Investigadores de la Fundación Sol y trabajadores de la Unión Portuaria del Biobío y la Confederación de Trabajadores del Cobre desde abril han realizado encuentros de Plataformas Territoriales que discuten una agenda en común para oponer al pensamiento único que ha dominado en las últimas décadas. “Uno de los primeros desafíos que tenemos es posibilitar un trabajo y una reflexión que surja desde las mismas organizaciones sociales que están en el territorio, para que éstas planteen sus necesidades e imaginen alternativas a lo que se les presenta hoy en día como la única posibilidad”- destaca el economista marco Kremerman
A mediados de abril cuajó una novedosa alianza entre la Fundación SOL, la Unión Portuaria del Biobío y la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC). Con encuentros celebrados en Talcahuano, Los Andes y Rancagua se dio inicio a las Plataformas Territoriales por los derechos económicos y sociales, instancia que busca consolidar redes de distintas organizaciones sociales del país que vayan generando agendas conjuntas que incidan en el debate público, defendiendo y promoviendo derechos sociales y económicos.
Los primeros temas a tratar son Educación, Salud, Trabajo y Previsión.
Los encuentros son cofinanciado por la Unión Europea y son ejecutados en conjunto por la Fundación SOL, el Centro de Estudios de la Mujer, la Unión Portuaria del Biobío y la CTC. Estas organizaciones sindicales son las más activas e innovadoras de los últimos años. La primera llegó a paralizar algunos días de las jornadas de protesta de los estudiantes en 2011 y la CTC desde que inició las huelgas de subcontratistas de Codelco ha puesto en la discusión las problemáticas de los trabajadores bajo la gestión neoliberal.
En Concepción el vínculo con los estudiantes se viene desarrollando desde hace tiempo. Javier Miranda, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, FEC, sostuvo que “tenemos muchas expectativas de que estos procesos de formación se puedan ir dando y replicando en otros lugares, que vayamos al unísono con los diferentes sectores para poder ir dando luchas en conjunto”.
SUPERANDO UN DÉFICIT
El economista Marco Kremerman, de la Fundación SOL, comentó que el proyecto surge del trabajo cotidiano que la organización hace con organizaciones sindicales. “Existen grandes déficit en nuestro país, donde la gran mayoría no tiene acceso a un buen vivir, pero también que existe un gran potencial para generar transformaciones”- sostiene.
Patricia Muñoz Gallardo, de la CTC, cuenta que las agendas territoriales nacen “por la necesidad de empoderar a líderes locales y apoyar la consolidación de redes de organizaciones de la sociedad civil. Queremos promover la defensa de los derechos económicos y sociales, en particular de Educación, salud, trabajo y previsión, para la construcción de propuestas ciudadanas orientadas a la incidencia pública”.
El economista constata que “Chile no ha sido capaz de construir sistemas y políticas públicas democráticas y que garanticen los derechos básicos de las personas, entonces, que estamos lejos incluso de los parámetros de Desarrollo que suelen señalarse en el establishment. Por esto, nos parece que uno de los primeros desafíos que tenemos es posibilitar un trabajo y una reflexión que surja desde las mismas organizaciones sociales que están en el territorio, para que éstas planteen sus necesidades e imaginen alternativas a lo que se les presenta hoy en día como la única posibilidad. Usualmente, la mayoría de las personas están alejadas de la definición de políticas en los diversos sectores, materia que se deja enteramente a los técnicos, pero constituyen un saber fundamental a la hora de definir las políticas concretas”.
EL SABER PARA QUIÉN
En las últimas décadas la mayoría de los centros de pensamiento (think tank) se mantenían asesorando a los grandes grupos económicos e instancias transnacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Hoy, la iniciativa de la Fundación Sol se enmarca en un proceso de nuevos contactos y relaciones, desarrolladas desde hace ya unos años, que implican un momento de inflexión de las relaciones saber-poder.
Para Kremerman no hay que desconocer el trabajo realizado por algunas organizaciones en los últimos años. “No estamos en condiciones de determinar si existe hoy un punto de inflexión, en comparación con el pasado. Lo que sí vemos es que los centros de estudio u ONG que cuentan con mayor cobertura mediática hoy en día, usualmente determinados por partidos políticos, sostienen un paradigma que ha estado en la base de la implementación y la mantención de las políticas públicas de los últimos 30 años. En este sentido, estos grupos han servido más como centros de contención, es decir, dando continuidad a las políticas implantadas durante la dictadura, más que como polos de reflexión y confrontación de ideas”- comenta.
COMPARTIENDO HERRAMIENTAS
Junto con empoderar a dirigentes sociales se busca consolidar redes entre las distintas organizaciones de la sociedad civil. Juan Fierro, presidente del Sindicato de Estibadores de San Vicente en Talcahuano, sostuvo que hay que “aprender y tener conocimiento para poder motivar y guiar a otros trabajadores y que ellos también aprendan a liderar. Hemos sido por muchos años desplazados y hoy es hora de aprender y estar a la par con los empresarios”.
Valentina Doniez, de la Fundación SOL, sostuvo que el horizonte es “generar información, propiciar instancias de formación y reflexión, elaboración conjunta de propuestas, difusión de mensajes y productos, para potenciar procesos de transformación de la sociedad, hacia un paradigma de justicia, que propicie lo colectivo, donde existan derechos universales y con una libertad sustantiva para las personas, erradicando la explotación”.
Muñoz resalta que “el objetivo general de la acción, es contribuir a la cohesión social de los territorios a través de la promoción del goce efectivo de los derechos económicos y sociales, establecidos por los marcos normativos internacionales que Chile ha suscrito, para garantizar un desarrollo inclusivo”.
Doniez agrega que “se valora mucho el conocimiento que surge de la experiencia el cual, junto con elementos más técnicos, puede ser una herramienta transformadora potente. En este sentido, nos parece relevante continuar desarrollando una alianza con los/as trabajadores/as y sus organizaciones. Esto también tiene que ver con la necesidad de que las investigaciones y los saberes no se queden entre cuatro paredes y sean capaces de confrontarse con la realidad, ser útiles para las personas. Este ha sido siempre uno de los esfuerzos de la Fundación que pone a disposición libre sus publicaciones y también busca distintas maneras de llegar a públicos cada vez más amplios”.
UN EJERCICIO COLECTIVO
La iniciativa se suma al proceso de ir conectando los problemas cotidianos de las personas con su dimensión política, paso que también están dando los estudiantes que desde sus demandas particulares apuntan a discutir el modelos económico. Ana María Vidal, dirigente de la AFUSAM comentó que “es un tremendo estimulo e impulso para trabajar unidos, profundizar y poner criterios comunes que nos avocan, tales como las AFP y la exigencia de la salud pública como derecho”.
Kremerman considera que “el proyecto, más que un programa, apunta a un ejercicio colectivo de identificación de problemáticas y definición de propuestas entre un conjunto de participantes en instancias de formación y encuentro. De todas formas, se trata de un proceso abierto y que se irá desarrollando en los 2 años que dure el proyecto, y quizás más, lo cual depende en gran parte de las diversas organizaciones que se hagan parte de la iniciativa”.
La idea también puede ser replicada por otras personas y organizaciones de diversos territorios. Muñoz Gallardo destaca que se invita no sólo a las organizaciones sociales y sindicales, “sino a todo ciudadano que quiera empoderarse de conocimientos en los temas que trataremos y deseen participar de los talleres a desarrollarse durante los dos años de duración del proyecto en cada localidad”.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano