sociales urbanos de pobladores, que podrían construir procesos emancipatorios. Pero al mismo tiempo es una oportunidad para los actores públicos y privados que podrían profundizar las políticas neoliberales a través de la estrategia del shock. Nuestra tesis es que este conflicto es el que estará presente en todo el proceso de reconstrucción del terremoto de 2010 en Chile.

Así como Lefevbre plateaba para la ciudad la teoría de la “producción social del espacio”, lugar del conflicto y espacio de la “lucha de clases urbanas”, frente a los riesgos tenemos la propuesta de Virginia García Costa que plantea que el concepto de “ construcción social del riesgo[7]”, asimilable a la propuesta de Lefevbre. Planteando por ejemplo  “la necesidad cada vez más evidente de comprender a los desastres no como eventos, sino como procesos que se van gestando a lo largo del tiempo hasta derivar en sucesos desastrosos para las poblaciones”.(García Acosta, 2005:18)

De esta manera podemos comprender mejor las condiciones que las que se encontraba el Chile neoliberal y desigual frente al terremoto y tsunami de 2010, siguiendo el “enfoque de la vulnerabilidad, debido al papel central que ésta y particularmente sus dimensiones socioeconómicas y políticas jueguen en el proceso de desastre, se fundamenta en la evidencia empírica demostrada por la perspectiva histórica de que el riesgo y el desastre constituyen procesos multidimensionales y multifactoriales, resultantes de la asociación entre las amenazas y determinadas condiciones de vulnerabilidad que se construyen y se reconstruyen con el paso del tiempo”. (Oliver-smith, 2002, citado por Garcia Acosta, 2005)

Como plantea García Acosta, siguiendo al antropólogo Eric Wolf, los desastres y la propia construcción del riesgo son procesos, es decir, el énfasis no concentra en el evento histórico aislado, sino que en identificar los procesos que están detrás de los sucesos. Afirma que es imprescindible “historizar” los desastres, como hemos hecho en hasta ahora en este trabajo. La construcción de riesgos sería una acumulación de vulnerabilidades, las cuales provocan “un incremento de los efectos nocivos de las amenazas naturales y, por consiguiente, de la magnitud de los eventos desastrosos”. El primero en plantear este enfoque habría sido Rousseau en el siglo XVIII cuando le escribe a Voltaire su impresión del terremoto de Lisboa, que ya transcribimos.

Para el caso chileno, como ya hemos comentado el proceso de instalación y profundización del neoliberalismo, y sus resultados socio-económicos han actuado como unos “incrementadores” de los efectos del desastre.“Los modelos sociales y económicos adoptados han producido riesgos de desastre que, asociados con incremento de las vulnerabilidades particularmente visibles en ciertas regiones del planeta, han incrementado de manera exponencial los efectos de las amenazas naturales”.

Para los países de América Latina, se trata entonces de “desastres producto del crecimiento poblacional y de los procesos de urbanización, de las tendencias en la ocupación del territorio, del creciente empobrecimiento de importantes segmentos de la población, de la utilización de inadecuados sistemas tecnológicos en la construcción de viviendas y en la dotación de infraestructura básica, así como de inconvenientes sistemas organizacionales, y que, por su causa, han incrementado “continuamente la vulnerabilidad de la población frente a una amplia diversidades de eventos físico-naturales” (LA RED, 1993: 7, citada por García Acosta, 2005: 21)

Nuestra hipótesis entonces es que el terremoto de 2010 ha actuado como un revelador de la sociedad chilena, por una lado ha dejado en evidencia las desigualdades, las injusticias espaciales, construidas a lo largo de los últimos 40 años, así como ha revelado el papel clave de los actores sociales, para nuestro estudio del movimiento de pobladores, en sus procesos de organización y resistencia.  En otras palabras “los desastres actúan como reveladores, en este caso, de estas dos facetas de la construcción social de riesgos: muestran cómo las sociedades crean riesgos, a la vez que revelan cómo las sociedad perciben esos riesgos”.(García Acosta, 2005: 23)

Por Claudio Pulgar Pinaud
El Ciudadano
 Arquitecto y Académico del Instituto de la Vivienda (@inviuchile ) de la Universidad de Chile. Master y Doctor© en Ciencias Sociales del EHESS de París. Coordinador del Observatorio de la Reconstrucción de la Universidad de Chile (@ObservaReconstr)

 

[1] Tapia, Ricardo. “Vivienda y Emergencia ante desastres naturales producidos por Sismos. Sismo de 1997 en la comuna de Punitaqui, Chile. Revista INVI, 18, Sep. 2009. Disponible en: <http://revistainvi.uchile.cl/index.php/INVI/article/view/394/814>. Fecha de acceso: 01 Sep. 2012.

[2] Palabras de Rousseau a Voltaire citadas por García Acosta, Virginia. “El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos”. Desacatos [en línea] 2005, (septiembre-diciembre).

[3] Maskrey, Andrew (comp.). Los desastres no son naturales. LA RED. Tercer mundo Editores. Bogotá. 1993.

[4] Carty, Robert. “The IMF and Monetarism in Chile”. In T”he Poverty Brokers. The IMF and Latin America”. Latin America Bureau. Great Britain. 1983.

[5] Zibechi, Raúl. Autonomías y emancipaciones.

América Latina en movimiento. Editorial Quimantú. Santiago de Chile. 2008, p. 175.

[6] Davis, Mike, « Los suburbios de las ciudades del tercer mundo son el nuevo escenario geopolítico decisivo », en Rebelión, 2 de marzo 2007, cité dans Zibechi, Raúl, « Los suburbios de las ciudades del tercer mundo son el nuevo escenario geopolítico » Zibechi, Raúl. Autonomías y emancipaciones. América Latina en movimiento. Editorial Quimantú. Santiago de Chile. 2008, p. 175.

[7] García Acosta, Virginia. El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos. Desacatos [en línea] 2005, (septiembre-diciembre)

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